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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Rogue One" - Crítica de Rubén Giráldez.



Disney está aprovechando la compra de Lucasfilm y se propone que durante unos cuantos años (si la cosa no cambie) tengamos dosis anuales de Star Wars. Recordemos que el año pasado por estas fechas ya se nos (re)enganchó a esta saga con El Despertar de la Fuerza. Y mientras esperamos al Episodio VIII, Disney ha decidido abrir un nuevo camino con una serie de spin-offs que cuenten nuevas historias a parte de las correrías estelares de la familia Skywalker y amigos. Es así como nació la idea de Rogue One. El primero de estos títulos individuales que vuelve a hacernos visitar las salas de cine con las ganas de volver a visitar Una Galaxia Muy Muy Lejana...
Tomando como punto de partida un hecho apenas mencionado en la primera película de la saga, Una Nueva Esperanza, como es el robo de los planos de la temida Estrella de la Muerte por parte de unos Rebeldes anónimos. Y que acabarán en manos de ese granjero llamado Luke que terminará por convertirse en el héroe de toda la Galaxia. Rogue One se presenta como un vistazo más maduro a este universo creado por George Lucas revelando, de paso, el tan criticado motivo de esa falla estructural en la temida súper arma y descubriéndonos a estos héroes que permitieron que la chispa de la Rebelión quemase de verdad al imponente Imperio.

Aunque ya de entrada la premisa me atrajo, llegué a temer por el producto final. Pues resulta que esta película sufrió cambios en el guión y hasta se regrabaron escenas con apenas unos meses para que llegase su estreno. El temor porque Disney decidiese hacer más "amigable" la cinta, cargándose el atractivo de la propuesta me acompañó hasta mi visita a la sala de cine... Y se esfumó con el transcurso de los minutos de metraje.
No hace falta la ausencia de la ya clásica introducción escrita descendente para darnos cuenta de que estamos ante una cinta que quiere tomar un nuevo rumbo de la saga madre (sin olvidarse NUNCA de que es una película de Star Wars y que precede a la emblemática Una Nueva Esperanza). Y, por supuesto, uno más maduro. Aprovechando un poco el no tener a todas esas hordas de espectadores más "casuals" al no ser un Episodio de la saga. Es lo que espero que supongan estos spin-offs: disfrutar de nuevos puntos de vista de esta saga. Explorar nuevos mundos, tonos y personajes. Y esta película decide aprovechar el convulso y oscuro período en el que se enmarca para darnos una película de corte bélico que se distancia un poco del tono ligero space opera de la saga madre. Porque, sí. TODAS las películas de Star Wars tratan el tema bélico (por algo ese título), pero ha sido Rogue One la que ha aprovechado de verdad este tema, ofreciéndonos el relato más crudo y oscuro de la saga a excepción del querido El Imperio Contraataca y el tramo final de La Venganza de los Sith. 

Puede que a muchos le parezca que la película tarda en arrancar. Y que es a partir de la primera aparición de la temida super arma del Imperio cuando de verdad comienza la acción que no decae hasta la soberbia escena final. Aunque en mi caso lo que sí he de decir es que con esa considerable duración no se haya hecho un mejor trabajo a la hora de trabajar los personajes principales. Pero hay que saber admitir que esta película ha trabajado con un enorme elenco de personajes (tanto principales como secundarios) y que también podríamos empezar a vislumbrar este problema con la reciente El Despertar de la Fuerza.
Felicity Jones (La Teoría del Todo, Un Monstruo Viene a Verme) nos proporciona un nuevo personaje femenino para destacar en este universo. Aunque es verdad que la actuación de Jones está bastante limitado por la escritura del personaje (a quien no le vendría mal algo más de exposición de su pasado hasta que toca embarcarse en esta aventura). 
Diego Luna (Elysium, Blood Father) logra destacar más gracias a su personaje. Su Cassian Andor nos revela el Lado Oscuro de la Rebelión. Y aunque pueda chocar bastante su cambio de parecer en cierto punto de la película. El propio personaje no olvida lo que es y ha hecho en nombre de la Rebelión. Y este punto ha sido MUY de agradecer. A diferencia de lo visto en la trilogía original, en Rogue One no tenemos precisamente "Buenos" ni "Malos". Solo individuos que persiguen sus propios ideales que chocan contra los de otros y que deben hacer cosas bastante cuestionables en pos de la victoria. Esto llega a verse incluso desvirtuado en el grupo conocido como "Los Partisanos" que son los responsables de una de las escenas más duras del film y que parece que quieren ser el reflejo de lo que ocurre actualmente en Oriente Próximo.

El resto de personajes de este equipo también destacan en cuanto a su caracterización. Y aunque es cierto que se podría haberse dedicado más tiempo y esfuerzo en su construcción cumplen con creces para con la historia y logran empatizar con el público en mayor o menor medida. Además de que sus interacciones no se sienten tan forzadas como las que pudimos ver hace poco en Escuadrón Suicida (no es gratuita la comparación). 
Mención aparte para el droide reprogramado Imperial al que presta su voz en la Versión Original el actor Alan Tudyk (este año también puso voz al gallo Hei Hei en Vaiana). K-2SO acaba descubriéndose como algo más que el alivio cómico y termina por darnos uno de los momentos más dolorosos de la película.
Comentar la participación de Forest Whitaker (El Mayordomo, Repo Men) y Mads Mikkelsen (Doctor Strange, Hannibal). El primero con un personaje que viene de la mismísima serie animada de The Clone Wars y el segundo siendo el ingeniero verdaderamente responsable de la construcción de la Estrella de la Muerte y culpable del fatídico fallo estructural. Ambos personajes se sienten DEMASIADO desaprovechados. Pero es cierto que se agradece cada minuto de su participación. Una verdadera lástima.

