Cuando Víctor Cifu me propuso reseñar para “La Ventana
Secreta 6” sentí dos cosas.
La primera fue alegría.
“La ventana” se ha convertido en muy poco
tiempo en un referente y en un buen medio para estar informado sobre todo lo
referente a la literatura de género. Entrevistas a los autores, ilustradores y
editores más punteros del panorama patrio actual, consejos de creación de los
mismos, noticias, concursos, reseñas y todo lo que se le ocurra al genio
inquieto que habita detrás de la pantalla que lees en estos momentos.
Alegría por ofrecerme la
oportunidad de formar parte activa de todo eso, creado en tan poco tiempo y que
tan buena aceptación está teniendo entre los aficionados al género. Pero
también sentí algo de tristeza, aunque no sé si a esa sensación que experimenté
en ese momento podría llamarla así. Veréis, mi respuesta inicial fue un “no”.
Tengo bastantes compromisos y proyectos en los que ando metido y no quiero
involucrarme en más “aventuras” hasta que vayan quedando detrás algunas. Sentí
una mezcla de rabia y tristeza porque me estaba privando a mí mismo de algo con
lo que disfruto muchísimo. Algunos pensareis que la decisión correcta era esa.
Dar un rotundo “no” por respuesta. Y puede que en vuestro caso, tuvierais
razón. En el mío, después de pensarlo un poco (solo un poco, lo reconozco) no
era esa la decisión acertada. En principio, he “firmado” con Víctor una reseña
(después hablaremos de este término) mensual. Algo que, sin duda, me siento
bastante capacitado para llevar a cabo sin descuidar los otros proyectos de los
que os hablaba. Por eso cambié mi respuesta. Muchas veces dejamos que esa especie
de automatismo mental que tenemos
activado de manera permanente en nuestra cabeza conteste por nosotros. Racionalidad,
que lo llaman algunos. En mi opinión eso es un error. La creatividad no
entiende de eso. Es un asunto del corazón. Mi respuesta racional fue negativa,
pero el corazón, tan visceral como siempre se metió por medio, y me dijo: “Ey
Sergio, te apetece hacerlo, así que hazlo, joder”.
Y aquí andamos.
Mis reseñas, no son reseñas al
uso. Yo prefiero llamarlas “opiniones literarias”. Sí vas a leer una opinión
mía, prepárate para leer algo positivo. Yo no voy a hacer hincapié en los
puntos negativos de una obra. No es una reseña, es mi opinión. Las opiniones
negativas me las guardo para mí. Si leo una novela que no me ha gustado, no voy
a escribir sobre lo mala que me ha parecido. Bajo mi punto de vista, la
creación de una novela conlleva mucho tiempo y necesita de una buena dosis de
ilusión y constancia por parte del autor. Y yo no soy nadie para echar eso por
tierra. Por eso, desde nuestra particular ventana, solo hablare de obras que me
han gustado, y directamente omitiré aquellas que no. También lo hago así en la
revista Dissident Tales, y así es como seguiré haciéndolo. Eso sí; si ves que
doy mi opinión de una novela, es porque me ha gustado. A veces reseñaré a
conocidos y amigos y otras a gente que no conozco de nada, pero mis opiniones
siempre serán sinceras. No le debo nada a nadie, creedme.
No me enrollo más. Solo quiero
agradecer a Víctor el haberme abierto esta ventana de par en par para permitirme
pasar a su casa, y a vosotros por leerme y confiar en mi criterio. Además
quiero mandar desde aquí un afectivo saludo a aquellas casas que también me han
abierto sus puertas y que, por diversos motivos no he podido atravesar, que han
sido algunas, igual de buenas y profesionales que esta. No ha sido una cuestión
de prioridades, sino más bien una cuestión de momento y estado anímico.
Ahora sí.
Nos leemos pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario