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miércoles, 4 de febrero de 2015

¿Como crear? por Francisco Miguel Espinosa




¿Cómo crear?

Francisco Miguel Espinosa



La pregunta qué más me han hecho en entrevistas es: ¿De dónde sacas la inspiración? Una vez, respondí que un pollo me decía lo que tenía que escribir. Esta broma dio pie al Gallo que corona Abismo, el escenario en que se desarrolla mi novela Cabeza de Ciervo. Y este es el mejor resumen que puedo hacer sobre la inspiración. Lo que podríamos llamar el primer paso hacia crear. Tener una idea.

Desde que tengo uso de razón, tengo ideas. Desde que tengo ideas, las escribo. Escribir es un impulso, y nada más. Hay quien siente el impulso de hacer música, de actuar en teatros o de resolver ecuaciones y hay quien no tiene impulsos de ninguna clase. Y el mundo es así. Ahora me piden que os cuente cómo crear. Supongo que, en todo caso, cómo hago yo para crear. Y esta cuestión me trae de cabeza desde que me lo pidieron porque tal vez no somos conscientes de lo que hacemos, por qué lo hacemos y cómo conectamos con los lectores (siempre que pasemos los filtros editoriales). Por suerte, escribo mucho y tengo algo de orden mental, un máster en Escritura Creativa y mucho tiempo libre. Así que os hablaré de dos caminos en mi etapa creativa: cómo escribo en solitario y cómo escribo acompañado.

Lo primero, es la idea. Suelo tener ideas a todas horas: desde escenas, a personajes, a frases y a historias que se abren y cierran en mi cabeza en cuestión de segundos. Suelo llenar cuadernos y cuadernos con estas ideas, apuntadas de forma apresurada y sencilla.

 
Estos cuadernos me sirven como recordatorio y no suelo ojearlos más que una vez al mes: las ideas poderosas se quedan en mi cabeza durante periodos absurdos de tiempo (sigo dando vueltas a ideas que tuve hace 5 años). Una vez que una idea se instala de forma poderosa en mi cabeza, comienzo a pensarla. Este proceso es mi escritura mental, sin la que no puedo trabajar. Paso semanas o meses escribiendo en mi cabeza: suelo salir de casa con los cascos puestos y pensar y repensar la idea, darle vueltas a los personajes, a las situaciones y a la trama. También cuando estoy de gira promocional me dedico a pensar y pensar, sin escribir una sola palabra (cosa que, cuando la gira dura seis meses como Tour de Ciervo 2014 me obliga a pasar demasiado tiempo sin trabajar en absoluto). Este proceso me transforma en una persona despistada y ausente, aunque mi novia y amigos ya están acostumbrados.

Lo curioso de esto es que no pienso en una novela: imagino las escenas como en una película y después las transcribo al lenguaje literario. Esto supone mi marca (para bien o para mal) y la marca del género que trato de introducir y dar forma, la novela Grindhouse.

Cuando ya he rodado escenas enteras en mi cabeza, empiezo a sumergirme en el escenario. Esto supone que si mi novela es de terror, me pongo a leer terror. Si es ciencia ficción, lo propio. También ataco al cine propio del género. No lo hago buscando voces ajenas, sino entrar en la sintonía del género. Es difícil de explicar pero me ayuda a canalizar mi ideas y contextualizarlas: ver cuáles son los cimientos del género en que me quiero mover y aprender a nadar en sus aguas.

Estos dos procesos me llevan meses. Trabajo siempre en mi cabeza con varias cosas a la vez, por lo que no es raro que me mueva entre dos o tres novelas simultáneas, lo que por suerte propicia que esto no sea una pérdida de tiempo suprema. Así es como mi cabeza acaba echa polvo a lo largo del día.

Toca sentarse a escribir.