Esperaba que esta película dejase en excelente lugar al Imperio. Y vaya si lo ha hecho. En Rogue One sí que podemos sentir ese titánico poder que se supone que dominó la Galaxia hasta que Luke comenzó su carrera como Jedi. Y Ben Mendelsohn (Slow West, Mátalos Suavemente) se descubre como un gran villano que no necesita ostentar el título de Darth.
Y hablando de Darth. Por supuesto hay que hablar de uno de los puntos por los que muchos espectadores han acudido a ver Rogue One: la aparición de Darth Vader. Decir que es más que un cameo. Que se ha respetado muy bien la indumentaria con la que se dio a conocer al mundo en Una Nueva Esperanza. Y que dejará a los fans sin aliento en una de las últimas escenas del film. 
Está en recuerdo de todos la dolorosa muerte de Constantino Romero, doblador del inconico personaje (en Estados Unidos siguen teniendo a James Earl Jones). Y aunque llegué a pensar que se molestarían en hacer retoques en la sala de mezclas para hacernos del todo felices a los fans. Decir que no es del todo horrible la voz del nuevo doblador (además de que ya se nos la presentó gracias a la serie Star Wars: Rebels).

Tocando el tema del doblaje al español. Resulta ser un punto negativo cuando escuchamos las voces para los personajes de Riz Ahmed (Bodhi Rook) y Donnie Yen (Chirrut Îmwe). Uno, se ha ganado a la fuerza el apodo que ya recorre internet de ser una especie de "Apu de los Simpson" y al otro le han cascado una bochornosa voz con acento asiático. Por no hablar de las traducciones como la del cariñoso apodo de Jynn que en original es Stardust ("Polvo de Estrellas").
Si el año pasado nos sorprendimos con el estupendo trabajo de efectos prácticos y demás a la hora de llevar a la gran pantalla esta Galaxia y sus habitantes. Preparaos para quitaros el sombrero ante lo que veréis en Rogue One. Ya tan solo en las partes de Jedha vemos más trabajo artesanal que en todo El Despertar de la Fuerza. El uso del CGI sí que queda relegado para lo puramente necesario. Como esa increíble Batalla Final o a la hora de recrear o hacer aparecer a varios personajes de la película de 1977 (con mayor o menor acierto). Y atentos, porque Rogue One está REPLETO de cameos, guiños y referencias que harán salivar de la emoción a los verdaderos fanáticos de esta saga. Tanto los más evidentes como los más rebuscados (atentos, fans de Star Wars: Rebels). Es por este motivo por el cual me costaría recomendar esta película para los espectadores profanos. Por muy independiente que sea, me parece un verdadero delito perderse todos esos detalles que hacen que la película se disfrute a más niveles. Para eso es mejor ver El Despertar de la Fuerza, resulta más accesible, cumpliendo mejor con su labor de enganchar a nuevos espectadores.

Muy bien hicieron al confiarle el puesto de director a Gareth Edwards (Monsters, Godzilla). Que ha demostrado ser un fan de la saga a la vez que ha insuflado unos agradecidos y maduros aires con esta película. Por no hablar de unos cuantos momentos que son para enmarcar tanto por su espectacularidad como emoción. Sobre todo de cara a la recta final. Donde se alcanza unas cotas de dramatismo que podrían llegar a contagiarnos una pesimista sensación. Es entonces cuando se agradece el saber qué ocurrirá después y abrazando esa reconfortante "Esperanza" que será vital en el futuro de ese Universo. Muy bien ha tenido que hacerlo Gareth para que un fanático del Imperio como un servidor se haya sentido por ratos Rebelde. Me gustaría que Disney tuviese en consideración a Edwards para futuros spin-offs.
Dedicar unas palabras a la estupenda BSO que firma Michael Giacchino. Y que en tan solo 4 semanas de trabajo logra (Doctor Strange, El Amanecer del Planeta de los Simios) recoger con gran acierto el testigo del gran John Williams entremezclando temas clásicos con nuevos y potentes temas que ya de por sí logran contagiarte de la épica de este relato.

Rogue One es una agradecida película para quien busque algo más de seriedad en este fascinante Universo pero sin dejar de tener en cuenta todos los elementos que hacen grande a esta saga (la Fuerza aún está muy presente). 
De ser como esta, habrá que tener en cuenta a los futuros spin-offs (que serán sobre Han Solo y Obi Wan Kenobi). Y, cómo no, al ansiado Episodio VIII. En el que ahora, más que nunca, tras la esperanza que nos han regalado los héroes de Rogue One, confiamos en que sorprenda. 

Lo Mejor: La seriedad de la que hace gala y el respeto por la trilogía clásica. Toda la recta final.
Lo Peor: Lo desaprovechados que están Whitaker y Mikkelsen. El doblaje. 



miércoles, 7 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Animales fantásticos y como encontrarlos" - Crítica de Rubén Giráldez


Pocas sagas han tenido semejante impacto como la de Harry Potter. Comenzando en el mundo literario, donde la autora Joanne Rowling y su historia sobre el famoso niño mago, logró que toda una joven generación se aficionase a la lectura (al menos de sus historias o de similar temática). Pero el verdadero fenómeno llegó con las adaptaciones cinematográficas, que encandilaban a jóvenes y no tan jóvenes. Formando una solida comunidad de fans renombrados así mismo como "Potterheads". 
Con el paso de los años Harry Potter ya es toda una lucrativa franquicia que, aparentemente, llegó a su final con la novela y película (partida en dos entregas) Las Reliquias de la Muerte. Incluso la misma autora había afirmado que había terminado con el niño mago y su mágico mundo. Y durante unos años intentó abrirse camino en otros géneros sin el éxito esperado. Estaba claro que Warner Bros era quien tenía más ganas de seguir exprimiendo semejante gallina de los huevos de oro. Pero J. K. Rowling también decidió volver al mundo que tanta fama (y beneficios) le ha reportado.

