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sábado, 11 de marzo de 2017

Opinión cinematográfica: "Logan" - Crítica de Rubén Giráldez


La serie animada de los X-Men de los noventa (sí, esa que tiene una de las sintonías más pegadizas de la historia) comenzó a dar a conocer al personaje de Lobezno a más personas que los lectores habituales de cómics. Pero no fue hasta el año 2000 cuando Fox y Bryan Singer (Valkiria, Superman Returns), cuando el personaje tuvo el reconocimiento mundial. El encargado de dar vida al personaje, fue el actor australiano Hugh Jackman (Australia, Van Helsing). Quien en un principio no tuvo el beneplácito de la comunidad comiquera (no era bajito ni poco agraciado y peludo como su homólogo en las viñetas). Pero que a lo largo de los años ha acabado por ganarse por méritos propios el derecho a portar el título y las garras de su personaje.
Lobezno ha sido pilar clave en la franquicia cinematográfica realizada por Fox a costa del Universo Mutante de Marvel Cómics. Apareciendo en prácticamente todas las películas. Tanto como protagonista o como en forma de cameo (hasta en Deadpool se esmeraron en hacer mención tanto al personaje como al actor). Y cuando se pensó en realizar un spin-off de alguno de los mutantes. Fox no dudó mucho en darle la oportunidad a Lobezno. Dándonos la tan criticada X-Men Orígenes. A la que siguió Lobezno Inmortal. Una película que aunque resulta ser más aceptable que su predecesora, se queda demasiado a deber teniendo en cuenta que se trata de una historia de Lobezno en Japón. 

Ya han pasado 17 años desde que Hugh Jackman diese vida por primera vez a este mutante canadiense en la primera entrega de X-Men. El actor, que ya tiene 48 años y que recientemente tuvo complicaciones con su cáncer de piel, siente que ha llegado el momento de decirle adiós a este personaje que tanta fama le reportó. Y lo hace con este final de trilogía de Lobezno en solitario titulada simplemente LOGAN. Y vaya si lo hace por la puerta grande.
James Mangold vuelve a sentarse en la butaca del director (además de firmar la idea original de la película) tras Lobezno Inmortal y con una historia que se basa en la aclamada obra de Mark Millar El Viejo Logan. Pero, ojo, no se trata de una adaptación como se podía pensar en un inicio (aunque adaptar esta obra es una tarea complicada tirando a imposible al tener en cuenta que no era una historia que solo implicaba a los X-Men sino a TODO el Universo Marvel). De la obra rescatan todo ese tono crepúscular que tan bien viene si se quiere contar la última historia del mutante canadiense.
La película nos arroja sin ningún pudor a un mundo desolador en el que somos testigos del ocaso de dos grandes héroes que ven la oportunidad de redimirse y volver a ser lo que alguna vez fueron al tratar de poner a salvo a una niña que podría ser el futuro de los suyos.
No hacen falta ni cinco minutos para sentir que esta película es algo más que una cinta de superhéroes. No serán pocos los que repudien LOGAN precisamente por dejar de lado el "pijameo" al que estamos tan acostumbrados recientemente (aunque se juegue bastante bien con el tema gracias al uso de los cómics y su metalenguaje). Porque si le quitamos los poderes y el resto de elemento fantásticos, nos encontraríamos con un western fronterizo. Pero antes de ser una gran película de superhéroes, LOGAN es una gran película a secas. Tanto que FOX decidió realizar la premiere en el Festival de cine de Berlín, junto a tantas otras propuestas de cine indiependiente o de corte intimista. Porque LOGAN también juega en esa liga. El drama está presente a lo largo de la película. Al igual que la acción que tanto pide la historia y el personaje. Pero no deja de ser una propuesta diferente en el género. Mientras Marvel Studios parece que se está acomodando demasiado y el DC Extended Universe sigue sin despegar del todo. Parece que es FOX (y quién lo diría hace unos años) quien está sabiendo jugar con esto tras la estupenda Deadpool o la interesante serie Legión (aunque por el camino hayamos tenido la tópica y cuestionable X-Men: Apocalipsis). 
Hay algo más entre los trajes, los poderes, los planes malvados... y LOGAN lo sabe y lo arranca para mostrarlo sin ningún filtro. Algo a lo que ayuda esa agradecida calificación R que ya debería dejar claro que esta no es una película para niños (y esto va MUY en serio). Claramente influida por el éxito de Deadpool, pero que el propio Jackman aseguró al llegar a recortar bastante su sueldo para que la película fuese todo lo dura que debía ser. 
Sí, la calificación R viene bastante motivada por la violencia de la que hace gala LOGAN (porque sí, han tardado 17 años en darse cuenta que los golpes de unas garras de adamantium arrancan algo más que gritos de dolor). Aunque no llega a ser gratuita, sí que puede llegar a conmocionar a espectadores algo impresionables. Pero donde la película de verdad se gana de verdad esta calificación es en la dureza de sus escenas y personajes. En cómo se muestra este mundo más "real", peligroso y decadente. Y en cómo representa a sus avejentados personajes. No solo vemos los efectos de la edad en sus rostros. Podemos sentir ese cansancio que traspasa la edad, que proviene del dolor y sufrimiento y que amenaza con hacerles caer en el abismo a la mínima oportunidad. Es devastador ver así a unos personajes que tan poderosos eran en las anteriores películas de la franquicia. Pero esto no hace más que enriquecerlos y darles una profundidad como pocas veces se ha visto en una adaptación de cómic.

