Mostrando entradas con la etiqueta Disney. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Disney. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Rogue One" - Crítica de Rubén Giráldez.



Disney está aprovechando la compra de Lucasfilm y se propone que durante unos cuantos años (si la cosa no cambie) tengamos dosis anuales de Star Wars. Recordemos que el año pasado por estas fechas ya se nos (re)enganchó a esta saga con El Despertar de la Fuerza. Y mientras esperamos al Episodio VIII, Disney ha decidido abrir un nuevo camino con una serie de spin-offs que cuenten nuevas historias a parte de las correrías estelares de la familia Skywalker y amigos. Es así como nació la idea de Rogue One. El primero de estos títulos individuales que vuelve a hacernos visitar las salas de cine con las ganas de volver a visitar Una Galaxia Muy Muy Lejana...
Tomando como punto de partida un hecho apenas mencionado en la primera película de la saga, Una Nueva Esperanza, como es el robo de los planos de la temida Estrella de la Muerte por parte de unos Rebeldes anónimos. Y que acabarán en manos de ese granjero llamado Luke que terminará por convertirse en el héroe de toda la Galaxia. Rogue One se presenta como un vistazo más maduro a este universo creado por George Lucas revelando, de paso, el tan criticado motivo de esa falla estructural en la temida súper arma y descubriéndonos a estos héroes que permitieron que la chispa de la Rebelión quemase de verdad al imponente Imperio.

Aunque ya de entrada la premisa me atrajo, llegué a temer por el producto final. Pues resulta que esta película sufrió cambios en el guión y hasta se regrabaron escenas con apenas unos meses para que llegase su estreno. El temor porque Disney decidiese hacer más "amigable" la cinta, cargándose el atractivo de la propuesta me acompañó hasta mi visita a la sala de cine... Y se esfumó con el transcurso de los minutos de metraje.
No hace falta la ausencia de la ya clásica introducción escrita descendente para darnos cuenta de que estamos ante una cinta que quiere tomar un nuevo rumbo de la saga madre (sin olvidarse NUNCA de que es una película de Star Wars y que precede a la emblemática Una Nueva Esperanza). Y, por supuesto, uno más maduro. Aprovechando un poco el no tener a todas esas hordas de espectadores más "casuals" al no ser un Episodio de la saga. Es lo que espero que supongan estos spin-offs: disfrutar de nuevos puntos de vista de esta saga. Explorar nuevos mundos, tonos y personajes. Y esta película decide aprovechar el convulso y oscuro período en el que se enmarca para darnos una película de corte bélico que se distancia un poco del tono ligero space opera de la saga madre. Porque, sí. TODAS las películas de Star Wars tratan el tema bélico (por algo ese título), pero ha sido Rogue One la que ha aprovechado de verdad este tema, ofreciéndonos el relato más crudo y oscuro de la saga a excepción del querido El Imperio Contraataca y el tramo final de La Venganza de los Sith. 

Puede que a muchos le parezca que la película tarda en arrancar. Y que es a partir de la primera aparición de la temida super arma del Imperio cuando de verdad comienza la acción que no decae hasta la soberbia escena final. Aunque en mi caso lo que sí he de decir es que con esa considerable duración no se haya hecho un mejor trabajo a la hora de trabajar los personajes principales. Pero hay que saber admitir que esta película ha trabajado con un enorme elenco de personajes (tanto principales como secundarios) y que también podríamos empezar a vislumbrar este problema con la reciente El Despertar de la Fuerza.
Felicity Jones (La Teoría del Todo, Un Monstruo Viene a Verme) nos proporciona un nuevo personaje femenino para destacar en este universo. Aunque es verdad que la actuación de Jones está bastante limitado por la escritura del personaje (a quien no le vendría mal algo más de exposición de su pasado hasta que toca embarcarse en esta aventura). 
Diego Luna (Elysium, Blood Father) logra destacar más gracias a su personaje. Su Cassian Andor nos revela el Lado Oscuro de la Rebelión. Y aunque pueda chocar bastante su cambio de parecer en cierto punto de la película. El propio personaje no olvida lo que es y ha hecho en nombre de la Rebelión. Y este punto ha sido MUY de agradecer. A diferencia de lo visto en la trilogía original, en Rogue One no tenemos precisamente "Buenos" ni "Malos". Solo individuos que persiguen sus propios ideales que chocan contra los de otros y que deben hacer cosas bastante cuestionables en pos de la victoria. Esto llega a verse incluso desvirtuado en el grupo conocido como "Los Partisanos" que son los responsables de una de las escenas más duras del film y que parece que quieren ser el reflejo de lo que ocurre actualmente en Oriente Próximo.