Aunque está claro que en un futuro no tan lejano volveremos a ver en la gran pantalla a Harry y sus amigos (Warner no ha perdido el tiempo en adquirir los derechos cinematográficos de la obra teatral El Niño Maldito, secuela de la saga Harry Potter). Rowling nos propone esta vez, retroceder en el tiempo bastantes décadas antes siquiera de que el malvado Lord Voldemort se enemistara con el inocente Harry. Concretamente en 1926. Y además también cambiamos los aires británicos por los americanos.
Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, es la primera entrega de una saga compuesta por cinco entregas (en un principio era una trilogía) que actúa a modo de spin-off de Harry Potter. 
En este caso no estaríamos hablando de una adaptación. Sí, hay un librito que lleva el título de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos. Pero se trata de un simple bestiario. Rowling rescata a su ficticio autor, Newt Scamander, y decide ponerlo al frente de esta película en una historia completamente original. Quizás por esto no podamos atacarla con la misma saña que se mereció Peter Jackson (Criaturas Celestiales, Mal Gusto) con su alargada en exceso trilogía fílmica de El Hobbit.
Entrando ya en materia. Se puede notar desde un principio un agradecido cambio de tono respecto a la saga Harry Potter. Aunque nunca distanciándose del todo. Y esto es en gran medida gracias a las labores en la dirección de David Yates. quien ha sido director de las últimas entregas de la anterior saga. Por lo tanto ya es bastante conocedor de este mágico universo. Y no se ve obligado a hacer muchos esfuerzos a la hora de trasladarlo a la gran pantalla. Quizás ese acomodamiento sea demasiado patente. Y pueda llegar a preocuparnos cuando pensamos en que, en un principio, él se hará cargo de todas las entregas de esta saga. 
Si os soy sincero. En un principio me mostré bastante reacio a esta película (y saga en general). Acabé bastante quemado con la última etapa de Harry Potter (en cines) y lo cierto es que lo que de verdad me interesaba de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos era su ambientación. Y, aunque al final acabé disfrutándola por más motivos, este punto es uno de los más reseñables. Se nota el gran esfuerzo a la hora de crear los escenarios, diseñar el vestuario y hasta el más mínimo detalle para que el espectador sienta el Nueva York de los años 20. Por no hablar de las nuevas pinceladas y descubrimientos del universo de Rowling que nos ofrece esta película. Todo ello se conjuga en una perfecta simbiosis entre la realidad y ese mundo mágico que tantos adoran.

De todos ya es de sobra conocida la premisa inicial de esta película (el experto en criaturas mágicas Newt Scamander llega a Nueva York con una maleta repleta de estas singulares rarezas que acabarán sueltas haciendo peligrar el secretismo de la comunidad mágica americana). Pero la película ha sabido ocultar unas cuantas sub tramas mucho más interesantes. Tanto, que la principal se acaba antojando demasiado floja y llega a perjudicar a las demás. Habría estado mejor que la primera parte de la cinta se centrase del todo en la búsqueda de las criaturas mágicas extraviadas para dejar más tiempo y dedicación a los demás temas para que no se sientan tan capados como están.
Pero hablando claro, hay que decir que cuando están en pantalla. Los animales mágicos se ganan a la fuerza un hueco en el corazón de los espectadores (en mi caso, sobre todo con el avaro y adorable Niffler). Cada uno de los presentados es más fascinante y único que el anterior. Un portento imaginativo que en más de una ocasión se ve bastante afectado por un deficiente CGI que llega a contagiarse a más partes que las de los animalitos de Newt.
Uno de los mayores fallos de la saga cinematográfica Harry Potter fue no saber madurar como lo hicieron sus protagonistas. Cierto que a partir de la excelentísima El Prisionero de Azkaban, se nota cierto cambio respecto a las anteriores entregas más infantiles. Pero nunca llega a los extremos necesarios. Esto parece contagiarse a esta nueva saga llegando a desconcertar bastante al preguntarnos a qué público está de verdad dirigida esta cinta. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos toca temas y momentos bastante duros y oscuros, pero de nada sirve presentarlos si al poco estás haciendo chistes, bromas o preocupándote por la trama de la búsqueda de los animales extraviados. Dando como resultado un cóctel que no acaba siendo del gusto de nadie. Es demasiado oscura para ser una película familiar y demasiado edulcorada para terminar de ser ese salto a la madurez que parece que pretende ser por momentos.

En el guión nos encontramos a la mismísima Rowling. Siendo esta su primera experiencia como guionista. Y se nota. Parece que la autora no termina de querer abandonar las costumbres de escritora y no es complicado notar que la trama se siente demasiado episódica. Esto llega a ser un problema en unos cuantos momentos. Y afecta sobre todo a las otras sub tramas. Eso sí, se agradece que Rowling esté en el guión a la hora de expandir su universo.
Hablando de los personajes que presenta esta película. Tenemos al oscarizado Eddie Redmayne (El Destino de Júpiter, La Teoría del Todo) dando vida al particular Newt Scamander. Un personaje que destaca más por sus maneras que por otra cosa. Y esto puede ser porque se siente demasiado cohibido incluso en su planteamiento. Lo cierto es que cuesta ver en él a un protagonista como en su día lo fue Daniel "Potter" Radcliffe.
Katherine Waterston (Puro Vicio, Alien: Covenant) no mejora el asunto. Su personaje resulta ser demasiado soso. Y acaba ayudando a que destaque más su hermana en la ficción,  Alison Sudol, que resulta encantadora en todos los sentidos. 
Colin Farrell (True Detective, Escondidos en Brujas), en quien tenía depositadas bastantes esperanzas. Termina dando una desganada participación a la que termina por afectar un giro argumental ya utilizado en la anterior saga.
De Ezra Miller (Tenemos que hablar de Kevin, Batman V Superman) no quiero hablar mucho salvo que cumple sin más. Al igual que los demás secundarios, quienes apenas pueden hacer mucho más con el poco material que disponen para lucirse (ni siquiera veteranos como Jon Voight ni Ron Perlman).