Pasaré por alto el relato corto porque el proceso es exacto, salvo que no suelo tomar tantas notas sobre los relatos. Los trato como algo que empezar y acabar en seis horas máximo. Cuando abordo una novela, lo hago desde Scrivener. Ningún otro software para escritores profesionales (utilizado y alabado por autores como Michael Chabon) me permite organizar los capítulos, personajes y diferentes tramas de forma sencilla y eficaz. A todo el que quiera escribir le recomiendo hacerse con él sin demora. Aprovecho cualquier trozo de papel para apuntar cosas que se me ocurren, pero el principio y el final se quedan inamovibles. Pienso la primera frase de forma obsesiva y no comienzo a escribir hasta que está perfecta. Entonces, me pongo música a todo trapo (Hans Zimmer, Marilyn Manson, Die Antwoord...). Soy una persona con una concentración física limitada: lo que quiere decir que puedo estar pensando en la misma cosa durante horas y hora, pero no haciéndola. No suelo estar más de dos horas haciendo lo mismo (salvo excepciones para adultos). Durante estas dos horas aproximadamente, suelo escribir unas tres mil palabras.



No tengo problemas al eliminar capítulos enteros, reescribir la novela cuando casi estoy acabando o eliminarla por completo si veo que no avanza como en mi cabeza (tengo escritas 200 páginas de una novela de 300 que no termina de encajarme). No es lo común, pero a veces ocurre. Lo importante es seguir, no detenerse. Escribo hasta el final sin pararme a corregir, pues ahí está la trampa. Mucha gente no consigue terminar de escribir porque no es capaz de escribir con una venda en los ojos: releer se relee cuando has terminado. No antes. Si te paras a reescribir y corregir antes de haber puesto punto final a la historia, nunca llegarás al final. Como ya se ha dicho a menudo: una novela no se acaba nunca, se abandona.

Lo importante es no detenerse.

Tardo alrededor de tres meses en finalizar el primer manuscrito (dependiendo de la novela) y corregir suele llevarme el doble. XXI, mi segunda novela, tardé seis meses en escribirla y otros nueve en corregirla; Cabeza de Ciervo me llevó dos meses de escritura y otros seis de corrección. Un manuscrito se escribe una vez y se corrige cuarenta. Pero lo importante siempre, es terminar.


Otro aspecto importante para mí, son los huecos para el lector. Muchos autores se obsesionan en explicarle al lector, y varias veces, qué ocurre, cómo ocurre, cuándo ocurre y quién lo sufre. Y no dejan hueco. Un buen libro es el que deja que el lector entre: viva, imagine, conspire y se emocione con la historia que le contamos. Esto se consigue sabiendo trabajar la elipsis; dando los datos suficientes para que la imaginación del lector de lo demás. Esto a veces sale bien y a veces mal, como suele pasar. Pero no dejo de trabajar en ello cada día porque lo considero esencial para una buena novela.

Después de esto, ya deberíamos tener algo parecido a un manuscrito terminado. Lo que hago yo ahora, es guardarlo y dejar que repose unas semanas. Las próximas correcciones serán duras.

Ahora bien, los que me conocéis y seguís mi trabajo ya sabréis a estas alturas que mi próxima novela está co-escrita con otro maravilloso autor, Angel Luis Sucasas. Es la primera que publicamos juntos, pero no es ni mucho menos lo único que estamos trabajando juntos. Escribir con otro autor es un proceso diferente y difícil. Ya en 2012 firmé una novela que aún no se ha publicado junto a Ferran Pizarro, compañero de andanzas en Paraiso4.com. Aquel proceso fue más difícil porque el vive en Barcelona y yo en Madrid: en este caso, desarrollamos una biblia del proyecto, con esquemas de todos los capítulos y dividimos el trabajo. Cada semana, mandábamos el trabajo realizado al otro autor para su corrección y visto bueno.

En el caso de lo desarrollado con Sucasas el proceso es más sencillo porque vivimos en la misma ciudad. Normalmente, el proceso de pensar se sustituye por hablar: largas charlas en las que se trata de personajes, situaciones, tramas y giros. Tras esto, igual que si en solitario se tratase, comenzamos a hacer anotaciones, borradores, enviarnos emails y poner en común el desarrollo de la trama. A la hora de escribir: Scrivener y ordenador contra ordenador. Las correcciones es lo más difícil: todo debe corregirse por duplicado, varias veces.