El resto de personajes de este equipo también destacan en cuanto a su caracterización. Y aunque es cierto que se podría haberse dedicado más tiempo y esfuerzo en su construcción cumplen con creces para con la historia y logran empatizar con el público en mayor o menor medida. Además de que sus interacciones no se sienten tan forzadas como las que pudimos ver hace poco en Escuadrón Suicida (no es gratuita la comparación). 
Mención aparte para el droide reprogramado Imperial al que presta su voz en la Versión Original el actor Alan Tudyk (este año también puso voz al gallo Hei Hei en Vaiana). K-2SO acaba descubriéndose como algo más que el alivio cómico y termina por darnos uno de los momentos más dolorosos de la película.
Comentar la participación de Forest Whitaker (El Mayordomo, Repo Men) y Mads Mikkelsen (Doctor Strange, Hannibal). El primero con un personaje que viene de la mismísima serie animada de The Clone Wars y el segundo siendo el ingeniero verdaderamente responsable de la construcción de la Estrella de la Muerte y culpable del fatídico fallo estructural. Ambos personajes se sienten DEMASIADO desaprovechados. Pero es cierto que se agradece cada minuto de su participación. Una verdadera lástima.

Esperaba que esta película dejase en excelente lugar al Imperio. Y vaya si lo ha hecho. En Rogue One sí que podemos sentir ese titánico poder que se supone que dominó la Galaxia hasta que Luke comenzó su carrera como Jedi. Y Ben Mendelsohn (Slow West, Mátalos Suavemente) se descubre como un gran villano que no necesita ostentar el título de Darth.
Y hablando de Darth. Por supuesto hay que hablar de uno de los puntos por los que muchos espectadores han acudido a ver Rogue One: la aparición de Darth Vader. Decir que es más que un cameo. Que se ha respetado muy bien la indumentaria con la que se dio a conocer al mundo en Una Nueva Esperanza. Y que dejará a los fans sin aliento en una de las últimas escenas del film. 
Está en recuerdo de todos la dolorosa muerte de Constantino Romero, doblador del inconico personaje (en Estados Unidos siguen teniendo a James Earl Jones). Y aunque llegué a pensar que se molestarían en hacer retoques en la sala de mezclas para hacernos del todo felices a los fans. Decir que no es del todo horrible la voz del nuevo doblador (además de que ya se nos la presentó gracias a la serie Star Wars: Rebels).

Tocando el tema del doblaje al español. Resulta ser un punto negativo cuando escuchamos las voces para los personajes de Riz Ahmed (Bodhi Rook) y Donnie Yen (Chirrut Îmwe). Uno, se ha ganado a la fuerza el apodo que ya recorre internet de ser una especie de "Apu de los Simpson" y al otro le han cascado una bochornosa voz con acento asiático. Por no hablar de las traducciones como la del cariñoso apodo de Jynn que en original es Stardust ("Polvo de Estrellas").
Si el año pasado nos sorprendimos con el estupendo trabajo de efectos prácticos y demás a la hora de llevar a la gran pantalla esta Galaxia y sus habitantes. Preparaos para quitaros el sombrero ante lo que veréis en Rogue One. Ya tan solo en las partes de Jedha vemos más trabajo artesanal que en todo El Despertar de la Fuerza. El uso del CGI sí que queda relegado para lo puramente necesario. Como esa increíble Batalla Final o a la hora de recrear o hacer aparecer a varios personajes de la película de 1977 (con mayor o menor acierto). Y atentos, porque Rogue One está REPLETO de cameos, guiños y referencias que harán salivar de la emoción a los verdaderos fanáticos de esta saga. Tanto los más evidentes como los más rebuscados (atentos, fans de Star Wars: Rebels). Es por este motivo por el cual me costaría recomendar esta película para los espectadores profanos. Por muy independiente que sea, me parece un verdadero delito perderse todos esos detalles que hacen que la película se disfrute a más niveles. Para eso es mejor ver El Despertar de la Fuerza, resulta más accesible, cumpliendo mejor con su labor de enganchar a nuevos espectadores.

Muy bien hicieron al confiarle el puesto de director a Gareth Edwards (Monsters, Godzilla). Que ha demostrado ser un fan de la saga a la vez que ha insuflado unos agradecidos y maduros aires con esta película. Por no hablar de unos cuantos momentos que son para enmarcar tanto por su espectacularidad como emoción. Sobre todo de cara a la recta final. Donde se alcanza unas cotas de dramatismo que podrían llegar a contagiarnos una pesimista sensación. Es entonces cuando se agradece el saber qué ocurrirá después y abrazando esa reconfortante "Esperanza" que será vital en el futuro de ese Universo. Muy bien ha tenido que hacerlo Gareth para que un fanático del Imperio como un servidor se haya sentido por ratos Rebelde. Me gustaría que Disney tuviese en consideración a Edwards para futuros spin-offs.
Dedicar unas palabras a la estupenda BSO que firma Michael Giacchino. Y que en tan solo 4 semanas de trabajo logra (Doctor Strange, El Amanecer del Planeta de los Simios) recoger con gran acierto el testigo del gran John Williams entremezclando temas clásicos con nuevos y potentes temas que ya de por sí logran contagiarte de la épica de este relato.

Rogue One es una agradecida película para quien busque algo más de seriedad en este fascinante Universo pero sin dejar de tener en cuenta todos los elementos que hacen grande a esta saga (la Fuerza aún está muy presente). 
De ser como esta, habrá que tener en cuenta a los futuros spin-offs (que serán sobre Han Solo y Obi Wan Kenobi). Y, cómo no, al ansiado Episodio VIII. En el que ahora, más que nunca, tras la esperanza que nos han regalado los héroes de Rogue One, confiamos en que sorprenda. 

Lo Mejor: La seriedad de la que hace gala y el respeto por la trilogía clásica. Toda la recta final.
Lo Peor: Lo desaprovechados que están Whitaker y Mikkelsen. El doblaje. 



viernes, 16 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Vaiana" - Crítica de Rubén Giráldez


Nadie puede negar que Disney, ese gigante de la animación, protagonizó una época bastante oscura en la primera década de este siglo tras el estreno de Tarzán. Con apuestas arriesgadas que aún a día de hoy son redescubiertas como ocurre con Dinosaurio, Atlantis y El Planeta del Tesoro, historias que pasaron sin pena ni gloria como Zafarrancho en el Rancho o Hermano Oso, forzadas secuelas de buenas películas como las de Pocahontas o Mulán... Fue entonces cuando DreamWorks se reveló como un duro competidor. Y en años venideros otros tantos estudios le han dado bastante guerra a la compañía del famoso ratón en este terreno. Tanto, que Disney empezó a preocuparse más por dar un gran salto de fe con sus producciones al aventurarse en el terreno de la animación digital (para eso ya tenían a su subsidiaria Pixar). Y comenzando con un título bastante abochornante como es Chicken Little, cuestionables como en el caso de Descubriendo a los Robinsons y volviendo a jugársela con la trama de Bolt. Pero es con Enredados, donde Disney ya dio en el clavo. Y posteriores propuestas como ¡Rompe Ralph!, Big Hero 6 y, sobre todo, Frozen han hecho que el estudio gane una buena cantidad de audiencia que se deleita con este estilo de animación.
Este mismo año ya hemos tenido otra película animada de este estilo por parte de Disney. La interesantísima Zootrópolis. Y entre medias, otras estupendas propuestas animadas como Kung Fu Panda 3, Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas, Mascotas, La Fiesta de las Salchichas... Pero parece que Disney ha querido despedir el año de excelente manera con Vaiana.

