miércoles, 3 de febrero de 2016

Opinión cinematográfica: "Star Wars: El Despertar de la Fuerza" - Reseña de Rubén Giráldez


Star Wars es más que una franquicia cinematográfica que ha ampliado su particular universo con series, cómics y libros. Forma parte de la cultura pop mundial. ¿Acaso alguien no sabe de qué hablo si menciono la Fuerza, los Jedis, el Halcón Milenario o enarca las cejas cuando menciono a Darth Vader, Han Solo, Chewbacca o el maestro Yoda? ¡Si incluso la religión Jedi tiene un buen número de practicantes y templos a lo largo y ancho del mundo!
Desde 1977, cada estreno de un nuevo episodio de esta saga estelar ha sido todo un evento a nivel global. Y por supuesto, con este septimo episodio no iba a ser diferente. Cuando George Lucas (Indiana Jones y La Última Cruzada, American Graffiti) vendió hace unos años su compañía Lucasfilm a la titanica Disney y se confirmó la puesta en marcha de una nueva trilogía. El mundo ha tenido en su punta de mira este rodaje. Siendo uno de los más comentados de la historia. En la que cada detalle, imagen o trailer traía consigo largos y acalorados debates en los foros y redes sociales de la red.

Aunque es cierto que en un primer momento se ganó más de un enemigo. Ya que Disney decidió dar carpetazo el Universo Expandido conformado por décadas de novelas y cómics. Movimiento lógico, ya que la compañía del multimillonario ratón, pretende crear su nuevo canon (aunque respetando algunos productos y recogiendo y readaptando algunos elementos ya existentes). Pero el descontento fue tal, que incluso un grupo de ofuscados fans llegaron a iniciar una estúpida cruzada en la que se dedicaron a spoilear esta nueva entrega a la gente en las redes (sin comentarios). 
¿Y quién es el encargado de volvernos a llevar a esa galaxia tan, tan lejana? Pues la verdad es que Disney trabajó con una extensa lista de directores, entre los que encontramos nombres como Steven Spielberg (E.T., Jurassic Park), Guillermo del Toro (Mimic, Pacific Rim) o Zack Snyder (Sucker Punch, Watchmen). Aunque finalmente el honor y difícil tarea recayó sobre J.J. Abrams, quien venía de relanzar la otra gran franquicia estelar por excelencia: Star Trek. Y la verdad, es que hay que admitir que ha cumplido su prometido. 
El Despertar de la Fuerza nos sitúa 30 años después del final de El Retorno del Jedi. Tras un período de paz, la Galaxia vuelve a estar amenazada. Esta vez por La Primera Orden, que recoge el testigo del antiguo Imperio. Es tiempo de que una nueva esperanza surga con este Despertar en la Fuerza.

La película comienza con fuerza (y nunca mejor dicho). Los primeros minutos son para quitarse el sombrero ante mr. Abrams, con esa cruenta secuencia del asalto trooper. A partir de aquí es cosa de que el espectador asista a la historia que Abrams nos quiere contar... Una historia que nos suena demasiado.
Sí, se ha hablado mucho de este tema. Y es que nadie puede negar que El Despertar de la Fuerza toma el esqueleto narrativo del primer film de la saga. Esto se ha convertido en el arma de doble filo de la película. Siendo uno de los puntos más criticados de El Despertar de la Fuerza. Pero esto hay que verlo en perspectiva.
Con esta nueva entrega, J. J. Abrams  tenía dos cosas que hacer: contentar a los espectadores veteranos de Star Wars y atraer a las nuevas generaciones. Para ello se valió de este ejercicio de nostalgia. Y es que, para muchos, esta película supone nuestra Una Nueva Esperanza

