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miércoles, 8 de abril de 2015

Opinión Literaria: "Weird West Vol.1" de Lem Ryan, Raul Montesdeoca y Carlos Diaz Maroto por Víctor Cifu

 

"Tres escritores, tres historias y una misma finalidad…entretenimiento. Lem Ryan, Raúl Montesdeoca, Carlos Diaz Maroto se unen para crear una novela que sorprenderá y gustará tanto a los amantes del género como a los que no lo son. Larga vida a Weir West"

En 1981 se publicó "Cazadores de vampiros" en los bolsilibros de Editorial Bruguera. Desde entonces, esta novela de Lem Ryan ha devenido en obra de culto. Y ahora, Dlorean la recupera como inicio de una saga de aventuras ambientadas en el Oeste y con las criaturas sobrenaturales de por medio. Junto a ella, se incluyen dos secuelas directas de la novela de Lem Ryan con dos aportaciones más de Raúl Montesdeoca y Carlos Díaz Maroto, que componen un volumen unitario de tres “novelas de a duro”, inicio de una colección trepidante. ¡Únete a Jonathan McIntire y su grupo de cazadores contra el pérfido Conde Drácula y sus huestes de vampiros! Todo ello, en un Oeste poblado por pistoleros, saloones, linchadores y todas las constantes de un género unido al ambiente de una película de la Hammer. Y esto solo es el principio...

Weird West Vol.1 empieza con un genial prólogo de Lem Ryan, en el que nos cuenta como surgió la creación de “Cazadores de Vampiros”. Estáis obligados a leerlo si o si y descubrir algunas anécdotas que yo desconocía.
Vamos al lío con la ¿antología? Me cuesta decir que Weird West Vol.1 es una antología ya que a mí me ha parecido más una novela escrita a tres manos y posiblemente es por esto que me ha sorprendido para bien.
Weird West Vol.1 empieza con el relato “Cazadores de vampiros” de Lem Ryan. En el que nos muestra una serie de personajes que se unen para poder acabar con el Conde Drácula.
Jonathan es el principal protagonista no solo de este relato, sino de toda la novela además es mi personaje favorito. Es un individuo que tiene unas cualidades impresionantes pero no es el típico vaquero que se regodea de ser el mejor ni de su habilidad con el revólver, etc. Es un tipo normal, humilde y que vuelve a su ciudad natal para enderezar su vida. ¿Quién le iba a decir que terminaría enfrentándose a Drácula?
Además de este personaje nos encontramos con el Padre Halles o con su amiga de la infancia y juventud Harriet que veremos como su relación va mejorando a medida que vamos adentrándonos en la historia.
La gran virtud de esta historia es como Lem Ryan innovó en su momento incluyendo un personaje como Drácula en una historia de pistoleros en el Oeste y creo que el resultado ha sido fantástico.
Nos encontramos una narración lenta en la que los personajes quedan muy bien perfilados y poco a poco se nos va presentando el terreno para finalmente llegar a un enfrentamiento que a mi pesonalmente me dejó algo frío. Esto es un dilema ya que me gustá la forma de narrar de Lem, esa narración pausada y detallando características de pesonajes, pero tiene el inconveniente que cuando no te das cuenta estas llegando al final (esto lo explica Lem en el prólogo).
De todas formas el final no resta para nada al resto del relato que me ha dejado con un gran sabor de boca y sobre todo, aunque la narración es lenta, te mantiene en tensión porque no sabes en que momento te va a sorprender.
Seguimos con la “segunda parte” o el segundo relato, esta vez de la mano de Raúl Montesdeoca “La Dinastía de Drácula”.
Raul sabe utilizar muy a su favor el legado de personajes de Lem. Motesdeoca no tiene que explicarnos quien es cada personaje y esto hace que haya una mayor fluidez narrativa.
En este relato también nos encontramos con un nuevo personaje: Shi Kwei. Una cazadora de vampiros asiática, la última de su clan y con unas habilidades envidiables que servirán de gran ayuda para que Jonathan y los suyos puedan vencer a sus enemigos.
Como véis no quiero explicar mucho más sobre la historia ni quiero adentrarme demasiado porque perdería toda la gracia. Yo leí esta antología, novela(llamadla como queráis) con muy poca información, simplemente sabía que era una historia en el oeste en la que aparecían vampiros. Os aseguro que me alegro de no haber sabido más ya que las sorpresas que me he ido llevando a medida que iba avanzando han sido de lo más divertidas.
Pasamos a la “tercera parte” o tercer relato de la mano de Carlos Diaz Maroto "Los hijos de la noche" una genial forma de terminar esta obra.
Una de las cosas que más me ha gustado de este relato es que Carlos no tiene compasión con ningún personaje, todos están en peligro de muerte, y esto a mi como lector me encanta. Ese misterio, esta tensión, esas sorpresas que te encuentras.
Otra de las cosas que me ha gustado es el gore que desprenden algunas de las muertes en las que no tiene ningún reparo en explicarnos detalles de lo más asquerosos. Un amante del la novela de terror, del cine de terror y gore como yo esto es una autentica delicia.
En este relato también aparecerá un nuevo personaje, el profesor Van Helsing y otros más que prefiero que los descubráis vosotros mismo ya que con Van Helsing os he dado una buena pista.
En definitiva Weird West Vol.1 me parecer una obra muy redonda en la que los autores, sobretodo Raul y Carlos han sabido seguir a la perfección con las premisas de Lem Ryan y además han puesto sus propios toques para enriquecer esta obra y el inicio de un nuevo universo literario.
No quiero olvidarme de esas geniales ilustraciones de José Baixauli. Me gusta mucho su estilo y sobretodo la decisión de haber decidido que las ilustraciones estuvieran en blanco y negro, creo que es un gran acierto. Enhorabuena.
Lo dicho, si sois amantes de las películas o novelas del Oeste, este es vuestro libro. Si sois amantes del Pulp, este es vuestro libro. Si sois amantes de la figura del vampiro tanto en la literatura como en el cine, este es vuestro libro. Y si no sois amante de ninguna os recomiendo que le deis una oportunidad porque seguro que acabáis siendo amantes de esta obra.
LARGA VIDA A WEIRD WEST.