Por fin vemos a Logan ser el personaje violento y amargado de las viñetas (una lástima que esta sea la primera y última vez que lo hagamos). Tras tantos años divirtiéndose con el personaje. Hugh Jackman se pone todo lo serio que implica esta historia que quiere mostrarnos el ocaso de esta leyenda. Aquel que se caracterizaba por tener un factor curativo que le permitía seguir vivo más de un siglo y que se curaba al instante de cualquier herida recibida. Siente ahora cada golpe. Su poder está fallando. Y el recubrimiento de adamantium en su esqueleto que terminaba de convertirlo en el imparable guerrero que buscaban en Arma X está comenzando a envenenarlo por dentro. Parece que lo único que lo mantiene con vida es el deseo de cuidar de otro acabado X-Men. Patrick Stewart (Excalibur, Star Trek: La Nueva Generación) también dice en esta película adiós a su Profesor X. Y lo hace de una forma desgarradora. Con este esperanzador personaje a merced de la edad, ciertos problemas mentales que lo vuelven inestable y unos remordimientos que ocultan una terrible revelación. Stewart aprovecha esta gran oportunidad para regalarnos una magnífica y desgarradora interpretación.
También contamos con la aparición de otro mutante al que ya pudimos ver en X-Men: Apocalipsis. Aunque esta vez encarnado por el actor Stephen Merchant (Movie 43, The Big Bang Theory) y que se "corrompe" con la esencia desprendida por el dúo Logan-Xavier. Aunque al poco de presentarlo parece que su participación en la película está más motivado por su poder como recurso argumental que por el personaje en sí. 
La verdadera sorpresa está en la jovencísima Dafnee Keen como Laura Kinney/X-23. De madre española y padre británico, la pequeña hace su debut en el cine tras participar en la serie Refugiados. Y se muestra como toda una revelación interpretando un personaje para nada fácil y habitual. Su actuación se basa en su mayoría en su cara. Y como hizo Charlize Theron con su Furiosa en Mad Max: Fury Road, Dafnee transmite todo lo que su personaje siente al espectador con su mirada. Y además tiene la peculiaridad de que su personaje acaba siendo el personaje más violento de la película, llegando a quitarle el puesto a Chlöe Moretz (La Quinta Ola, Malditos Vecinos 2) y su Hit-Girl de Kick-Ass. Pero sin olvidar que al fin y al cabo, sigue siendo una niña.
Hablando sobre los villanos. Está claro que una película como LOGAN no requieren de un malvado de opereta y grandes ínfulas de dominación mundial. Aunque esto acaba siendo uno de los temas más cuestionables de la película. Y se siente como una extensión del operativo que encabezaba Ajax (Ed Skrein) en Deadpool.
Boyd Hoolbrok (a quien se le conoce por su papel en la serie Narcos) encarna a una especie de cazarrecompensas con brazo robótico al que se le encomienda la tarea de recuperar a la fugada X-23. Y es una lástima que su participación se sienta tan desaprovechada. Al igual que el resto de su grupo, a quienes les falta más contexto para terminar de justificar sus implantes robóticos. 

Richard E. Grant (Jackie, El Gran Halcón), a quien vimos en la escena post créditos de X-Men: Apocalipsis y del que se llegó a decir que encarnaría al mismísimo Mr. Sinister (el villano aún puede aparecer en la futura entrega de X-Men o en Deadpool 2) también sale a deber. Aunque no llegando al punto de desmerecer esta intención de mostrarnos una amenaza más "empresarial". 
La verdadera amenaza es una inesperada sorpresa que ya es aplaudible tan solo como su significado como metáfora.  
El tema de la cronología es un asunto bastante peliagudo que tratar en la saga X-Men en cine. FOX ha descuidado demasiado todo esto logrando que el desconcierto reine con cada nueva película y que incluso Días del Futuro Pasado provocase una nueva línea temporal para tratar de no repetir errores del pasado. Tanto el director como el propio Hugh Jackman han asegurado que LOGAN transcurre en una línea temporal ajena al resto de películas. Algo que también comparten con El Viejo Logan, que también se desembarazaba de la continuidad de la Tierra-616. Aunque sí que es cierto que podemos toparnos con easter-eggs y referencias a pasadas películas de la franquicia. Y con todo lo acontecido en la recta final, bien podrían aprovechar para encarar la nueva etapa de los X-Men en cines (pero eso habrá que verlo con mucha lupa).
Tanto como la fotografía y la BSO son excelentes añadidos para terminar de redondear la cuidada atmósfera neo western con la que juega LOGAN. Y la puesta en escena de este particular futuro me fascinan. Aunque no resulta tan apocalíptica como el futuro mostrado en Días del Futuro Pasado. Podemos sentir el paso de los años y lo cambiado que está este universo gracias a puntuales pero agradecidos detalles (los añadidos en el coche de Logan, las protesis de los Reavers, el maíz sintético...) que dotan de más personalidad a la cinta.

Si bien LOGAN es una GRAN película. Me duele tener que admitir que no es la obra maestra que bien podría haber sido. Se nota que James Mangold tiene más libertad creativa, pero aún así no logra salvar unos cuantos problemas e incongruencias que, aunque no entierren a la propuesta, sí que llegan a molestar y descolocar. Como cierta escena con un móvil que, para que nos entendamos, recuerda a la parte de los archivos de los Metahumanos de Lex Luthor en Batman V Superman. Y en casi toda la recta final (uno no puede decir nada de los últimos cinco minutos sin sentir un nudo en el estómago). También parece, que la película no es todo lo emotiva que debería (teniendo en cuenta que Mangold dice haberse inspirado bastante en El Luchador).
Pero al final, uno se ve obligado a dejar todo eso de lado para levantarse y aplaudir a todo aquel que ha hecho posible esta película. No solo es la mejor película de la franquicia mutante de FOX y de las mejores del género. LOGAN logra traspasar géneros para darnos una increíble historia sobre la redención, la familia y el paso del tiempo. Siempre es duro decir adiós, y esta vez no iba a ser diferente.

Lo Mejor: Por fin se ha hecho justicia al personaje (aunque sea para decirle adiós).
Lo Peor: Que por algún que otro motivo me duela no poder declararla Obra Maestra.



miércoles, 21 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Rogue One" - Crítica de Rubén Giráldez.