Es una verdadera lástima que en nuestro país (como en otras muchas partes, sobre todo de Europa) se hayan visto obligados a cambiar el título de la película de Moana por Vaiana (una empresa de perfumes ha tenido la culpa). Sobre todo si tenemos en cuenta que, además de ser el nombre de la protagonista, Moana significa mar en muchas lenguas polinesias. Y es una pena privar a este personaje en nuestro país de este estupendo detalle.
Antes de empezar a hablar de la película, dedicarle unas líneas al cortometraje con el que nos encontraremos antes de embarcarnos en la aventura de Vaiana: Inner Workings. A la que no será muy difícil calificar como la hermana más "visceral" de Inside Out y que lo más probable es que la disfruten más los grandes que los pequeños. Ojo, que no voy a negar que sea una obra divertida. Pero está claro que el verdadero mensaje está pensado para la audiencia más madura que podrían descubrir que se encuentran en la misma tesitura que en la que se ve el cuadriculado protagonista del corto. 
Y de pronto comienza Vaiana, que no tarda en captar nuestra atención transportándonos a esos preciosos paisajes polinesios. Descubriéndonos todo un nuevo mundo e invitándonos a embarcarnos en un increíble viaje junto a la gran pareja conformada por Vaiana y el semidios Maui por restaurar el equilibrio en todas las islas del Pacífico que empiezan a verse afectadas por un devastador Mal.  
Es cierto que en perspectiva, Vaiana no se distancie mucho de la estructura de los clásicos Disney. Pero esto no termina de ser todo lo negativo que podría haber sido. Esto no es un paso atrás. Disney ha decidido echar un vistazo a sus clásicos pero librándose del polvo para no perder la frescura y darnos una de sus mejores películas en años (es su película nº 56, por si se lo preguntan). O, al menos, con la que un servidor más ha disfrutado. 
En la pareja de directores ya podemos ver claro este interés por querer buscar "Un nuevo clásico". John Musker y Ron Clements han trabajado en clásicos tan memorables y queridos del estudio como La Sirenita, Aladdin, Hércules y Tiana y el Sapo. Aunque esta sea su primera película trabajando con animación no tradicional (aunque en la propia Vaiana tengamos algún momento en esta técnica, sobre todo, gracias a los tatuajes de Maui). Y desde luego aprueban con matrícula. Cierto que Disney ya nos tiene malacostumbrados con unas animaciones impecables. Pero en Vaiana, podemos volver a quitarnos el sombrero. Además de con el agua, han logrado un fantástico trabajo con el modelaje de los personajes. Sobre todo con Vaiana, quien obviando su rostro puramente cartoon podría llegar a ser la máxima aproximación a un personaje real con esta técnica de animación. Ya tan solo por este punto, Vaiana ya es digna de verse y disfrutarse.

Disney ya lleva unos cuantos años tratando de reinventar la imagen de sus princesas. Y más concretamente en los últimos 6 años con películas como Enredados, Tiana y el Sapo y Frozen. Pero es con el personaje de Vaiana con la que lo han demostrado con creces. A pesar de que la propia Vaiana trate de apartar esa imagen de ella (es Jefa de un poblado) queda patente ya en la primera parte de la película que defiende con creces su título. Y además se muestra encantadora y fuerte e independiente de verdad. Me parece estupendo que las nuevas generaciones puedan tener a un personaje como este de referente. Que demuestra no necesitar una manida trama amorosa para sustentar su participación en el film. 
En la versión original, la debutante Auli’i Cravalho pone la voz a Vaiana. Encandilando a todo el que la escucha.
Estupendo el descubrir que el semidios Maui es más que un personaje graciosete. Aunque es cierto que no se termina por explotar del todo su faceta más emotiva y dramática y quede bastante colgado de cara a la recta final del film. Aún así, se ganará el corazón de cualquier espectador ya sea por su actitud fanfarrona y sus rifi rafes con su "Mini Yo" tatuado.
Aunque se le pueda juzgar duramente por la calidad de la mayoría de los filmes en los que se vincula. Lo cierto es que Dwayne Johnson tiene un carisma desbordante. No por nada en su carrera como super estrella de la WWE con el apodo "The Rock" se ganó el cariño de no pocos seguidores de este espectáculo. Y el personaje de Maui le queda como anillo al dedo. Descubriéndonos, además, que no se le da tan mal cantar.