También me han preguntado mucho si me “ayudo” para escribir. Hay mucha leyenda en cuanto al escritor drogata y pasado de rosca que escribe casi en estado de coma. No voy a negar que de vez en cuando he tomado drogas y alcohol, aunque no para escribir. Escribir ha terminado siendo una consecuencia de mis ganas de contar historias, que no se detienen ni de borrachera. Escribí uno de mis relatos más famosos, Malos y Cobardes (Premio Fungible 2012, próxima reedición este año) estando tan borracho y colocado que ni recordaba de qué iba cuando me puse a transcribirlo. No es el mejor escenario, ni la mejor manera ni nada. Pero no negaré que lo he hecho y a veces me ha salido bien. Claro que ahora debo haber madurado, pues soy incapaz de emborracharme y lo más fuerte que tomo es cerveza negra. Para más información, preguntad a Stephen King.


Para terminar, lo mío no es solamente la novela. Cuando escribo cómic, tengo que pensar en términos espaciales y distribución de viñetas y cartelas; cuando escribo videojuego tengo que pensar en diagrama de flujo...pero el primer paso siempre queda igual: la creación, para mí, se basa en pensar. Paso largas horas pensando, componiendo en mi cabeza películas que acaban convirtiéndose en novelas.

No sé si esto es lo que se me pedía, pero esto es lo que hay. Aconsejo a todo el que quiera escribir leer muchísimo: pero no leer lo que te gusta. Conozco muchos autores que solo leen a King o a sus contemporáneos y se jactan de leer más de cincuenta libros al año. Eso no es leer. Para escribir bien tienes que leer igual a King que a Ovidio; a Matheson y a Shakespeare; a Oscar Wilde y a Cervantes. Los que se limitan a leer lo que les gusta, se limitan a escribir imitando. Para saber construir personajes, necesitas los tochos de Martin o King y los suspiros de Steinbeck; para tratar el diálogo, necesitas el teatro de Pinter y Shakespeare; para ponerse lírico necesitas a Ovidio y Rushdie. Y sobretodo: escribir, escribir y escribir. Escribí dos novelas completas y cientos de relatos antes de mandar nada a una editorial. Así que otra herramienta que no puedes dejarte en casa es esta: AUTOCRÍTICA. Señores, no cagamos oro. Tenedlo en cuenta y practicad la humildad.

Y al que le guste leer y simplemente sienta curiosidad por lo que nos pasa por la cabeza a los escritores pues ya sabéis: un pollo (ahora un Gallo) nos dicta lo que tenemos que escribir.

lunes, 23 de junio de 2014

Entrevista a Francisco Miguel Espinosa


Hoy en La Ventana Secreta 6 contamos con la visita de Francisco Miguel Espinosa. Este joven gran escritor que está triunfando con su nueva novela "Cabeza de Ciervo".

Esperamos que disfrutéis con esta entrevista. Bienvenido.


Gracias a vosotros por querer saber más de mí (escucho Extremoduro mientras realizo esta entrevista. Eso debería deciros mucho.)

(VS)- ¿Por qué eres escritor?
(FME)- Hay gente que nace para salvar vidas y gente que nace para arreglar enchufes, o para ser padres o para componer música. Yo no sé hacer otra cosa que escribir, juntar palabras y crear historias. A los ocho años escribí relatos y una (terrible) primera novela de 100 páginas. Intentar vivir de ello publicando era mi paso natural.

(VS)- Sabemos que tu primera novela fue “Encerrado” con la editorial Atlantis y que tuvo una gran aceptación. Para los que no la hemos leído,¿ que nos ofrece esta novela?
(FME)-Encerrado era un grito adolescente. La escribí con 17 años y, como todo el mundo a esa edad, creía que mi vida era lo peor. Escribí una novela sobre un tipo que ha perdido las riendas de su vida y no está satisfecho ni con las cosas buenas que le pasan. Por aquella época leía mucho Palahniuk y Bukowski, novelas de perdedores y perdidos, y me dije: “eh, esto puedo hacerlo yo.” Encerrado fue la respuesta a aquella provocación que me presentaban los autores a los que yo adoraba,

(VS)-¿Cómo te sentiste al ver que tu novela se mantenía durante varias semanas entre las 3 mejor valoradas de La Casa del Libro?
(FME)- Curiosamente, pese a ser un exitazo de críticas, eso no se tradujo en ventas para la novela. Mi editorial me ignoró, firmé mi primer ejemplar sobre una papelera, en Lavapiés, a una amiga mía. Ver que mi libro merecía ser leído pero el público general lo ignoraba era muy frustrante. Por suerte aquellas semanas como mejor valorado, y las posteriores (pocas) alegrías que me deparó la novela fueron gratificantes. Como para creer que seguir era un buena idea.