Disney está aprovechando la compra de Lucasfilm y se propone que durante unos cuantos años (si la cosa no cambie) tengamos dosis anuales de Star Wars. Recordemos que el año pasado por estas fechas ya se nos (re)enganchó a esta saga con El Despertar de la Fuerza. Y mientras esperamos al Episodio VIII, Disney ha decidido abrir un nuevo camino con una serie de spin-offs que cuenten nuevas historias a parte de las correrías estelares de la familia Skywalker y amigos. Es así como nació la idea de Rogue One. El primero de estos títulos individuales que vuelve a hacernos visitar las salas de cine con las ganas de volver a visitar Una Galaxia Muy Muy Lejana...
Tomando como punto de partida un hecho apenas mencionado en la primera película de la saga, Una Nueva Esperanza, como es el robo de los planos de la temida Estrella de la Muerte por parte de unos Rebeldes anónimos. Y que acabarán en manos de ese granjero llamado Luke que terminará por convertirse en el héroe de toda la Galaxia. Rogue One se presenta como un vistazo más maduro a este universo creado por George Lucas revelando, de paso, el tan criticado motivo de esa falla estructural en la temida súper arma y descubriéndonos a estos héroes que permitieron que la chispa de la Rebelión quemase de verdad al imponente Imperio.

Aunque ya de entrada la premisa me atrajo, llegué a temer por el producto final. Pues resulta que esta película sufrió cambios en el guión y hasta se regrabaron escenas con apenas unos meses para que llegase su estreno. El temor porque Disney decidiese hacer más "amigable" la cinta, cargándose el atractivo de la propuesta me acompañó hasta mi visita a la sala de cine... Y se esfumó con el transcurso de los minutos de metraje.
No hace falta la ausencia de la ya clásica introducción escrita descendente para darnos cuenta de que estamos ante una cinta que quiere tomar un nuevo rumbo de la saga madre (sin olvidarse NUNCA de que es una película de Star Wars y que precede a la emblemática Una Nueva Esperanza). Y, por supuesto, uno más maduro. Aprovechando un poco el no tener a todas esas hordas de espectadores más "casuals" al no ser un Episodio de la saga. Es lo que espero que supongan estos spin-offs: disfrutar de nuevos puntos de vista de esta saga. Explorar nuevos mundos, tonos y personajes. Y esta película decide aprovechar el convulso y oscuro período en el que se enmarca para darnos una película de corte bélico que se distancia un poco del tono ligero space opera de la saga madre. Porque, sí. TODAS las películas de Star Wars tratan el tema bélico (por algo ese título), pero ha sido Rogue One la que ha aprovechado de verdad este tema, ofreciéndonos el relato más crudo y oscuro de la saga a excepción del querido El Imperio Contraataca y el tramo final de La Venganza de los Sith. 

Puede que a muchos le parezca que la película tarda en arrancar. Y que es a partir de la primera aparición de la temida super arma del Imperio cuando de verdad comienza la acción que no decae hasta la soberbia escena final. Aunque en mi caso lo que sí he de decir es que con esa considerable duración no se haya hecho un mejor trabajo a la hora de trabajar los personajes principales. Pero hay que saber admitir que esta película ha trabajado con un enorme elenco de personajes (tanto principales como secundarios) y que también podríamos empezar a vislumbrar este problema con la reciente El Despertar de la Fuerza.
Felicity Jones (La Teoría del Todo, Un Monstruo Viene a Verme) nos proporciona un nuevo personaje femenino para destacar en este universo. Aunque es verdad que la actuación de Jones está bastante limitado por la escritura del personaje (a quien no le vendría mal algo más de exposición de su pasado hasta que toca embarcarse en esta aventura). 
Diego Luna (Elysium, Blood Father) logra destacar más gracias a su personaje. Su Cassian Andor nos revela el Lado Oscuro de la Rebelión. Y aunque pueda chocar bastante su cambio de parecer en cierto punto de la película. El propio personaje no olvida lo que es y ha hecho en nombre de la Rebelión. Y este punto ha sido MUY de agradecer. A diferencia de lo visto en la trilogía original, en Rogue One no tenemos precisamente "Buenos" ni "Malos". Solo individuos que persiguen sus propios ideales que chocan contra los de otros y que deben hacer cosas bastante cuestionables en pos de la victoria. Esto llega a verse incluso desvirtuado en el grupo conocido como "Los Partisanos" que son los responsables de una de las escenas más duras del film y que parece que quieren ser el reflejo de lo que ocurre actualmente en Oriente Próximo.

El resto de personajes de este equipo también destacan en cuanto a su caracterización. Y aunque es cierto que se podría haberse dedicado más tiempo y esfuerzo en su construcción cumplen con creces para con la historia y logran empatizar con el público en mayor o menor medida. Además de que sus interacciones no se sienten tan forzadas como las que pudimos ver hace poco en Escuadrón Suicida (no es gratuita la comparación). 
Mención aparte para el droide reprogramado Imperial al que presta su voz en la Versión Original el actor Alan Tudyk (este año también puso voz al gallo Hei Hei en Vaiana). K-2SO acaba descubriéndose como algo más que el alivio cómico y termina por darnos uno de los momentos más dolorosos de la película.
Comentar la participación de Forest Whitaker (El Mayordomo, Repo Men) y Mads Mikkelsen (Doctor Strange, Hannibal). El primero con un personaje que viene de la mismísima serie animada de The Clone Wars y el segundo siendo el ingeniero verdaderamente responsable de la construcción de la Estrella de la Muerte y culpable del fatídico fallo estructural. Ambos personajes se sienten DEMASIADO desaprovechados. Pero es cierto que se agradece cada minuto de su participación. Una verdadera lástima.

Esperaba que esta película dejase en excelente lugar al Imperio. Y vaya si lo ha hecho. En Rogue One sí que podemos sentir ese titánico poder que se supone que dominó la Galaxia hasta que Luke comenzó su carrera como Jedi. Y Ben Mendelsohn (Slow West, Mátalos Suavemente) se descubre como un gran villano que no necesita ostentar el título de Darth.
Y hablando de Darth. Por supuesto hay que hablar de uno de los puntos por los que muchos espectadores han acudido a ver Rogue One: la aparición de Darth Vader. Decir que es más que un cameo. Que se ha respetado muy bien la indumentaria con la que se dio a conocer al mundo en Una Nueva Esperanza. Y que dejará a los fans sin aliento en una de las últimas escenas del film. 
Está en recuerdo de todos la dolorosa muerte de Constantino Romero, doblador del inconico personaje (en Estados Unidos siguen teniendo a James Earl Jones). Y aunque llegué a pensar que se molestarían en hacer retoques en la sala de mezclas para hacernos del todo felices a los fans. Decir que no es del todo horrible la voz del nuevo doblador (además de que ya se nos la presentó gracias a la serie Star Wars: Rebels).

Tocando el tema del doblaje al español. Resulta ser un punto negativo cuando escuchamos las voces para los personajes de Riz Ahmed (Bodhi Rook) y Donnie Yen (Chirrut Îmwe). Uno, se ha ganado a la fuerza el apodo que ya recorre internet de ser una especie de "Apu de los Simpson" y al otro le han cascado una bochornosa voz con acento asiático. Por no hablar de las traducciones como la del cariñoso apodo de Jynn que en original es Stardust ("Polvo de Estrellas").
Si el año pasado nos sorprendimos con el estupendo trabajo de efectos prácticos y demás a la hora de llevar a la gran pantalla esta Galaxia y sus habitantes. Preparaos para quitaros el sombrero ante lo que veréis en Rogue One. Ya tan solo en las partes de Jedha vemos más trabajo artesanal que en todo El Despertar de la Fuerza. El uso del CGI sí que queda relegado para lo puramente necesario. Como esa increíble Batalla Final o a la hora de recrear o hacer aparecer a varios personajes de la película de 1977 (con mayor o menor acierto). Y atentos, porque Rogue One está REPLETO de cameos, guiños y referencias que harán salivar de la emoción a los verdaderos fanáticos de esta saga. Tanto los más evidentes como los más rebuscados (atentos, fans de Star Wars: Rebels). Es por este motivo por el cual me costaría recomendar esta película para los espectadores profanos. Por muy independiente que sea, me parece un verdadero delito perderse todos esos detalles que hacen que la película se disfrute a más niveles. Para eso es mejor ver El Despertar de la Fuerza, resulta más accesible, cumpliendo mejor con su labor de enganchar a nuevos espectadores.

Muy bien hicieron al confiarle el puesto de director a Gareth Edwards (Monsters, Godzilla). Que ha demostrado ser un fan de la saga a la vez que ha insuflado unos agradecidos y maduros aires con esta película. Por no hablar de unos cuantos momentos que son para enmarcar tanto por su espectacularidad como emoción. Sobre todo de cara a la recta final. Donde se alcanza unas cotas de dramatismo que podrían llegar a contagiarnos una pesimista sensación. Es entonces cuando se agradece el saber qué ocurrirá después y abrazando esa reconfortante "Esperanza" que será vital en el futuro de ese Universo. Muy bien ha tenido que hacerlo Gareth para que un fanático del Imperio como un servidor se haya sentido por ratos Rebelde. Me gustaría que Disney tuviese en consideración a Edwards para futuros spin-offs.
Dedicar unas palabras a la estupenda BSO que firma Michael Giacchino. Y que en tan solo 4 semanas de trabajo logra (Doctor Strange, El Amanecer del Planeta de los Simios) recoger con gran acierto el testigo del gran John Williams entremezclando temas clásicos con nuevos y potentes temas que ya de por sí logran contagiarte de la épica de este relato.

Rogue One es una agradecida película para quien busque algo más de seriedad en este fascinante Universo pero sin dejar de tener en cuenta todos los elementos que hacen grande a esta saga (la Fuerza aún está muy presente). 
De ser como esta, habrá que tener en cuenta a los futuros spin-offs (que serán sobre Han Solo y Obi Wan Kenobi). Y, cómo no, al ansiado Episodio VIII. En el que ahora, más que nunca, tras la esperanza que nos han regalado los héroes de Rogue One, confiamos en que sorprenda. 

Lo Mejor: La seriedad de la que hace gala y el respeto por la trilogía clásica. Toda la recta final.
Lo Peor: Lo desaprovechados que están Whitaker y Mikkelsen. El doblaje. 



viernes, 16 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Vaiana" - Crítica de Rubén Giráldez


Nadie puede negar que Disney, ese gigante de la animación, protagonizó una época bastante oscura en la primera década de este siglo tras el estreno de Tarzán. Con apuestas arriesgadas que aún a día de hoy son redescubiertas como ocurre con Dinosaurio, Atlantis y El Planeta del Tesoro, historias que pasaron sin pena ni gloria como Zafarrancho en el Rancho o Hermano Oso, forzadas secuelas de buenas películas como las de Pocahontas o Mulán... Fue entonces cuando DreamWorks se reveló como un duro competidor. Y en años venideros otros tantos estudios le han dado bastante guerra a la compañía del famoso ratón en este terreno. Tanto, que Disney empezó a preocuparse más por dar un gran salto de fe con sus producciones al aventurarse en el terreno de la animación digital (para eso ya tenían a su subsidiaria Pixar). Y comenzando con un título bastante abochornante como es Chicken Little, cuestionables como en el caso de Descubriendo a los Robinsons y volviendo a jugársela con la trama de Bolt. Pero es con Enredados, donde Disney ya dio en el clavo. Y posteriores propuestas como ¡Rompe Ralph!, Big Hero 6 y, sobre todo, Frozen han hecho que el estudio gane una buena cantidad de audiencia que se deleita con este estilo de animación.
Este mismo año ya hemos tenido otra película animada de este estilo por parte de Disney. La interesantísima Zootrópolis. Y entre medias, otras estupendas propuestas animadas como Kung Fu Panda 3, Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas, Mascotas, La Fiesta de las Salchichas... Pero parece que Disney ha querido despedir el año de excelente manera con Vaiana.

Es una verdadera lástima que en nuestro país (como en otras muchas partes, sobre todo de Europa) se hayan visto obligados a cambiar el título de la película de Moana por Vaiana (una empresa de perfumes ha tenido la culpa). Sobre todo si tenemos en cuenta que, además de ser el nombre de la protagonista, Moana significa mar en muchas lenguas polinesias. Y es una pena privar a este personaje en nuestro país de este estupendo detalle.
Antes de empezar a hablar de la película, dedicarle unas líneas al cortometraje con el que nos encontraremos antes de embarcarnos en la aventura de Vaiana: Inner Workings. A la que no será muy difícil calificar como la hermana más "visceral" de Inside Out y que lo más probable es que la disfruten más los grandes que los pequeños. Ojo, que no voy a negar que sea una obra divertida. Pero está claro que el verdadero mensaje está pensado para la audiencia más madura que podrían descubrir que se encuentran en la misma tesitura que en la que se ve el cuadriculado protagonista del corto. 
Y de pronto comienza Vaiana, que no tarda en captar nuestra atención transportándonos a esos preciosos paisajes polinesios. Descubriéndonos todo un nuevo mundo e invitándonos a embarcarnos en un increíble viaje junto a la gran pareja conformada por Vaiana y el semidios Maui por restaurar el equilibrio en todas las islas del Pacífico que empiezan a verse afectadas por un devastador Mal.  
Es cierto que en perspectiva, Vaiana no se distancie mucho de la estructura de los clásicos Disney. Pero esto no termina de ser todo lo negativo que podría haber sido. Esto no es un paso atrás. Disney ha decidido echar un vistazo a sus clásicos pero librándose del polvo para no perder la frescura y darnos una de sus mejores películas en años (es su película nº 56, por si se lo preguntan). O, al menos, con la que un servidor más ha disfrutado. 
En la pareja de directores ya podemos ver claro este interés por querer buscar "Un nuevo clásico". John Musker y Ron Clements han trabajado en clásicos tan memorables y queridos del estudio como La Sirenita, Aladdin, Hércules y Tiana y el Sapo. Aunque esta sea su primera película trabajando con animación no tradicional (aunque en la propia Vaiana tengamos algún momento en esta técnica, sobre todo, gracias a los tatuajes de Maui). Y desde luego aprueban con matrícula. Cierto que Disney ya nos tiene malacostumbrados con unas animaciones impecables. Pero en Vaiana, podemos volver a quitarnos el sombrero. Además de con el agua, han logrado un fantástico trabajo con el modelaje de los personajes. Sobre todo con Vaiana, quien obviando su rostro puramente cartoon podría llegar a ser la máxima aproximación a un personaje real con esta técnica de animación. Ya tan solo por este punto, Vaiana ya es digna de verse y disfrutarse.

Disney ya lleva unos cuantos años tratando de reinventar la imagen de sus princesas. Y más concretamente en los últimos 6 años con películas como Enredados, Tiana y el Sapo y Frozen. Pero es con el personaje de Vaiana con la que lo han demostrado con creces. A pesar de que la propia Vaiana trate de apartar esa imagen de ella (es Jefa de un poblado) queda patente ya en la primera parte de la película que defiende con creces su título. Y además se muestra encantadora y fuerte e independiente de verdad. Me parece estupendo que las nuevas generaciones puedan tener a un personaje como este de referente. Que demuestra no necesitar una manida trama amorosa para sustentar su participación en el film. 
En la versión original, la debutante Auli’i Cravalho pone la voz a Vaiana. Encandilando a todo el que la escucha.
Estupendo el descubrir que el semidios Maui es más que un personaje graciosete. Aunque es cierto que no se termina por explotar del todo su faceta más emotiva y dramática y quede bastante colgado de cara a la recta final del film. Aún así, se ganará el corazón de cualquier espectador ya sea por su actitud fanfarrona y sus rifi rafes con su "Mini Yo" tatuado.
Aunque se le pueda juzgar duramente por la calidad de la mayoría de los filmes en los que se vincula. Lo cierto es que Dwayne Johnson tiene un carisma desbordante. No por nada en su carrera como super estrella de la WWE con el apodo "The Rock" se ganó el cariño de no pocos seguidores de este espectáculo. Y el personaje de Maui le queda como anillo al dedo. Descubriéndonos, además, que no se le da tan mal cantar.

Vaiana tiene un plantel de personajes bastante reducido (teniendo en cuenta que este año tuvimos Zootrópolis y su ciudad atestada de iconicos personajes), pero que logra usar de estupenda forma (aunque no se difícil descubrir sus roles predefinidos) como en el caso de la abuela o el gallo Heihei. Quien a pesar de ser un claro recurso cómico y el típico animalillo que acompaña a la protagonista llega a revelarse como clave en la parte final.
Como ya dije, lo verdaderamente sangrante para la película es que su argumento y temas a tratar no son nada novedosos. Y que gira en torno al clásico camino del héroe. Pero está claro que lo importante aquí no es el qué sino el cómo se cuenta la historia. Y Vaiana cumple a la hora de caracterizar su historia gracias a los personajes, criaturas y paisajes tan agradecidos y exóticos del imaginario Polinesio del que apenas tuvimos un breve vistazo en Lilo y Stich. Se nota el completísimo trabajo de documentación por parte de todo el equipo de la película.
El elemento musical tan presente en las producciones Disney cobra GRAN significado e importancia en Vaiana. Desde el minuto uno nos descubrimos disfrutando de una de las mejores BSO´s del estudio. Los temas musicales estarán en boca de los personajes desde la primera parte de introducción. Y puede que aquí sea donde puedan resultar algo atropellados y hacer pensar que estamos ante un musical por completo (esto llega a ganarse bastantes desaprobaciones, aunque no lo crean). He de reconocer que yo también concuerdo en que las películas Disney tienen un par de grandes temas y el resto resultan bastante pasables o decepcionantes. Pero con Vaiana me he descubierto disfrutando de cada tema. Brillante trabajo el de Mark Mancina, Lin-Manuel Miranda y Opetaia Foa'i que emocionan y divierten a partes iguales. En mi cabeza no dejan de sonar "Qué hay Más Allá", "Brillante", "Saber Volver" y por supuesto el contagioso "De Nada"

