EDITORIAL: Autopublicado
PAGINAS: 145
SOBRE EL AUTOR: Pero… ¿Quién
cojones es Liss Evermore?
"Bajo la insondable profundidad de las aguas abisales, el cuerpo
sonrosado de una criatura se revuelve con lentitud. Rodeado
tan solo por el inmenso silencio y las tinieblas del océano, Liss Evermore
desliza sus tentáculos al son de una melodía invisible: la dulce música de la
escritura.
Cuando
por fin el pequeño octópodo termina su labor y emerge de los mares, trae
consigo un secreto; su primer tesoro.”
Lo primero que sorprende de este coleccionable de tragedias es su
cuidada edición. Hay que decir que toda la maquetación, el diseño y las ilustraciones
corren por cuenta del autor y el mismo estuvo muy pendiente de los trabajos de
impresión por parte de la empresa encargada de la tarea. Ya todo esto que os
cuento dice mucho y puede darnos pistas de que es lo que encontraremos entre
sus páginas; un trabajo cuidado hasta el mínimo detalle donde se nota el amor
de Liss por todo esto. La obra es un compendio de 239 originales microrrelatos con temática
tragicómica en los que predomina el humor negro y el terror. “Coleccionable de
tragedias” se divide en tres apartados: “Parque de Atracciones”, “Depósito de
cadáveres” y “Mansión embrujada”. Las tres secciones pretenden englobar los
relatos de una manera más o menos, lógica. Pues bien, no es necesario.
Personalmente, no he encontrado mucha diferencia entre un micro de “Parque de
atracciones” a otro de “Mansión embrujada”, por ejemplo. No es algo negativo,
por supuesto, ya que gracias a esas divisiones podemos ordenar nuestra lectura
y, de paso deleitarnos con los detalles de cada una de los encabezamientos que
son uno de los puntos fuertes de esta antología.
Algunos de los micros que componen este coleccionable son cortos de
manera casi escandalosa, consistiendo en determinados casos de una sola palabra
combinada con el título, que le dará sentido a la misma. Otros, serán un poco
más extensos y los menos, casi ocuparan una página. Quizás en estos últimos es donde Liss brilla
más y deja entrever sus cualidades a la hora de escribir. Esto, sin duda es
algo normal, debido a la corta extensión de la mayoría de las 239 perlas que
componen el compendio. Independientemente de su extensión yo he disfrutado
mucho con la lectura de cada uno de ellos, y el nivel general es alto. He de
confesar que es la primera obra de micro relatos que cae en mis manos y la
experiencia de su lectura ha sido grata y cómoda. Sería del todo imposible
destacar ninguno de ellos, pero sí puedo deciros que hay algunos que rebosan
una gran dosis de originalidad y un afiladísimo sarcasmo que serán, sin duda
los que más disfrutareis.
Una obra breve requiere de una reseña breve, por eso no quiero
extenderme más. Os recomiendo la lectura de este “Coleccionable de Tragedias” a
pequeños sorbos, degustándolo y disfrutándolo de forma pausada, como los buenos
vinos.
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