La verdadera estrella de la película acaba siendo, para mi sorpresa, el Kowalski de Dan Fogler (Fanboys, Marte Necesita Madres). Aunque temí que solo sería el alivio cómico de la película. Su personaje cobra bastante entidad al ser la representación de cualquier fan de esta franquicia y conecta con el espectador. No es casualidad que sea un no-maj (el apelativo "muggle" en america) que se ve arrastrado a esta mágica aventura y se fascina con cada descubrimiento de este singular mundo. Divertido y encantador.
La BSO a cargo de James Newton Howard (El Sexto Sentido, King Kong) no resulta ser demasiado destacable, apenas llegando a salvar un par de composiciones en la recta final. Amparándose más en la faceta aventurera de la película que en la mágica.
La película tiene unos epílogos en su parte final alargados en exceso y que parece que buscan arrancar alguna lagrimita al espectador. Pero lo único que logran es una anticlimática sensación tras asistir a un clímax que parece sacado de alguna película Marvel.

Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos es la primera entrega de toda una nueva saga cinematográfica. Pero a decir verdad, parece que se acomoda demasiado en su labor como prólogo por lo que está por venir. Haciendo que a la hora de valorarla como película en sí, todo cojeé más. Pero es cierto que invita a volver a adentrarse en el mágico universo ideado por Rowling (o descubrirlo) y que es cierto que tiene tiempo de aprender de sus errores y ampararse más en sus aciertos de cara a las próximas entregas. 

Lo Mejor: El agradecido cambio de aires respecto a la anterior saga. Kowalski y los animales.
Lo Peor: Los problemas concernientes a tramas, personajes y conceptos poco trabajados o apenas presentados por ampararse demasiado en su labor como introducción a una nueva saga.





jueves, 24 de noviembre de 2016

Opinión cinematográfica: "La Llegada" - Crítica de Rubén Giráldez


Dennis Villeneuve lleva ganándose a pulso el ser uno de los mejores cineastas de nuestro tiempo. Desde que hace unos cuantos años llamase la atención de muchos con Incendies. 
Me avergüenza un poco reconocer que un servidor lo descubrió el año pasado con su increíble Sicario. Pero mejor tarde que nunca. Dennis ya está en mi punto de mira particular. Y cómo no hacerlo cuando no deja de realizar peliculones como esta última Arrival (aka La Llegada).
Si el año pasado aseguré en este mismo blog que Sicario era una de las mejores películas de 2015. Ahora con Arrival vuelve a afirmar que Dennis Villeneuve ha vuelto a realizar un largometraje que es de lo mejor que ha dado 2016. Y, de hecho, fácilmente se gana un puesto de honor entre los grandes títulos de ciencia ficción de la historia.

Basado en el relato de Ted Chiang, Arrival se descubre como antítesis de lo visto últimamente en el tema de Invasiones Alienígenas. De hecho, le hace bastante bien que se estrene el mismo año que nos ha llegado Independence Day: Contraataque. La tardía secuela de una de las películas que ha ayudado a este estancamiento temático.
La crítica se ha rendido a los píes de Villeneuve y su Arrival. Imposible no acudir emocionado al cine. Y, en mi opinión, la cosa está completamente justificada. Servidor salió encantado, con esa sensación de haber contemplado una gran película.
Si Arrival puede parecerse a la horda de clónicos títulos de invasiones alienígenas es en el planteamiento inicial (una serie de objetos voladores que se plantan en varios puntos estratégicos alrededor de la Tierra poniendo en jaque a todos los Gobiernos). Pero uno no tarda en notar que el tono es más intimista y opresivo a lo mostrado habitualmente. Y lo más importante es descubrir que la protagonista es una lingüista a la que acude el ejército (uno no tan testosterónico) para tratar de entablar comunicación con los visitantes.

La comunicación es uno de los puntos clave de Arrival. Villeneuve nos quiere recordar aquello que nos une (y diferencia). Y llega a dejarnos un mal cuerpo al hacernos preguntar si estamos preparados a contactar con posibles formas de vida ajenas a nuestro planeta cuando ni entre nosotros no podemos o queremos entendernos. Aquí nos encontramos con una clara crítica sociopolítica que no quiere quitar protagonismo al resto de tramas. Cosa que se agradece, pues Arrival mezcla con maestría sus ingredientes para no terminar de empachar del todo al espectador.
También es notable como vemos las consecuencias de esta visita extraterrestre con un acertado uso de los poderosos medios de comunicación y las redes sociales (donde se sigue desarrollando el tema de la comunicación). Arrival nunca olvida que es una película de Invasiones Alienígenas aunque se tome las cosas con más calma y no haga quedar todo en una orgía de explosiones y rayos láseres. 
La puesta en escena de Arrival es hermosa. Aún con sus tonos apagados, la fotografía de de Bradford Young arranca una inusitada belleza de esas escenas con o sin la nave alienígena. Y la BSO de Jóhann Jóhannsson (habitual en la filmografía de Villeneuve) es impecable. Completamente inversiva y agradecido añadido para acabar de internarse del todo en la historia.

En el guión nos encontramos al irregular Eric Heisserer (Nunca Apagues la Luz, The Thing), cuyo libreto acaba resultando ser un acierto. Increíble pensar que de un relato corto haya logrado dar forma a las casi dos horas de duración. Además de no llegar a ser redundante con las explicaciones científicas y demás posibles problemas que bien podría haber cargado a Arrival.
Al hablar del reparto hay que hacerlo irremediablemente de Amy Adams (El Hombre de Acero, Her). Quien está inmensa en su papel de la Doctora Louise Banks. Ella ES el alma de la película. Tan solo apreciar el momento en la universidad cuando se le informa de la aparición de los objetos flotantes. Pero es que la cosa no queda ahí, y durante toda la película la actriz nos regala una interpretación arrolladora. 
Si en Sicario, Emily Blunt (Into The Woods, Al Filo del Mañana) aún tenía a Josh Brolin (¡Ave, César!, No Es País Para Viejos) y, sobre todo, a Benicio del Toro (El Hombre Lobo, Guardianes de la Galaxia) para darle la réplica. Este no es el caso con Arrival, donde Jeremy Renner (Capitán América: Civil War, El Legado de Bourne) y Forest Whitaker (El Mayordomo, Rogue One) quedan opacados por Amy Adams. Ojo, no digo que hagan un mal trabajo. Pero en comparación, sus participaciones tan solo son correctas.
Sobre el tema alien está claro que me reservo las grandes sorpresas que el espectador irá descubriendo a medida que transcurre el metraje. Pero decir que es otro gran acierto de la película. Desde el simple pero efectivo diseño de los OVNIS, pasando por las criaturas (a medio camino entre las de Monsters y alguna sacada del imaginario de H.P. Lovecraft) y llegando a su curiosa forma de escritura (que estoy seguro que dentro de unos años acabará formando parte del imaginario colectivo al hablar de ciencia ficción). 
Toca hablar del componente dramático del film. Uno de los más sangrantes puntos con los que pueden entrar las comparaciones con Interstellar. Desde luego, resulta ser bastante imperativo en la película de Villeneuve (aunque estoy seguro que lo es más en el relato de Ted Chiang), pero alegrará saber que no llega a los sonrojantes extremos donde acababa la odisea estelar de Christopher Nolan (Memento, El Caballero Oscuro). Aún con todo, puede que muchos acaben criticando este aspecto sobre todo en su recta final. Cuando se descubra el pastel (momento en el que uno puede entender que se decidiesen a cambiar el revelador título del relato original por uno más "comercial") y se recurra a una poderosa composición que recurre a imágenes ya vistas para reforzar el tema oculto del film y terminar de dar la última y mimada pincelada a este profundo y transcendental relato.

Muy ciego debe de estar uno para no reconocer que con Arrival, estamos ante uno de los mejores títulos de ciencia ficción que ha dado este siglo (y, posiblemente, el pasado). No solo es preciosa en cuanto a sus imágenes, el componente dramático está perfectamente utilizado y justificado (aunque puede alcanzar el límite para algunos en su parte final). La imaginería que nos presenta Dennis Villeneuve es demasiado atractiva para el amante de la ciencia ficción y entre todo esto tenemos a una Amy Adams que se gana al público desde su primer precioso y desgarrador monólogo.
Desde luego, con este primer acercamiento en el género de la ciencia ficción, ya deben de quedar pocos que duden de que Villeneuve pueda lograr algo grande con Blade Runner: 2049. Y esperemos que logre su sueño de poder dar una nueva oportunidad a Dune en la gran pantalla. Y queda por saber si entre los títulos de ciencia ficción que nos llegarán el próximo año (Life, Alien: Covenant, Ghost In The Shell) tendremos otra gran joyita de este género como lo ha sido Arrival

Lo Mejor: Prácticamente todo. Joya instantánea del género sci fi.
Lo Peor: El que se la pueda atacar por su tramo final y por unas notables críticas más que merecidas.





lunes, 14 de noviembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Un monstruo viene a verme" - Crítica de Rubén Giráldez


Con tan solo tres películas en su haber, Juan Antonio Bayona ha logrado posicionarse como uno de los directores de referencia de nuestro cine. Ya en su notable opera prima El Orfanato, todos los focos apuntaron a este joven barcelonés, que en el 2012 terminó por convencer a todos con Lo Imposible. Y lo cierto es que todo apuntaba a que este nuevo trabajo antes de terminar de desembarcar en suelo americano sería la perfecta combinación de todo lo que hizo grande sus dos anteriores trabajos. Por desgracia, al menos en mi caso, la cosa se queda bastante a deber.
Cabe destacar que desde su primera película, el marketing estuvo muy a favor de Bayona gracias a la implicación de importantes cadenas nacionales o grandes padrinos como lo fue Guillermo del Toro (El Espinazo del Diablo, Hellboy). Pero en esta ocasión Mediaset vuelve en su empeño de publicidad machacona. Tal como ocurrió hace un tiempo con Regresión. Pero en este caso, todo iba a más al estar ante un drama. A tanto llegó esto que desde su estreno, muchos acuden al cine a ver Un Monstruo Viene A Verme como si se tratase de una prueba para demostrar que tienen sentimientos. Buscan el derramar la mayor cantidad de lágrimas posibles (incluso a la salida de la sesión se enzarzan en discusiones de quién ha llorado más). Si perteneces a las grandes ciudades de nuestro país hasta esto te puede hacer ganar tu segundo de oro al dejar constancia ante las cámaras de esto y contribuir en el circo mediático en el que se ha transformado esta película. A tal punto que parece que uno no pueda decir nada negativo de esta película sin que alguien pueda llegar a tildarle de insensible e inculto (y seguramente esas palabras vengan de alguien que se enteró de la existencia de esta película en los anuncios del Sálvame....). 

Juan Antonio decide adaptar la novela de Patrick Ness (basada en una historia original que, tristemente, no pudo terminar de escribir la difunta Siobhan Dowd) para dar por finalizado su particular trilogía fílmica sobre las relaciones Madre-Hijo. Y, aunque el director diga que esta película es su trabajo más personal y el propio Ness haya escrito el guión. Estamos ante una producción tan descaradamente comercial que ofende que se venda como una obra tan bella y profunda. Todo está maquiavélicamente pensado para tratar de arrancar unas cuantas lágrimas al espectador. Se nota forzado desde el principio. Esquematizado, como piezas de un nada sesudo rompecabezas. 
En mi caso, no tuve tiempo de poder leer la novela antes de ver la película. Aunque sí que no tuve reparos en querer informarme posteriormente de varios detalles fundamentales de la obra original para darme cuenta de que Patrick "arregló" la historia sin ningún pudor.
Hablando un poco de la premisa. Tenemos a un joven ("demasiado grande para ser un niño, pero muy joven para ser un adulto") que pasa por un terrible momento del que parece que solo le sacará un monstruo salido de la tierra y de las regiones más indómitas de su imaginación. Pero aunque el monstruo no se muestre tan terrible como uno se esperaría, no cejará en su empeño de sacarle a Conor O´Malley la verdad que tanto le está atormentando...
Desde un principio ya se nos trata de dejarnos claro lo p*** que es la vida de Conor. Añadiéndole una trama de acoso escolar bastante chapucera (supongo que en la novela se trabaja mejor) y que se resuelve de misma forma. Dejándonos con la sensación de que se ha quedado en el guión para que el personaje de Conor sufra algo más.
Si en Lo Imposible, Bayona mostró al mundo a un joven talento como lo es Tom Holland (nuestro nuevo Spiderman en la gran pantalla que tantos aplausos arrancó en su debut durante Capitán América: Civil War). Está claro que esta vez ocurrirá lo mismo con Lewis MacDougall, a quien pudimos ver en la esperpéntica PAN. Bayona logra que el joven actor fuerce momentos de gran dolor emocional. Tal es el empeño en que recaiga toda la atención sobre Lewis que del resto del reparto se puede decir que cumplen y poco más.