lunes, 23 de marzo de 2015

Placeres Culpables: "El bueno, el malo y el raro" por Pau Varela



Título original: El bueno, el malo y el raro (Jo-eun nom nappeun nom isanghan nom). 
Dirección: Kim Jee-woon.  
Guión: Kim Jee-woon y Kim Min-suk. 
Música: Dalparan y Jang Yeong-gyu.  
Fotografía: Lee Mo-gae. 
Producción: Barunson Co. Ltd. y Grimm Pictures.  
Distribuida por: IFC Films.  
Fecha de estreno: 17 de julio de 2008.  
País: Corea del sur.  
Presupuesto: 10 millones.  
Recaudación en taquilla: 44 millones. 
Reparto: Kang-ho Song (Yoon Tae-goo / El raro), Byung-hun Lee (Park Chang-yi / El malo), Woo-sung Jung (Park Do-won / El bueno), Yoon Je-moon (Byeong-choon), Ryu Seung-soo (Man-gil), Song Yeong-chang (Kim Pan-joo), Son Byeong-ho (Seo Jae-sik) y Oh Dal-su (Park Seo-bang).



Sinopsis:
Tres forajidos coreanos recorrerán la Manchuria ocupada por el ejército japonés durante La Segunda Guerra Mundial en busca de un mapa que se dice indica la situación de un auténtico tesoro; Do-wan —el bueno—, un caza recompensas tan sobrio como su código de honor, Chang-yi —el malo—, un asesino despiadado, y Tae-goo —el raro—, un ladrón de medio pelo. Los tres anhelan el tesoro por distintos motivos, los tres tienen deudas que saldar entre sí. No serán los únicos que persigan el mapa. El ejército japonés y una banda de ladrones local también le siguen la pista. Todos ellos cruzaran sus caminos jugando al gato y el ratón y dejando una buena pila de cadáveres a su paso.




¿Qué hay mejor que un western que en su secuencia inicial incluye un espectacular asalto a un tren, un misterioso mapa del tesoro, un argumento lleno de acción y comedia, y personajes memorables? Pues añádele a todo eso el toque del cineasta surcoreano Kim Jee-woon y tendrás uno de los westerns más originales y entretenidos de los últimos desde… ¿qué sé yo? ¿Cuánto hace de la muerte de Sergio Leone? ¿Veinte o treinta años? Pues eso. El bueno, el malo y el raro es jodidamente divertida. Al mismo tiempo que reconoce los elementos clásicos del género, no tiene problema en limpiarse el culo con ellos. El espíritu del maestro italiano del spaghetti western no solo se encuentra en el homenaje del título, sino que sus personajes y lenguaje cinematográfico le deben mucho a Leone. Kim —más conocido en estos lares por la magistral y terrorífica I Saw The Devil (2010)—, logra crear además una obra única. Este noodle western es un film largo, por encima de las dos horas, pero su ritmo desenfrenado hace que apenas se note.