(VS)- Tu segunda novela XXI, es una novela que más que halagos ha cosechado bastantes críticas y tú el primero, ya que en la dedicatoria que nos hiciste, incluso llegas a pedir perdón [risas] ¿A qué se debe?
(FME)- No es ningún secreto que XXI es mi novela más vendida (aunque pronto va a ser superada por Cabeza de Ciervo) y que es la que menos me gusta. La escribí en una época muy tormentosa: estaba agobiado por situaciones familiares jodidas y porque mi carrera de escritor no me daba ni para pipas. Traté de escribir una cosa y acabó tomando posesión de mí una mezcla de sentimientos bastante extraños y autodestructivos. Lo que resultó fue una novela oscura y llena de dolor. Después, el proceso de publicación fue aún más tormentoso y la novela sufrió el recorte de casi 50 páginas. Un error, a todas vistas. Yo quise que la novela fuese una cosa, y terminó siendo otra.

(VS)- Aún no hemos podido decidir si la criticamos o la alabamos, ya que no la hemos leído. ¿Cómo nos la venderías para que le diéramos una oportunidad?
(FME)Esta novela surge de la necesidad de hablar de todo lo malo que había en mí hace 4 años; de todo lo que me frustraba y lo que me daba miedo. Contado a través de metáforas y en boca de personajes inventados, aquello era básicamente un exorcismo. No estoy seguro de que deba recomendarle leer eso a nadie. No sé. Si te gusto como autor léela y ríete un poco.

(VS)- Y ahora vamos a por “Cabeza de Ciervo”, esta si la hemos leído y nos hemos quedado más que encantados. ¿De dónde surgió la idea?
(FME)- Cabeza de Ciervo fue el culmen de una época de productividad literaria casi enfermiza. Llegué a escribir unos 30 relatos en 3 meses. Estaba haciendo un máster de escritura creativa y mi cerebro llegó a nivelas de creatividad que nunca había soñado alcanzar. Un día pensé en que me gustaba la idea de que el tiempo te mandase de vuelta todo lo malo que hayas hecho. En la presentación de Madrid se dijo (Rubén Sánchez dijo) que Cabeza de Ciervo trata por encima de todo sobre la culpa. Y ahora veo claramente que eso era sobre lo que quería escribir. La idea de un tipo con una maza y una cornamenta desbrozando a golpes a la buena gente de un pueblo de mierda que representa el lugar donde ninguno querríamos terminar. Escribí la novela casi en trance, en dos meses.

Firmando en la feria del libro de Madrid junto Alfonso Zamora

(VS)- Aunque lo explicaste en la presentación, hay gente que no lo sabrá. ¿Por qué un gallo?
(FME)- Una vez me preguntaron: ¿de dónde sacas las ideas? Y no supe qué responder. Es una pregunta de mierda para hacerle a cualquier artista. Así que respondí que un pollo me decía lo que tenía que escribir. A Emilio Bueso le hizo gracia y lo repitió, pero dijo gallo en lugar de pollo. Supongo que se me quedó grabado de alguna manera, porque al empezar la novela allí estaba el gallo. La metáfora perfecta de lo que no tiene ningún sentido preguntarse. A veces las cosas son lo que son y ya está. Para mí eso es el maldito gallo. Para ti, puede ser otra cosa.

(VS)- ¿Tuviste alguna inspiración ya fuera de película, libro, cómic o videojuego para crear esta novela?
(FME)- Durante el proceso de escritura estuve inmerso en una sesión de cine, series y videojuegos constante. Vi todas las películas de Tarantino en un ciclo; las de Nicolas Winding Refn; vi Breaking Bad en apenas dos semanas, jugué a Heavy Rain y Uncharted. Escuché mucho Marilyn Manson.  No sé si todo influyó o nada lo hizo, pero esas son las referencias que tengo.

(VS)- ¿Por qué “Abismo” como nombre del pueblo?
(FME)-Ese lugar es el último en donde querríamos estar. El nombre surgió solo. Lo veía como un agujero en la tierra a donde acabaría llegando si no hacía algo. Así viven todos los habitantes de allí.
 