Vaiana tiene un plantel de personajes bastante reducido (teniendo en cuenta que este año tuvimos Zootrópolis y su ciudad atestada de iconicos personajes), pero que logra usar de estupenda forma (aunque no se difícil descubrir sus roles predefinidos) como en el caso de la abuela o el gallo Heihei. Quien a pesar de ser un claro recurso cómico y el típico animalillo que acompaña a la protagonista llega a revelarse como clave en la parte final.
Como ya dije, lo verdaderamente sangrante para la película es que su argumento y temas a tratar no son nada novedosos. Y que gira en torno al clásico camino del héroe. Pero está claro que lo importante aquí no es el qué sino el cómo se cuenta la historia. Y Vaiana cumple a la hora de caracterizar su historia gracias a los personajes, criaturas y paisajes tan agradecidos y exóticos del imaginario Polinesio del que apenas tuvimos un breve vistazo en Lilo y Stich. Se nota el completísimo trabajo de documentación por parte de todo el equipo de la película.
El elemento musical tan presente en las producciones Disney cobra GRAN significado e importancia en Vaiana. Desde el minuto uno nos descubrimos disfrutando de una de las mejores BSO´s del estudio. Los temas musicales estarán en boca de los personajes desde la primera parte de introducción. Y puede que aquí sea donde puedan resultar algo atropellados y hacer pensar que estamos ante un musical por completo (esto llega a ganarse bastantes desaprobaciones, aunque no lo crean). He de reconocer que yo también concuerdo en que las películas Disney tienen un par de grandes temas y el resto resultan bastante pasables o decepcionantes. Pero con Vaiana me he descubierto disfrutando de cada tema. Brillante trabajo el de Mark Mancina, Lin-Manuel Miranda y Opetaia Foa'i que emocionan y divierten a partes iguales. En mi cabeza no dejan de sonar "Qué hay Más Allá", "Brillante", "Saber Volver" y por supuesto el contagioso "De Nada"

A lo largo de las décadas, Disney ha creado un extenso catálogo de títulos de los que bebe Vaiana. Cualquier seguidor del trabajo de la compañía de tito Walt no tendrá problemas en captar los guiños y homenajes. Los hay sutiles y clarísimos (como dos de los animales en los que se transforma Maui, la crítica del semidios a las Princesas Disney y la pulla musical o la escena post créditos con alusión a cierto crustáceo "sabrosón"). Incluso tenemos referencias que nos remiten incluso a Mad Max: Furia en la Carretera. 
Vaiana es una refrescante aventura que se vale de la estupenda cultura polinesia y de la "estructura clásica Disney" para ofrecernos una estupenda película que bien se merecería ser nombrada "Nuevo Clásico Disney".

Lo Mejor: Vaiana. Las canciones. La increíble animación.
Lo Peor: Aún con todo, le pesa demasiado el buscar la estructura clásica Disney. No aprovechar más a Maui.



viernes, 4 de noviembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Doctor Strange" - crítica de Rubén Giráldez


2016 ha sido un EXCELENTE año para el fan del cine de superhéroes. Empezamos con las desventuras del irreverente Mercenario Bocazas Deadpool. Asistimos al enfrentamiento entre Batman y Superman (con su atropellada construcción de nuevo Universo Cinematográfico). Continuamos con las superdisputas (esta vez mejor trabajadas) en Capitán América: Civil War, presenciamos el Apocalipsis de los X-Men y pasamos el rato con los chicos (no tan malos) de Escuadrón Suicida. Por no olvidar que en la pequeña pantalla también hemos tenido una buena ración de este género gracias al canal CW (Legends of Tomorrow, Flash, Arrow), quienes acaban de integrar a Supergirl a su universo televisivo. Netflix con la segunda temporada de Marvel´s Daredevil y la primera de Luke Cage. Y en ABC la cuarta temporada de Agentes de SHIELD ha arrancado bastante fuerte con la inclusión de Ghost Rider (aunque es el último que carga con el Espíritu de Venganza, Robbie Reyes) y el misticismo que lo rodea. 
JUSTAMENTE es todo este nuevo terreno inexplorado el que viene a afianzar la película de la que hablaré en las próximas líneas: Doctor Strange (Doctor Extraño para los más puretas).
Este personaje nacido en la década de los 60, se ganó el estatus de "Secundario de lujo" a pesar de protagonizar sus propias series regulares. Y es que, era genial poder recurrir a Stephen Strange, Hechicero Supremo, cuando la cosa alcanzaba niveles que hacían que los Vengadores, Los 4 Fantásticos o los X-Men sudasen la gota gorda. O cuando estas amenazas eran de naturaleza mística o infernal. 
No hablamos de un soldado con habilidades super humanas gracias a un suero experimental. Ni de un tipo con una portentosa armadura mecánica. Ni siquiera de un colérico gigante verde surgido de la radiación. Stephen Strange es un mago. Con todo lo que eso conlleva. 