Aunque, claro, esto no deja de ser un factor criticable y que parece hacer perder entidad a la película, con tanta referencia y escenas casi calcadas de los episodios IV y V. Haciéndole casi ganar el título de remake. Pero aún así, es innegable ver que se quiere contar una nueva historia y que este es el punto de partida.
Vayamos con el mejor punto de la película: sus personajes.
Al igual que vimos hace poco en X-Men: Días del Futuro Pasado. Esta película también reuniría a viejos conocidos con nuevas caras. Y estas entran pisando fuerte.
Encabezando el reparto tenemos a Daisy Ridley como la misteriosa chatarrera Rey. Y muy bien lo ha tenido que hacer Daisy, ya que ha conseguido que el mundo entero se enamore de su personaje. Y no es para menos. Rey es un personaje de lo más empático y con una personalidad verdaderamente fuerte e independiente. Algo que está tratando de hacerse con los personajes femeninos hoy en día, pero que pocos saben conseguir.
Por otro lado tenemos a Finn, el personaje que tiene la historia más potente de todas. He de decir que soy fan de John Boyega desde que vi la divertidísima Attack on The Block, y me alegra verlo en una franquicia como Star Wars (impagable el vídeo del rodaje en el que, como el fan que es, le pide a Harrison Ford que le firme su figura de Han Solo). Su personaje se complementa a la perfección con Rey y logra ganarse el aprecio del espectador. 

El personaje que seguro que encantó a todo el mundo, es el del piloto Poe Dameron. Quien, se podría decir que es el Han Solo de esta nueva era. Carisma puro y duro es lo que nos ofrece Oscar Isaac, antes de verlo ser el gran enemigo de los X-Men en Apocalipsis.
¿Quién no se emocionó con ese "Chewie, estamos en casa" del primer trailer? Estaba claro que el regreso de Han Solo (y su peludo copiloto) era uno de los puntos fuertes de la película. Y así ha sido. Harrison Ford (Blade Runner, El Juego de Ender) roba la pantalla desde el primer segundo en el que aparece. Además, actuando como el puente entre la trilogía original y la nueva. Sin duda, el regreso de Solo ha sido por la puerta grande. 
Las demás viejas caras, no vuelven con la misma fuerza... A excepción de Luke. Cuya aportación en la película estuvo en boca de todo el mundo poco antes del estreno, ya que no se sabía NADA de él. Y la razón es... bueno, ya lo descubriréis por vosotros mismos.

Hablemos del Lado Oscuro. Personificado en el personaje de Kylo Ren, quienes muchos ya se han esforzado en criticar por ser un intento de Darth Vader (aunque antes ya aburrían los comentarios del diseño de su sable láser). Está claro que esta es su primera aparición y que aún tiene mucho que darnos. Y desde luego es un villano a tener muy en cuenta e interesante de tratar. Para que os hagáis una idea: Kylo es lo que debió de ser Anakin en las dos últimas entregas de las precuelas de Star Wars. Un personaje que camina entre los dos Lados de la Fuerza, pero que se ve, irremediablemente, arrastrado por el Reverso Tenebroso.
Aunque, sin contar con el inquietante personaje del Supremo Líder Snoke (sobre el que mantuvieron el misterio de su aspecto, hasta el final), las otras caras antagonísticas, quedan a deber. No tanto el General Hux (Domhall Gleeson), quien cumple como alienado alto cargo de la Primera Orden, como la capitán Phasma. El stormtrooper de armadura cromada bajo la que se oculta Gwendoline Christie (Juego de Tronos), y que parecía prometernos tanto... acaba teniendo menos relevancia que Boba Fett en la trilogía original (habrá que ver si se redime en el octavo episodio).
Las precuelas han sido muy criticadas, y uno de los motivos fue el abusivo uso de los efectos digitales, que acababan cantando demasiado. Pues bien, Abrams no defrauda en este sentido, ya que se esfuerza en hacer, en todo lo posible, artesanal a El Despertar de la Fuerza. Animatronics, marionetas, escenarios, efectos prácticos...

Y una película de Star Wars, no sería lo mismo sin las sinfonías ideadas por el gran John Williams. Y, aunque no sea su mejor trabajo en la franquicia, nos regala algunos temas como The Attack on the Jakku Village, The Scavanger o March of the Resistance, que son dignos de mención.
El Despertar de la Fuerza, claramente, cumple en su cometido de entretener. Ya quedará en cada uno el menospreciarla más o menos por el excesivo ejercicio de nostalgia en su trama o en hacer evidente la nueva marea de merchandasing que trae consigo (maldito y carismático BB-8). Pero está claro, que esta película ha vuelto hacer resurgir Star Wars y hacernos desear volver a hacer cola en el cine para ver el resto de Episodios y los spin-offs que seguirán expandiendo, este querido universo.

Lo Mejor: Los nuevos personajes y el resurgir de la franquicia.
Lo Peor: El excesivo ejercicio de nostalgia en el guión.


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