Firmando en la presentación de Gigamesh junto al portadista e ilustrador Daniel Exposito
(VS)- ¿Crees que podría haber una segunda parte, o alguna nueva historia relacionada con Abismo o Cabeza de Ciervo?
(FME)-Sé bien lo que les ocurrió a todos y cada uno de los personajes de Abismo, y quizás alguna de esas tramas podría dar para una novela. También sé lo que le sucedió a Abismo mucho años después de terminar la novela. Pero también sé que no soy un autor de segundas partes. No lo descartó, pero no me atrae la idea de una secuela de momento.

(VS)- ¿Siempre quisiste publicar esta novela con Dolmen, o pensaste en más opciones?
(FME)-Como con todas las novelas, siempre hay varias opciones. Tuve una editorial que me plantó un contrato sobre la mesa y otra que tuvo mi novela sobre la mesa durante meses y no la leyó (pese a múltiples recomendaciones de lectores y autores de la casa). Al final, Dolmen se llevó el gato al agua y no podría estar más contento de que lo hayan hecho. No imagino Cabeza de Ciervo en otra editorial. Y no creo que nadie la hubiera (y me hubiera) tratado con tanto cariño.

(VS)- Además de novelas, también has publicado en diferentes antologías. ¿Con cuál de ellas te quedas?
(FME)- Estoy orgulloso de todas las antologías en las que he participado; pero guardo con especial cariño Ignota; una antología con autores americanos y españoles, publicada con mucho mimo por Palabras de Agua. Tengo en ella unos compañeros de lujo y además tuve el honor de traducir a Lauren Beukes. Mi relato, Calalini, es de los mejores que he escrito.

(VS)- ¿Prefieres escribir relatos, o por el contrario crear una trama más larga hasta el punto de convertirla en novela?
(FME)- Me siento comodísimo escribiendo novelas, normalmente me muevo en terrenos de 250-300 páginas. Pero el relato es un banco de pruebas: es donde puedes probarte a ti mismo como autor y experimentar con tu voz. Creo que todos los autores deberían dedicarse asiduamente a escribir relato.

(VS)- En 2010 ganaste los premios XIV Certamen Arte Joven (relato corto, 2010), convirtiéndote el ganador más joven en los últimos 3 años. ¿Cómo te sentiste?
(FME)- Mi juventud siempre ha jugado a favor y en contra de mí: las editoriales no suelen confiar en autores tan jóvenes. Por suerte, los premios no discriminan. Al año siguiente gané El Fungible y fui el ganador más joven en 20 años de premio. La verdad es que no creo que la edad tenga nada que ver: empecé a escribir muy pronto, por lo que ahora ya tengo algunas tablas. Si vivo solo hasta los 40, la juventud no jugará un papel especial en todo esto. Si vivo hasta los 80, supongo que me llamarán precoz o enfan't terrible. 

Presentación Ignota junto a Víctor Blázquez, Juan de Dios Garduño, Angel Luis Sucasas y Pedro de Paz

(VS)- También escribes guiones para el sector cómic y videojuego. ¿Hay algún proyecto serio a día de hoy?
(FME)- No puedo decir nada de esto porque para Octubre se juega una carta que puede llevarme a colaborar con un equipo importante dentro del mundo del videojuego. Y hasta ahí puedo leer.

(VS)- ¿Que trabajos de Francisco Miguel Espinosa nos esperan en un futuro próximo?
(FME)- Mi editor ya tiene una novela sobre la mesa, escrita junto a Ángel Luis Sucasas. Es pronto para decir nada ya que he publicado hace dos meses. Dependerá de cómo vaya este año. En otoño publico un relato en inglés con Nevsky Prospects, escrito también junto a Ángel. Pero aún me queda mucho recorrido con Cabeza de Ciervo.

(VS)- Esta pregunta es más personal, pero los que te seguimos en Twitter sabemos que tu hiciste un gran esfuerzo perdiendo 30kg. Ese esfuerzo también sirve a la hora de trabajar, de luchar por los sueños que tenga cada uno. ¿Qué consejo darías a escritores jóvenes como tú?