Felicity Jones (a quien este año veremos también en Inferno y el spin-off de Star Wars: Rogue One) apenas puede justificar que esta película pertenezca a esta trilogía de Madres-Hijos. El espectador logra reforzar el vínculo y las sensaciones que debería transmitir su personaje al ser escenas (por desgracia) tan reconocibles y cercanas.
La gran Sigourney Weaver (Aliens, Luces Rojas) tiene que esperar hasta la recta final para brillar. Y Toby Kebbell (lo acabamos de ver en Warcraft: El Origen y la nueva versión de Ben-Hur) se siente muy fuera de lugar. 
Claramente, la película tiene que solventar esta carencia con algo. Y no es difícil hallar el qué: TODO lo concerniente a los apartados técnicos y visuales.
Desde la estupenda fotografía de Oscar Faura (Biutiful, Mindscape), hasta el diseño y las apariciones del monstruo. Pasando por las exquisitas formas de mostrar las dos primeras historias y una BSO (obra de Fernando Velázquez, habitual colaborador de Bayona). La puesta en escena de Un Monstruo Viene A Verme no decepciona y resulta hermosa.
Hablando del monstruo. Está claro que uno de los grandes atractivos de la cinta es poder disfrutar de la cavernosa voz de Liam Neeson (Venganza, Infierno Blanco). Ya es una lástima tener que privarnos de eso con la versión doblada al castellano. Pero aún por encima no tenemos al habitual doblador de Liam, sino al que corresponde a Anthony Hopkins. Por lo que, al menos en mi caso, me resultó bastante complicado tratar de sacarme de la cabeza al doctor Lecter o a Odín cada vez que el monstruo abría la boca. 

Para cumplir las necesidades comerciales del film, se ha decidido dejar todo bien masticadito al espectador. Llegando a colarnos un alargado e innecesario epílogo que me ha parecido todo un insulto. No he podido evitar pensar en la reciente Babadook que, salvando las distancias, no es tan diferente como podríamos esperar de esta película. En su opera prima, Jennifer Kent deja bastantes elementos para que el espectador pueda entender la obra sin necesidad de tener que pararse más de lo debido y lastrar el ritmo y la narración. 
Está claro que Un Monstruo Viene A Verme es una estudiada propuesta que busca el llanto del espectador. Pero, por suerte, goza de una puesta en escena brillantemente hermosa que logra justificar su visionado.
Una verdadera lástima que esta película no me llegase a remover sentimientos tanto como habría querido (o me habían prometido). Ahora veremos cómo afrontará Juan Antonio el reto de dirigir la secuela de la taquillera Jurassic World y si en un futuro no muy lejano puede permitirse parir otra historia como El Orfanato. Para mí, la mejor obra de este director.

Lo Mejor: Su puesta en escena. Lewis MacDougall
Lo Peor: El afán por hacerla tan comercial la muestra artificiosa en exceso. 


viernes, 4 de noviembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Doctor Strange" - crítica de Rubén Giráldez


2016 ha sido un EXCELENTE año para el fan del cine de superhéroes. Empezamos con las desventuras del irreverente Mercenario Bocazas Deadpool. Asistimos al enfrentamiento entre Batman y Superman (con su atropellada construcción de nuevo Universo Cinematográfico). Continuamos con las superdisputas (esta vez mejor trabajadas) en Capitán América: Civil War, presenciamos el Apocalipsis de los X-Men y pasamos el rato con los chicos (no tan malos) de Escuadrón Suicida. Por no olvidar que en la pequeña pantalla también hemos tenido una buena ración de este género gracias al canal CW (Legends of Tomorrow, Flash, Arrow), quienes acaban de integrar a Supergirl a su universo televisivo. Netflix con la segunda temporada de Marvel´s Daredevil y la primera de Luke Cage. Y en ABC la cuarta temporada de Agentes de SHIELD ha arrancado bastante fuerte con la inclusión de Ghost Rider (aunque es el último que carga con el Espíritu de Venganza, Robbie Reyes) y el misticismo que lo rodea. 
JUSTAMENTE es todo este nuevo terreno inexplorado el que viene a afianzar la película de la que hablaré en las próximas líneas: Doctor Strange (Doctor Extraño para los más puretas).
Este personaje nacido en la década de los 60, se ganó el estatus de "Secundario de lujo" a pesar de protagonizar sus propias series regulares. Y es que, era genial poder recurrir a Stephen Strange, Hechicero Supremo, cuando la cosa alcanzaba niveles que hacían que los Vengadores, Los 4 Fantásticos o los X-Men sudasen la gota gorda. O cuando estas amenazas eran de naturaleza mística o infernal. 
No hablamos de un soldado con habilidades super humanas gracias a un suero experimental. Ni de un tipo con una portentosa armadura mecánica. Ni siquiera de un colérico gigante verde surgido de la radiación. Stephen Strange es un mago. Con todo lo que eso conlleva. 

La idea de trasladar a este personaje de las viñetas a la pantalla no es algo nuevo. Sin contar la casposa cinta setentera (en esa "maravillosa" época donde Spiderman se enfrentaba a karatecas, el traje de Tony Stark parecía un consolador escarlata y Lou Ferrigno era el Increíble Hulk) ni la de animación de 2007. Ya en los 90, Wes Craven (Pesadilla en Elm Street, Vuelo Nocturno) se interesó por este personaje tras no dar en el clavo con su adaptación de La Cosa del Pántano. Y unos cuantos años después, casi llegamos a tener a Guillermo del Toro (El Laberinto del Fauno, Pacific Rim) tras las cámaras trabajando con un guión de Neil Gaiman (American Gods, Coraline). Por desgracia (o suerte), del Toro solo ha tocado el género de los superhéroes con Blade II y Hellboy (se desvinculó, sin ser en las labores de producción, del proyecto de adaptar La Liga de la Justicia Oscura), mientras que Gaiman aún no ha visto como la comentada película de The Sandman sale de los despachos. 
El Universo Cinematográfico de Marvel Studios ya lleva un buen recorrido desde que en 2008, Iron Man sorprendiese a propios y extraños al descubrir que se trataba de algo más que una nueva película de superhéroes. Que solo era la punta del iceberg de un plan mayor. Han pasado los años y ya hemos visto a los Vengadores reunirse en dos películas (y pelear en otra). Y personajes bastante infravalorados como Ant Man o completamente desconocidos como Guardianes de la Galaxia ya son los favoritos de muchos. Una película sobre Doctor Strange ya no sería una idea tan descabellada (además de que ya se nos mencionó la existencia del personaje en ese Universo con Algoritmo Zola en Capitán América: Soldado de Invierno). Y aunque es cierto que el riesgo siempre está presente. Si algo está demostrando Marvel Studios es que sabe cómo lograr contentar al público y acercar a sus personajes de los cómics a la gran pantalla. Porque sí, Doctor Strange es una nueva historia de orígenes.
No serán pocos los que sacarán los cuchillos para trinchar esta película cuando noten cierto tufillo a lo ya mostrado en Iron Man (porque sí, guardan bastantes similitudes). Y sí, los esquemas argumentales de esta clase de historias hacen que se resienta bastante el conjunto. Por suerte, Doctor Strange carga a los hombros una estimulante y poderosa imaginería que lo hace apartarse bastante del multimillonario héroe guaperillas. Y, de hecho, de todo lo mostrado hasta ahora en el género. Resultando en uno de esos agradecidos soplos de aire fresco en este enrarecido género. 
Tampoco hay que olvidar que muchos conocen por primera vez a este personaje gracias a esta película. No ocurre como con Hulk quien ya forma parte del imaginario colectivo. Por lo que con El Increíble Hulk (Louis Leterrier) pudieron tomarse la libertad de hacer un breve repaso a la génesis de Bruce Banner en los títulos de crédito. Y queda por saber si en Spiderman: Homecoming tendremos que volver a asistir a la ya consabida picadura radioactiva y los primeros pasos del trepamuros. Toca presentar al Gran Público a este portentoso neurocirujano quien, tras un aparatoso accidente, busca desesperadamente recuperar el control de sus manos. Pero el viaje que emprenderá lo llevará a rincones alejados del tiempo y del espacio donde se forjará como un nuevo defensor de la humanidad.

La película no pierde el tiempo en dejar boquiabierto al espectador. Doctor Strange abre un nuevo universo de posibilidades al UCM que empezamos a degustar con esos primeros minutos. Donde nos dejan claro que la parte visual es el gran fuerte de esta propuesta. Lo visto en los avances no es más que una mínima fracción de lo que nos ofrece Doctor Strange. Las capas de la realidad se pliegan al antojo de los personajes. Transitan dimensiones inexploradas, conjuran fuerzas desconocidas. Doctor Strange es toda una experiencia visual (seguramente en 3D todo quede más espectacular, aunque en mi caso temo quedar anonadado por los imposibles espectáculos que se están dando ante mí). Sin palabras me quedé con la escena en la que la Anciana hace abrir (de verdad) los ojos a Stephen Strange. Digna de pausarse fotograma a fotograma y preciosa carta de amor a lo que el artista Steve Dikto mostró en las primeras aventuras del personaje: Psicodelia en estado puro. Las películas de Marvel Studios ya son toda una droga para el espectador.
Aún con todo, esta película sigue sintiéndose parte del gran todo que es el UCM sin la necesidad de tener tantas referencias y cameos como tuvo Ant Man. Las series de Netflix ya nos han demostrado que se puede afirmar que personajes como Daredevil, Jessica Jones o Punisher conviven en el mismo mundo que los Vengadores sin necesidad de que estos irrumpan en las calles de Hell´s Kitchen. En Doctor Strange ocurre lo mismo. Ya dejan claro que estos personajes se enfrentan a amenazas desconocidas para los Héroes Más Poderosos de la Tierra.
El uso de la magia está increíblemente representado en Doctor Strange. Hace poco que en Warcraft: El Origen tuvimos un pequeño vistazo a algo más que lanzar bolas de fuego o invocar los típicos escudos mágicos. Las escenas de acción que se gastan en esta película llevan los combates vistos en el UCM a un nuevo nivel que nos hacen preguntarnos cómo harán para superarse en la Infinity War contra Thanos.
Aún con lo mostrado en esta película (contando la orgasmeante mención a una de las mayores entidades cósmicas del universo Marvel), apenas se ha rascado en la superficie (ni siquiera se ha hablado de verdad de los Vishantis). Dejándonos con muchas ganas de continuar con las aventuras de Stephen Strange. 
Hablemos del reparto:
En mi caso estuve bastante tiempo deseando que Johnny Depp (Sleepy Hollow, Alicia en el País de las Maravillas) fuese escogido para dar vida al Hechicero Supremo. Pero tras hacerse oficial la elección de Benedict Cumberbatch (Sherlock, Black Mass) no tuve reparos en admitir que el actor da el pego caracterizado. Y vista la película también rendirme ante la parte actoral. A pesar de forzarle bastantes momentos cómicos y socarrones (que contribuyen a hacer pensar que no es más que un remake de Tony Stark con magia). Benedict logra trasladar las facetas más profundas de este personaje. Su altanería que contrarresta con la fragilidad que muestra a partir del fatal accidente. Tengo que tratar de dejar de dudar en las elecciones de cast de Marvel Studios.