A lo largo de las décadas, Disney ha creado un extenso catálogo de títulos de los que bebe Vaiana. Cualquier seguidor del trabajo de la compañía de tito Walt no tendrá problemas en captar los guiños y homenajes. Los hay sutiles y clarísimos (como dos de los animales en los que se transforma Maui, la crítica del semidios a las Princesas Disney y la pulla musical o la escena post créditos con alusión a cierto crustáceo "sabrosón"). Incluso tenemos referencias que nos remiten incluso a Mad Max: Furia en la Carretera. 
Vaiana es una refrescante aventura que se vale de la estupenda cultura polinesia y de la "estructura clásica Disney" para ofrecernos una estupenda película que bien se merecería ser nombrada "Nuevo Clásico Disney".

Lo Mejor: Vaiana. Las canciones. La increíble animación.
Lo Peor: Aún con todo, le pesa demasiado el buscar la estructura clásica Disney. No aprovechar más a Maui.



miércoles, 7 de diciembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Animales fantásticos y como encontrarlos" - Crítica de Rubén Giráldez


Pocas sagas han tenido semejante impacto como la de Harry Potter. Comenzando en el mundo literario, donde la autora Joanne Rowling y su historia sobre el famoso niño mago, logró que toda una joven generación se aficionase a la lectura (al menos de sus historias o de similar temática). Pero el verdadero fenómeno llegó con las adaptaciones cinematográficas, que encandilaban a jóvenes y no tan jóvenes. Formando una solida comunidad de fans renombrados así mismo como "Potterheads". 
Con el paso de los años Harry Potter ya es toda una lucrativa franquicia que, aparentemente, llegó a su final con la novela y película (partida en dos entregas) Las Reliquias de la Muerte. Incluso la misma autora había afirmado que había terminado con el niño mago y su mágico mundo. Y durante unos años intentó abrirse camino en otros géneros sin el éxito esperado. Estaba claro que Warner Bros era quien tenía más ganas de seguir exprimiendo semejante gallina de los huevos de oro. Pero J. K. Rowling también decidió volver al mundo que tanta fama (y beneficios) le ha reportado.

Aunque está claro que en un futuro no tan lejano volveremos a ver en la gran pantalla a Harry y sus amigos (Warner no ha perdido el tiempo en adquirir los derechos cinematográficos de la obra teatral El Niño Maldito, secuela de la saga Harry Potter). Rowling nos propone esta vez, retroceder en el tiempo bastantes décadas antes siquiera de que el malvado Lord Voldemort se enemistara con el inocente Harry. Concretamente en 1926. Y además también cambiamos los aires británicos por los americanos.
Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, es la primera entrega de una saga compuesta por cinco entregas (en un principio era una trilogía) que actúa a modo de spin-off de Harry Potter. 
En este caso no estaríamos hablando de una adaptación. Sí, hay un librito que lleva el título de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos. Pero se trata de un simple bestiario. Rowling rescata a su ficticio autor, Newt Scamander, y decide ponerlo al frente de esta película en una historia completamente original. Quizás por esto no podamos atacarla con la misma saña que se mereció Peter Jackson (Criaturas Celestiales, Mal Gusto) con su alargada en exceso trilogía fílmica de El Hobbit.
Entrando ya en materia. Se puede notar desde un principio un agradecido cambio de tono respecto a la saga Harry Potter. Aunque nunca distanciándose del todo. Y esto es en gran medida gracias a las labores en la dirección de David Yates. quien ha sido director de las últimas entregas de la anterior saga. Por lo tanto ya es bastante conocedor de este mágico universo. Y no se ve obligado a hacer muchos esfuerzos a la hora de trasladarlo a la gran pantalla. Quizás ese acomodamiento sea demasiado patente. Y pueda llegar a preocuparnos cuando pensamos en que, en un principio, él se hará cargo de todas las entregas de esta saga. 
Si os soy sincero. En un principio me mostré bastante reacio a esta película (y saga en general). Acabé bastante quemado con la última etapa de Harry Potter (en cines) y lo cierto es que lo que de verdad me interesaba de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos era su ambientación. Y, aunque al final acabé disfrutándola por más motivos, este punto es uno de los más reseñables. Se nota el gran esfuerzo a la hora de crear los escenarios, diseñar el vestuario y hasta el más mínimo detalle para que el espectador sienta el Nueva York de los años 20. Por no hablar de las nuevas pinceladas y descubrimientos del universo de Rowling que nos ofrece esta película. Todo ello se conjuga en una perfecta simbiosis entre la realidad y ese mundo mágico que tantos adoran.