La idea de trasladar a este personaje de las viñetas a la pantalla no es algo nuevo. Sin contar la casposa cinta setentera (en esa "maravillosa" época donde Spiderman se enfrentaba a karatecas, el traje de Tony Stark parecía un consolador escarlata y Lou Ferrigno era el Increíble Hulk) ni la de animación de 2007. Ya en los 90, Wes Craven (Pesadilla en Elm Street, Vuelo Nocturno) se interesó por este personaje tras no dar en el clavo con su adaptación de La Cosa del Pántano. Y unos cuantos años después, casi llegamos a tener a Guillermo del Toro (El Laberinto del Fauno, Pacific Rim) tras las cámaras trabajando con un guión de Neil Gaiman (American Gods, Coraline). Por desgracia (o suerte), del Toro solo ha tocado el género de los superhéroes con Blade II y Hellboy (se desvinculó, sin ser en las labores de producción, del proyecto de adaptar La Liga de la Justicia Oscura), mientras que Gaiman aún no ha visto como la comentada película de The Sandman sale de los despachos. 
El Universo Cinematográfico de Marvel Studios ya lleva un buen recorrido desde que en 2008, Iron Man sorprendiese a propios y extraños al descubrir que se trataba de algo más que una nueva película de superhéroes. Que solo era la punta del iceberg de un plan mayor. Han pasado los años y ya hemos visto a los Vengadores reunirse en dos películas (y pelear en otra). Y personajes bastante infravalorados como Ant Man o completamente desconocidos como Guardianes de la Galaxia ya son los favoritos de muchos. Una película sobre Doctor Strange ya no sería una idea tan descabellada (además de que ya se nos mencionó la existencia del personaje en ese Universo con Algoritmo Zola en Capitán América: Soldado de Invierno). Y aunque es cierto que el riesgo siempre está presente. Si algo está demostrando Marvel Studios es que sabe cómo lograr contentar al público y acercar a sus personajes de los cómics a la gran pantalla. Porque sí, Doctor Strange es una nueva historia de orígenes.
No serán pocos los que sacarán los cuchillos para trinchar esta película cuando noten cierto tufillo a lo ya mostrado en Iron Man (porque sí, guardan bastantes similitudes). Y sí, los esquemas argumentales de esta clase de historias hacen que se resienta bastante el conjunto. Por suerte, Doctor Strange carga a los hombros una estimulante y poderosa imaginería que lo hace apartarse bastante del multimillonario héroe guaperillas. Y, de hecho, de todo lo mostrado hasta ahora en el género. Resultando en uno de esos agradecidos soplos de aire fresco en este enrarecido género. 
Tampoco hay que olvidar que muchos conocen por primera vez a este personaje gracias a esta película. No ocurre como con Hulk quien ya forma parte del imaginario colectivo. Por lo que con El Increíble Hulk (Louis Leterrier) pudieron tomarse la libertad de hacer un breve repaso a la génesis de Bruce Banner en los títulos de crédito. Y queda por saber si en Spiderman: Homecoming tendremos que volver a asistir a la ya consabida picadura radioactiva y los primeros pasos del trepamuros. Toca presentar al Gran Público a este portentoso neurocirujano quien, tras un aparatoso accidente, busca desesperadamente recuperar el control de sus manos. Pero el viaje que emprenderá lo llevará a rincones alejados del tiempo y del espacio donde se forjará como un nuevo defensor de la humanidad.

La película no pierde el tiempo en dejar boquiabierto al espectador. Doctor Strange abre un nuevo universo de posibilidades al UCM que empezamos a degustar con esos primeros minutos. Donde nos dejan claro que la parte visual es el gran fuerte de esta propuesta. Lo visto en los avances no es más que una mínima fracción de lo que nos ofrece Doctor Strange. Las capas de la realidad se pliegan al antojo de los personajes. Transitan dimensiones inexploradas, conjuran fuerzas desconocidas. Doctor Strange es toda una experiencia visual (seguramente en 3D todo quede más espectacular, aunque en mi caso temo quedar anonadado por los imposibles espectáculos que se están dando ante mí). Sin palabras me quedé con la escena en la que la Anciana hace abrir (de verdad) los ojos a Stephen Strange. Digna de pausarse fotograma a fotograma y preciosa carta de amor a lo que el artista Steve Dikto mostró en las primeras aventuras del personaje: Psicodelia en estado puro. Las películas de Marvel Studios ya son toda una droga para el espectador.
Aún con todo, esta película sigue sintiéndose parte del gran todo que es el UCM sin la necesidad de tener tantas referencias y cameos como tuvo Ant Man. Las series de Netflix ya nos han demostrado que se puede afirmar que personajes como Daredevil, Jessica Jones o Punisher conviven en el mismo mundo que los Vengadores sin necesidad de que estos irrumpan en las calles de Hell´s Kitchen. En Doctor Strange ocurre lo mismo. Ya dejan claro que estos personajes se enfrentan a amenazas desconocidas para los Héroes Más Poderosos de la Tierra.
El uso de la magia está increíblemente representado en Doctor Strange. Hace poco que en Warcraft: El Origen tuvimos un pequeño vistazo a algo más que lanzar bolas de fuego o invocar los típicos escudos mágicos. Las escenas de acción que se gastan en esta película llevan los combates vistos en el UCM a un nuevo nivel que nos hacen preguntarnos cómo harán para superarse en la Infinity War contra Thanos.
Aún con lo mostrado en esta película (contando la orgasmeante mención a una de las mayores entidades cósmicas del universo Marvel), apenas se ha rascado en la superficie (ni siquiera se ha hablado de verdad de los Vishantis). Dejándonos con muchas ganas de continuar con las aventuras de Stephen Strange. 
Hablemos del reparto:
En mi caso estuve bastante tiempo deseando que Johnny Depp (Sleepy Hollow, Alicia en el País de las Maravillas) fuese escogido para dar vida al Hechicero Supremo. Pero tras hacerse oficial la elección de Benedict Cumberbatch (Sherlock, Black Mass) no tuve reparos en admitir que el actor da el pego caracterizado. Y vista la película también rendirme ante la parte actoral. A pesar de forzarle bastantes momentos cómicos y socarrones (que contribuyen a hacer pensar que no es más que un remake de Tony Stark con magia). Benedict logra trasladar las facetas más profundas de este personaje. Su altanería que contrarresta con la fragilidad que muestra a partir del fatal accidente. Tengo que tratar de dejar de dudar en las elecciones de cast de Marvel Studios.