Y Doctor Strange aún ha tenido unas cuantas elecciones de reparto que se cuestionaron durante meses. Como es el caso de Tilda Swinton (La Playa, Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian) dando vida a La Anciana. Quien, en los cómics resulta ser un centenario tibetano. Ken Watanabe (Batman Begins, Godzilla) sonó como posible candidato para hacerse con el papel y también me extrañé con la elección de Tilda. Aprovechando que el nombre de El Anciano no es más que un título transmitido a lo largo de los años. Decidieron reimaginar al personaje dotándole de la androginia que suele bordar Swinton (recordemos su papel como Gabriel en la película Constantine). El resultado ha sido igual de excelente que la elección de Cumberbatch como Strange o mejor. Tilda está impecable en su rol de mentora. El halo de misterio que la rodea nos hace preguntarnos si de verdad hemos llegado a conocerla mínimamente en esta película. En más de una ocasión amenaza con robarle el protagonismo al mismísimo Doctor Strange. Y junto a él protagoniza uno de los momentos más emocionantes vistos en el UCM en forma de simple conversación.
Chiwetel Ejiofor (Marte, 12 Años de Esclavitud) también tuvo a su homónimo de las viñetas en contra. Al igual que con el personaje de Tilda, su Mordo sufre (para bien) otra readaptación que logra dotarle de mayor entidad y relevancia (de cara a futuras apariciones).
Por desgracia tenemos a una tristemente desaprovechada Rachel McAdams (True Detective, Sherlock Holmes) relegada al simple rol de interés amoroso del protagonista. A medio camino entre la Pepper Potts de Gwyneth Paltrow (Iron Man 3, Seven) y la doctora Jane Foster de Natalie Portman (Cisne Negro, Thor). Una lástima teniendo en cuenta que podría haber sido Clea (hechicera y sobrina de Dormammu que llegó a ser esposa de Stephen). Y el Wong de Benedict Wong (Marco Polo, Sunshine), acaba siendo un mero alivio cómico al que se fuerza su camaderia con el Doctor.
Aunque no le dejen vía libre para demostrar el monstruo de la interpretación que es. Mads Mikkelsen (Casino Royale, Star Wars: Rogue One) cumple con creces con su villano Kaecilius (en los cómics apenas pasó de segundón). A falta de alguna escena que dejase mejor representado el dolor y temor por los cuáles está haciendo lo que hace. Y otros impactantes momentos que lo acercasen a lo que podemos ver en la serie Hannibal. Mads logra que su personaje sobresalga de la ponzoña en la que muchos antagonistas de las producciones de Marvel Studios no salen. Y eso a pesar de los innecesarios momentos de humor que le introducen con calzador. 

Sí, es cierto que Marvel Studios se caracteriza por ser más "amigable" que su "oscura" competidora. Que no hay película que no tenga unos cuantos chistes y escenas que arranquen la carcajada al espectador. Pero el humor en Doctor Strange está TERRIBLEMENTE utilizado. Sobre todo se nota en un par de escenas donde quisieron quitar hierro al asunto. Pero está claro que esta película no es Ant-Man ni Guardianes de la Galaxia. Doctor Strange exige un tono diferente. Y no será por las salidas dramáticas con las que sale y que son muy de agradecer. 
En la dirección tenemos a Scott Derrickson. Un habitual del género de terror conocido por El Exorcismo de Emily Rose, Sinister y Líbranos del Mal. Esperaba que con esta elección, Marvel Studios le permitiese mostrar algo de los rincones más oscuros de la mitología de Doctor Strange. Por desgracia esto no es así, y Scott se acoge a designios superiores (hasta un querido y reconocible Mal de las viñetas sufre una readaptación que no hace ni la menor justicia de la aterradora presencia que se nos ha prometido), aunque no queda a deber a la hora de dar rienda suelta a su vena fantástica. A pesar de que se le "ataque" con las similitudes con Batman Begins (cabe recordar que este viaje estaba en la génesis del personaje) y Origen (es cierto que este recurso visual le afecta a la hora de querer demostrar originalidad), Scott logra salir del paso. Al igual que en el temido tercer acto. Donde sale con una ocurrencia en la batalla final que, aunque seguro que no acaba siendo del gusto de muchos, la distancia de tantas otras películas del género.
Michael Giacchino compone la Banda Sonora Original de esta película en la que esperaba más riesgo. Más partituras experimentales que ayudasen a que la experiencia de esta película fuese más extrasensorial. Aún con todo, acaba siendo de las mejores BSO de Marvel Studios.
Tras hacernos temer que su cameo en X-Men: Apocalipsis sería el último. Stan Lee vuelve a dejarse caer por el metraje para sacarnos una sonrisa. Y no os perdáis las dos escenas post-créditos que, aunque a mi parecer deberían de estar al revés, son de las mejores realizadas en mucho tiempo por Marvel Studios.
Doctor Strange resulta ser, de verdad, un soplo de aire fresco a este género. Aún siendo una película de orígenes que peca de esos recursos argumentales tantas veces vistos. Toda la nueva mitología y personajes que nos descubren (justificados con unos apabullantes efectos digitales) e integran a este Universo Cinematográfico, resultan ser de lo más estimulantes y apetecibles de seguir la pista.

Lo Mejor: Los efectos visuales. Benedict y Tilda. 
Lo Peor: El mal uso del humor. Personajes y director desaprovechados. La fórmula de "Historia de Origen" acaba pasándole factura.