De todos ya es de sobra conocida la premisa inicial de esta película (el experto en criaturas mágicas Newt Scamander llega a Nueva York con una maleta repleta de estas singulares rarezas que acabarán sueltas haciendo peligrar el secretismo de la comunidad mágica americana). Pero la película ha sabido ocultar unas cuantas sub tramas mucho más interesantes. Tanto, que la principal se acaba antojando demasiado floja y llega a perjudicar a las demás. Habría estado mejor que la primera parte de la cinta se centrase del todo en la búsqueda de las criaturas mágicas extraviadas para dejar más tiempo y dedicación a los demás temas para que no se sientan tan capados como están.
Pero hablando claro, hay que decir que cuando están en pantalla. Los animales mágicos se ganan a la fuerza un hueco en el corazón de los espectadores (en mi caso, sobre todo con el avaro y adorable Niffler). Cada uno de los presentados es más fascinante y único que el anterior. Un portento imaginativo que en más de una ocasión se ve bastante afectado por un deficiente CGI que llega a contagiarse a más partes que las de los animalitos de Newt.
Uno de los mayores fallos de la saga cinematográfica Harry Potter fue no saber madurar como lo hicieron sus protagonistas. Cierto que a partir de la excelentísima El Prisionero de Azkaban, se nota cierto cambio respecto a las anteriores entregas más infantiles. Pero nunca llega a los extremos necesarios. Esto parece contagiarse a esta nueva saga llegando a desconcertar bastante al preguntarnos a qué público está de verdad dirigida esta cinta. Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos toca temas y momentos bastante duros y oscuros, pero de nada sirve presentarlos si al poco estás haciendo chistes, bromas o preocupándote por la trama de la búsqueda de los animales extraviados. Dando como resultado un cóctel que no acaba siendo del gusto de nadie. Es demasiado oscura para ser una película familiar y demasiado edulcorada para terminar de ser ese salto a la madurez que parece que pretende ser por momentos.

En el guión nos encontramos a la mismísima Rowling. Siendo esta su primera experiencia como guionista. Y se nota. Parece que la autora no termina de querer abandonar las costumbres de escritora y no es complicado notar que la trama se siente demasiado episódica. Esto llega a ser un problema en unos cuantos momentos. Y afecta sobre todo a las otras sub tramas. Eso sí, se agradece que Rowling esté en el guión a la hora de expandir su universo.
Hablando de los personajes que presenta esta película. Tenemos al oscarizado Eddie Redmayne (El Destino de Júpiter, La Teoría del Todo) dando vida al particular Newt Scamander. Un personaje que destaca más por sus maneras que por otra cosa. Y esto puede ser porque se siente demasiado cohibido incluso en su planteamiento. Lo cierto es que cuesta ver en él a un protagonista como en su día lo fue Daniel "Potter" Radcliffe.
Katherine Waterston (Puro Vicio, Alien: Covenant) no mejora el asunto. Su personaje resulta ser demasiado soso. Y acaba ayudando a que destaque más su hermana en la ficción,  Alison Sudol, que resulta encantadora en todos los sentidos. 
Colin Farrell (True Detective, Escondidos en Brujas), en quien tenía depositadas bastantes esperanzas. Termina dando una desganada participación a la que termina por afectar un giro argumental ya utilizado en la anterior saga.
De Ezra Miller (Tenemos que hablar de Kevin, Batman V Superman) no quiero hablar mucho salvo que cumple sin más. Al igual que los demás secundarios, quienes apenas pueden hacer mucho más con el poco material que disponen para lucirse (ni siquiera veteranos como Jon Voight ni Ron Perlman).

La verdadera estrella de la película acaba siendo, para mi sorpresa, el Kowalski de Dan Fogler (Fanboys, Marte Necesita Madres). Aunque temí que solo sería el alivio cómico de la película. Su personaje cobra bastante entidad al ser la representación de cualquier fan de esta franquicia y conecta con el espectador. No es casualidad que sea un no-maj (el apelativo "muggle" en america) que se ve arrastrado a esta mágica aventura y se fascina con cada descubrimiento de este singular mundo. Divertido y encantador.
La BSO a cargo de James Newton Howard (El Sexto Sentido, King Kong) no resulta ser demasiado destacable, apenas llegando a salvar un par de composiciones en la recta final. Amparándose más en la faceta aventurera de la película que en la mágica.
La película tiene unos epílogos en su parte final alargados en exceso y que parece que buscan arrancar alguna lagrimita al espectador. Pero lo único que logran es una anticlimática sensación tras asistir a un clímax que parece sacado de alguna película Marvel.

Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos es la primera entrega de toda una nueva saga cinematográfica. Pero a decir verdad, parece que se acomoda demasiado en su labor como prólogo por lo que está por venir. Haciendo que a la hora de valorarla como película en sí, todo cojeé más. Pero es cierto que invita a volver a adentrarse en el mágico universo ideado por Rowling (o descubrirlo) y que es cierto que tiene tiempo de aprender de sus errores y ampararse más en sus aciertos de cara a las próximas entregas. 

Lo Mejor: El agradecido cambio de aires respecto a la anterior saga. Kowalski y los animales.
Lo Peor: Los problemas concernientes a tramas, personajes y conceptos poco trabajados o apenas presentados por ampararse demasiado en su labor como introducción a una nueva saga.





jueves, 24 de noviembre de 2016

Opinión cinematográfica: "La Llegada" - Crítica de Rubén Giráldez


Dennis Villeneuve lleva ganándose a pulso el ser uno de los mejores cineastas de nuestro tiempo. Desde que hace unos cuantos años llamase la atención de muchos con Incendies. 
Me avergüenza un poco reconocer que un servidor lo descubrió el año pasado con su increíble Sicario. Pero mejor tarde que nunca. Dennis ya está en mi punto de mira particular. Y cómo no hacerlo cuando no deja de realizar peliculones como esta última Arrival (aka La Llegada).
Si el año pasado aseguré en este mismo blog que Sicario era una de las mejores películas de 2015. Ahora con Arrival vuelve a afirmar que Dennis Villeneuve ha vuelto a realizar un largometraje que es de lo mejor que ha dado 2016. Y, de hecho, fácilmente se gana un puesto de honor entre los grandes títulos de ciencia ficción de la historia.