(FME)- Descubrí a las malas lo que supone superarte a ti mismo y exorcitar tus demonios en tu propio cuerpo. Siempre fui obeso y encontré la motivación de perder peso hace dos años. Me encontré a mí mismo muy solo y muy dolido, casi moribundo a nivel personal y sentimental. Por lo que decidí luchar por mis sueños como no lo había hecho antes. En esta misma etapa, escribí Cabeza de Ciervo. Paraba de escribir, hacía ejercicio y me dormía exhausto. Y así durante meses. Si algo aprendí en este tiempo es que la gente que lo consigue (perder peso, triunfar en lo que te gusta, marcar la diferencia...) se cuentan con los dedos de la mano. Pero siempre hay que luchar y dar el máximo porque tú puedes ser la excepción. Te dirán que lo normal es fracasar, pero también me dijeron que toda mi vida sería obeso. Y se equivocaron. Si tienes la motivación adecuada, darás todo de ti y podrás llegar a convertirte en la excepción de la regla. Y eso se puede aplicar a todos los aspectos de la vida.

Ha sido todo un placer tenerte aquí con nosotros. Esperamos que te lo hayas pasado bien contestando a las preguntas, y que los lectores disfruten con tus respuestas. Muchísima suerte con “Cabeza de Ciervo” y con todos tus futuros proyectos. Un fuerte abrazo.

Gracias a vosotros y enhorabuena por el blog. Espero seguir colaborando en el futuro.


La semana que viene volvemos con una nueva entrevista en la que el escritor traerá consigo una maldición arácnida.

 

jueves, 19 de junio de 2014

Opinión Literaria: Cabeza de Ciervo


Cabeza de Ciervo es una de las mejores lecturas del 2014. Terror, sangre, venganza, muerte…. ¿Se puede pedir más?


Pues si señores, CABEZA DE CIERVO, pasa a estar en el podio de las mejores lecturas que llevamos de año.
Una novela que se lee de una sentada, sin dificultad en el vocabulario, sin intentar ser un filósofo o un poeta, sino con la única intención de hacer disfrutar al lector de principio a fin. Des de un primer momento, esta novela llama la atención por la excelente portada de Daniel Éxposito, que como dijo “EL DOCTOR MOTOSIERRA” quiero un póster. Gracias a ello consigue atraer al posible comprador y leer la sinopsis del libro:

“Un cadáver. Un pequeño pueblo del Sur Americano. Dos fémures y una cabeza. Un puñado de preguntas. Abismo es un pueblo tranquilo, con sus viejas historias y sus rencores sepultados bajo toneladas de miradas furtivas, años de silencio y falsas sonrisas. Hasta que el sheriff aparece asesinado: sin cabeza y sin fémures. Alguien del apacible Abismo se está dedicando a salir con la luna llena ataviado con una cornamenta hecha de huesos humanos y aterrorizar a los habitantes del fin del mundo. Bob, el ayudante del sheriff a tiempo parcial y borracho del pueblo a tiempo completo, tendrá que resolver el enigma de su vida y encontrar al monstruo antes de que se cobre su próxima víctima.”

Cuando alguien aficionado al terror lee semejante párrafo, no le queda más remedio que comprar el libro y empezar a leerlo cuanto antes. Y no solamente leerlo, sino disfrutarlo página a página.
De la mano del ayudante del Sheriff conoceremos los entresijos de Abismo, un pueblo presumiblemente modélico a la hora de vivir, pero que poco a poco iremos descubriendo que no todo es oro lo que reluce y no todo es lo que parece.

Además de ser una novela de terror, en ella también encontraremos intriga, ya que el ayudante del Sheriff tendrá que descubrir quién narices es el psicópata , que va matando con un gigantesco mazo y lleva como mascara una cabeza de ciervo.

 Francisco Miguel Espinosa nos irá regalando pistas para que poco a poco encaucemos  la historia hacia un final algo previsible, pero que no podía acabar de otra manera.  Breaking Bad también tuvo un final esperado y sigue estando en mi puesto número uno  y es exactamente lo mismo que me ocurre con CABEZA DE CIERVO.

Esta historia perfectamente debería acabar en la gran pantalla y además con su autor como guionista. Estoy seguro que tendría un gran éxito, y sin ningún tipo de dudas yo asistiría con unas buenas palomitas y una refrescante Cocacola.

En definitiva esta novela es recomendable no solamente a los amantes del terror, sino a los amantes de la lectura,  porque os atrapará y no os soltará de principio a fin.