Rodada en el desierto de Gobi con espectaculares gran angulares y una cámara siempre en movimiento siguiendo la acción —otro guiño al maestro Leone—, El bueno, el malo y el raro combina escenas de acción coreografiadas con la garantía propia del cine asiático y filmadas con una belleza fotográfica poco común en este tipo de films, utilizando una paleta de colores brillantes que componen un festín para los sentidos. El trabajo técnico detrás de cada escena es fluido y realmente fresco, y el acompañamiento de la música, con melodías propias del western mezcladas con ritmos latinos, no hace sino acentuar la efectividad del conjunto. Como se ha visto en casi toda su filmografía, a excepción tal vez de su primera producción hollywoodiense The Last Stand (2013), Kim tiene un sentido de la puesta en escena refinado y a la vez exuberante, heredada de sus años como director teatral, cosa que queda patente desde el asalto al tren con el que se inicia el film. Pocas veces el arranque de una película tiene el efecto de dejarte con las manos aferradas al sillón ya de entrada, así sin avisar y sin anestesia, y a pesar de que lo más normal sería que el resto del metraje no lograra replicar esa fuerza inicial, lo cierto es que no solo consigue mantener la tensión y la espectacularidad en alto, sino que incluso la eleva. 




Ese descontrol narrativo es el punto más problemático del film, ya que lo lleva al extremo hasta las últimas consecuencias, sin molestarse en justificar o desarrollar más de la cuenta el argumento. Por el contrario, la acción es seguramente el punto fuerte, en un ejemplo de que la forma puede ser tanto o más importante que el fondo en un film. Si en la mayoría de películas de este tipo experimentamos la acción desde el punto de vista del personaje que realiza las acciones, Kim nos aleja y nos obliga a centrar nuestra atención en el receptor de la acción, apoyándose en la sensación de anticipación por lo que está a punto de suceder y no en la sorpresa de ver algo explotar de repente.




Los personajes principales siguen el patrón del spaghetti western, con personalidades un tanto descarnadas y carentes de profundidad dramática. No hay una moraleja elaborada detrás de los sucesos que se muestran ni nada parecido, más bien es un cartoon extravagante donde los personajes sirven al propósito general de entretener a toda costa. Y esto, aunque los más puristas puedan arquear sus cejas juiciosas, es realmente de agradecer. Los tres actores que encarnan al trio protagonista clavan sus papeles a la perfección —ojo a la estética de los tres, que va del look cowboy clásico de Do-won (el bueno) al rollo más emo de Chang-yi (el malo)—, y donde no llega el guion lo suplen con un carisma que desborda la pantalla.


Jun Woo-Sung  es tal vez de los tres quien permanece más tiempo en un segundo plano, interpretando a un personaje lacónico, sin pasado ni otra función que la de representar el honor y poco más.Lee Byung-hun clava el rol de malo estereotipado, el muy cabrón es una fuerza sanguinaria imparable durante toda la película, asesinando a sangre fría a rivales y compañeros indistintamente. La proliferación de primeros planos de él dice mucho del trabajo realizado por el actor para transmitir las motivaciones del personaje sin apenas palabras. Pero el gran protagonista de la función es sin lugar a dudas Song Kang-ho - a quien algunos recordaran por su papel en Memories of Muerder (Bong Joon-ho, 2003) y The Host (Bon Joon-ho 2006) - Los momentos cómicos más brillantes y divertidos corren a su cargo.Tomando un personaje que podría haber resultado un tanto cargante para el espectador, consigue crear tal vez al más humano de los tres, alguien con quien podemos empatizar sin dificultad.




En definitiva, El bueno, el malo y el raro es un film excelente. El aspecto técnico es sobresaliente y la mezcla de western, comedia y acción es jodidamente deliciosa. Las secuencias de acción son espectaculares y resulta fácil obviar las lagunas en la narración gracias al puro disfrute que se siente durante su visionado. Cualquier persona que se considere un apasionado del cine tiene que ver esta película, así de simple. Se trata de entretenimiento puro y duro.