Basado en el relato de Ted Chiang, Arrival se descubre como antítesis de lo visto últimamente en el tema de Invasiones Alienígenas. De hecho, le hace bastante bien que se estrene el mismo año que nos ha llegado Independence Day: Contraataque. La tardía secuela de una de las películas que ha ayudado a este estancamiento temático.
La crítica se ha rendido a los píes de Villeneuve y su Arrival. Imposible no acudir emocionado al cine. Y, en mi opinión, la cosa está completamente justificada. Servidor salió encantado, con esa sensación de haber contemplado una gran película.
Si Arrival puede parecerse a la horda de clónicos títulos de invasiones alienígenas es en el planteamiento inicial (una serie de objetos voladores que se plantan en varios puntos estratégicos alrededor de la Tierra poniendo en jaque a todos los Gobiernos). Pero uno no tarda en notar que el tono es más intimista y opresivo a lo mostrado habitualmente. Y lo más importante es descubrir que la protagonista es una lingüista a la que acude el ejército (uno no tan testosterónico) para tratar de entablar comunicación con los visitantes.

La comunicación es uno de los puntos clave de Arrival. Villeneuve nos quiere recordar aquello que nos une (y diferencia). Y llega a dejarnos un mal cuerpo al hacernos preguntar si estamos preparados a contactar con posibles formas de vida ajenas a nuestro planeta cuando ni entre nosotros no podemos o queremos entendernos. Aquí nos encontramos con una clara crítica sociopolítica que no quiere quitar protagonismo al resto de tramas. Cosa que se agradece, pues Arrival mezcla con maestría sus ingredientes para no terminar de empachar del todo al espectador.
También es notable como vemos las consecuencias de esta visita extraterrestre con un acertado uso de los poderosos medios de comunicación y las redes sociales (donde se sigue desarrollando el tema de la comunicación). Arrival nunca olvida que es una película de Invasiones Alienígenas aunque se tome las cosas con más calma y no haga quedar todo en una orgía de explosiones y rayos láseres. 
La puesta en escena de Arrival es hermosa. Aún con sus tonos apagados, la fotografía de de Bradford Young arranca una inusitada belleza de esas escenas con o sin la nave alienígena. Y la BSO de Jóhann Jóhannsson (habitual en la filmografía de Villeneuve) es impecable. Completamente inversiva y agradecido añadido para acabar de internarse del todo en la historia.

En el guión nos encontramos al irregular Eric Heisserer (Nunca Apagues la Luz, The Thing), cuyo libreto acaba resultando ser un acierto. Increíble pensar que de un relato corto haya logrado dar forma a las casi dos horas de duración. Además de no llegar a ser redundante con las explicaciones científicas y demás posibles problemas que bien podría haber cargado a Arrival.
Al hablar del reparto hay que hacerlo irremediablemente de Amy Adams (El Hombre de Acero, Her). Quien está inmensa en su papel de la Doctora Louise Banks. Ella ES el alma de la película. Tan solo apreciar el momento en la universidad cuando se le informa de la aparición de los objetos flotantes. Pero es que la cosa no queda ahí, y durante toda la película la actriz nos regala una interpretación arrolladora. 
Si en Sicario, Emily Blunt (Into The Woods, Al Filo del Mañana) aún tenía a Josh Brolin (¡Ave, César!, No Es País Para Viejos) y, sobre todo, a Benicio del Toro (El Hombre Lobo, Guardianes de la Galaxia) para darle la réplica. Este no es el caso con Arrival, donde Jeremy Renner (Capitán América: Civil War, El Legado de Bourne) y Forest Whitaker (El Mayordomo, Rogue One) quedan opacados por Amy Adams. Ojo, no digo que hagan un mal trabajo. Pero en comparación, sus participaciones tan solo son correctas.
Sobre el tema alien está claro que me reservo las grandes sorpresas que el espectador irá descubriendo a medida que transcurre el metraje. Pero decir que es otro gran acierto de la película. Desde el simple pero efectivo diseño de los OVNIS, pasando por las criaturas (a medio camino entre las de Monsters y alguna sacada del imaginario de H.P. Lovecraft) y llegando a su curiosa forma de escritura (que estoy seguro que dentro de unos años acabará formando parte del imaginario colectivo al hablar de ciencia ficción). 
Toca hablar del componente dramático del film. Uno de los más sangrantes puntos con los que pueden entrar las comparaciones con Interstellar. Desde luego, resulta ser bastante imperativo en la película de Villeneuve (aunque estoy seguro que lo es más en el relato de Ted Chiang), pero alegrará saber que no llega a los sonrojantes extremos donde acababa la odisea estelar de Christopher Nolan (Memento, El Caballero Oscuro). Aún con todo, puede que muchos acaben criticando este aspecto sobre todo en su recta final. Cuando se descubra el pastel (momento en el que uno puede entender que se decidiesen a cambiar el revelador título del relato original por uno más "comercial") y se recurra a una poderosa composición que recurre a imágenes ya vistas para reforzar el tema oculto del film y terminar de dar la última y mimada pincelada a este profundo y transcendental relato.

Muy ciego debe de estar uno para no reconocer que con Arrival, estamos ante uno de los mejores títulos de ciencia ficción que ha dado este siglo (y, posiblemente, el pasado). No solo es preciosa en cuanto a sus imágenes, el componente dramático está perfectamente utilizado y justificado (aunque puede alcanzar el límite para algunos en su parte final). La imaginería que nos presenta Dennis Villeneuve es demasiado atractiva para el amante de la ciencia ficción y entre todo esto tenemos a una Amy Adams que se gana al público desde su primer precioso y desgarrador monólogo.
Desde luego, con este primer acercamiento en el género de la ciencia ficción, ya deben de quedar pocos que duden de que Villeneuve pueda lograr algo grande con Blade Runner: 2049. Y esperemos que logre su sueño de poder dar una nueva oportunidad a Dune en la gran pantalla. Y queda por saber si entre los títulos de ciencia ficción que nos llegarán el próximo año (Life, Alien: Covenant, Ghost In The Shell) tendremos otra gran joyita de este género como lo ha sido Arrival

Lo Mejor: Prácticamente todo. Joya instantánea del género sci fi.
Lo Peor: El que se la pueda atacar por su tramo final y por unas notables críticas más que merecidas.