Y Doctor Strange aún ha tenido unas cuantas elecciones de reparto que se cuestionaron durante meses. Como es el caso de Tilda Swinton (La Playa, Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian) dando vida a La Anciana. Quien, en los cómics resulta ser un centenario tibetano. Ken Watanabe (Batman Begins, Godzilla) sonó como posible candidato para hacerse con el papel y también me extrañé con la elección de Tilda. Aprovechando que el nombre de El Anciano no es más que un título transmitido a lo largo de los años. Decidieron reimaginar al personaje dotándole de la androginia que suele bordar Swinton (recordemos su papel como Gabriel en la película Constantine). El resultado ha sido igual de excelente que la elección de Cumberbatch como Strange o mejor. Tilda está impecable en su rol de mentora. El halo de misterio que la rodea nos hace preguntarnos si de verdad hemos llegado a conocerla mínimamente en esta película. En más de una ocasión amenaza con robarle el protagonismo al mismísimo Doctor Strange. Y junto a él protagoniza uno de los momentos más emocionantes vistos en el UCM en forma de simple conversación.
Chiwetel Ejiofor (Marte, 12 Años de Esclavitud) también tuvo a su homónimo de las viñetas en contra. Al igual que con el personaje de Tilda, su Mordo sufre (para bien) otra readaptación que logra dotarle de mayor entidad y relevancia (de cara a futuras apariciones).
Por desgracia tenemos a una tristemente desaprovechada Rachel McAdams (True Detective, Sherlock Holmes) relegada al simple rol de interés amoroso del protagonista. A medio camino entre la Pepper Potts de Gwyneth Paltrow (Iron Man 3, Seven) y la doctora Jane Foster de Natalie Portman (Cisne Negro, Thor). Una lástima teniendo en cuenta que podría haber sido Clea (hechicera y sobrina de Dormammu que llegó a ser esposa de Stephen). Y el Wong de Benedict Wong (Marco Polo, Sunshine), acaba siendo un mero alivio cómico al que se fuerza su camaderia con el Doctor.
Aunque no le dejen vía libre para demostrar el monstruo de la interpretación que es. Mads Mikkelsen (Casino Royale, Star Wars: Rogue One) cumple con creces con su villano Kaecilius (en los cómics apenas pasó de segundón). A falta de alguna escena que dejase mejor representado el dolor y temor por los cuáles está haciendo lo que hace. Y otros impactantes momentos que lo acercasen a lo que podemos ver en la serie Hannibal. Mads logra que su personaje sobresalga de la ponzoña en la que muchos antagonistas de las producciones de Marvel Studios no salen. Y eso a pesar de los innecesarios momentos de humor que le introducen con calzador. 

Sí, es cierto que Marvel Studios se caracteriza por ser más "amigable" que su "oscura" competidora. Que no hay película que no tenga unos cuantos chistes y escenas que arranquen la carcajada al espectador. Pero el humor en Doctor Strange está TERRIBLEMENTE utilizado. Sobre todo se nota en un par de escenas donde quisieron quitar hierro al asunto. Pero está claro que esta película no es Ant-Man ni Guardianes de la Galaxia. Doctor Strange exige un tono diferente. Y no será por las salidas dramáticas con las que sale y que son muy de agradecer. 
En la dirección tenemos a Scott Derrickson. Un habitual del género de terror conocido por El Exorcismo de Emily Rose, Sinister y Líbranos del Mal. Esperaba que con esta elección, Marvel Studios le permitiese mostrar algo de los rincones más oscuros de la mitología de Doctor Strange. Por desgracia esto no es así, y Scott se acoge a designios superiores (hasta un querido y reconocible Mal de las viñetas sufre una readaptación que no hace ni la menor justicia de la aterradora presencia que se nos ha prometido), aunque no queda a deber a la hora de dar rienda suelta a su vena fantástica. A pesar de que se le "ataque" con las similitudes con Batman Begins (cabe recordar que este viaje estaba en la génesis del personaje) y Origen (es cierto que este recurso visual le afecta a la hora de querer demostrar originalidad), Scott logra salir del paso. Al igual que en el temido tercer acto. Donde sale con una ocurrencia en la batalla final que, aunque seguro que no acaba siendo del gusto de muchos, la distancia de tantas otras películas del género.
Michael Giacchino compone la Banda Sonora Original de esta película en la que esperaba más riesgo. Más partituras experimentales que ayudasen a que la experiencia de esta película fuese más extrasensorial. Aún con todo, acaba siendo de las mejores BSO de Marvel Studios.
Tras hacernos temer que su cameo en X-Men: Apocalipsis sería el último. Stan Lee vuelve a dejarse caer por el metraje para sacarnos una sonrisa. Y no os perdáis las dos escenas post-créditos que, aunque a mi parecer deberían de estar al revés, son de las mejores realizadas en mucho tiempo por Marvel Studios.
Doctor Strange resulta ser, de verdad, un soplo de aire fresco a este género. Aún siendo una película de orígenes que peca de esos recursos argumentales tantas veces vistos. Toda la nueva mitología y personajes que nos descubren (justificados con unos apabullantes efectos digitales) e integran a este Universo Cinematográfico, resultan ser de lo más estimulantes y apetecibles de seguir la pista.

Lo Mejor: Los efectos visuales. Benedict y Tilda. 
Lo Peor: El mal uso del humor. Personajes y director desaprovechados. La fórmula de "Historia de Origen" acaba pasándole factura.