viernes, 12 de septiembre de 2014

Preventa "En Tierra Prestada" de Amando la Cueva




Desde Dlorean Ediciones nos llega la preventa de la novela “En tierra prestada” de Amando Lacueva  que inaugura el apartado “Fuera de colección”.

Dlorean nos ofrece un 5% de descuento en su preventa con un precio de 18 euros.

“En tierra prestada” es el libro con mas páginas editadas que la editorial ha publicado ¡472 páginas1

Aquí os dejamos la sinopsis de de la novela, el enlace directo para que os hagáis con ella y la biografía del autor.


 EN TIERRA PRESTADA


Escuchad, humanos, el tiempo se acaba.
 
El Génesis 6:3 declara que Dios dijo: "No voy a dejar que el hombre viva para siempre, porque él no es más que carne. Así que vivirá solamente ciento veinte años."
 
"La vida del hombre sobre la tierra tiene sus días contados, 120 años corresponden a 120 jubileos, así que el tiempo se acaba…
La tierra no se venderá a perpetuidad, pues la tierra es mía; porque vosotros sois para mí como forasteros y advenedizos."
 
La Tierra, nuestro amado planeta, no nos pertenece, es un préstamo que tenemos que devolver a su legítimo dueño, pero mientras eso ocurre, unos seres reclaman la posesión...
El tiempo prometido ha terminado y llega a su fin, han venido a tomar por derecho lo que nos pertenece, este insignificante planeta donde habitan los seres humanos. Se aproxima la hora y con sus ingenios tecnológicos y su astucia volverán a hacer habitable el planeta para ellos. Sólo uno de nosotros tiene poder para impedirlo, pero tratarán de darle caza.
No se puede impedir lo inevitable... La raza humana está condenada y la Tierra volverá a ser de nuevo de sus auténticos amos.
Amando Lacueva (La Red Final, La Guerra del Francés) nos lleva a una espectacular  trama de ciencia ficción llena de intriga y emoción.

Páginas: 472
Dimensiones: A5
Encuadernación: Rústica.

Producto en preventa con un 5% de descuento. Novedad de septiembre, salida a final de mes. ¡¡¡472 páginas!!! El libro de más paginas editado hasta ahora.
 
18,00 €


AMANDO LACUEVA 


Amando Lacueva Poveda es un escritor español. Nació el 26 de noviembre de 1960 en Hellín, provincia de Albacete y vive en Tarragona ciudad. Empezó escribiendo obras del género fantástico con la editorial Mundos Épicos. Su primera obra publicada en 2008 fue El triángulo Vikingo. En 2009 con la editorial Hera Ediciones, publicó se segunda obra sobre las profecías mayas.

Aparcó el género fantástico para crear una antología histórica sobre Cataluña. Dentro de la serie Crónicas Catalanas, ha publicado dos títulos sobre la Guerra de Independencia Española y su argumento se centra en el asedio, asalto y ocupación de la ciudad de Tarragona.
Gracias al éxito de sus novelas históricas ha seguido creando para Ediciones Citerior, nuevas entregas que conforman la serie de Crónicas Catalanas con su obra, Guerra a Ultranza, Barcelona 1713-1714 y que narra, dentro de Guerra de Sucesión Española en Cataluña, el asedio a la ciudad de Barcelona. El autor se ha basado principalmente en la obra de Salvador Sanpere y Miquel escrita en 1905; El fin de la nación catalana.

Nunca ha abandonado completamente el género fantástico, por lo que en 2011 se publicó una nueva obra con la editorial Quadrivium y en 2014, con Dlorean Ediciones una obra que encierra mucho de fantástico y ciencia ficción. 

 

Dimensión B, catorce historias de género bastardo ¡YA A LA VENTA!


Hoy promocionamos la nueva antología, de Pastilla Roja Ediciones ,“Dimensión B” coordinada por David Rozas y con excelente portada de Néstor Allende.
Antología que desde La Ventana Secreta 6 esperábamos con muchas ganas desde que se anunció en las redes sociales.

Athman M Charles, editor, relanza la editorial con la nueva colección “low cost” La Pastilla Azul.En nuestra opinión con esta antología ha acertado de pleno. Portada excelente de Nestor Allende, coordinación de un más que consagrado David Rozas, Bea Magaña como redactora y un elenco de escritores excelentes hace de esta antología una compra imprescindible.
Como bien he dicho esta será una colección “low cost” y esto no es puro marketing sino que es una realidad ya que la antología la encontraremos en formato papel en la plataforma Amazón por un precio más que asequible,  y más sabiendo que dicho proyecto cuenta con 354 páginas, que estamos seguro que serán de alto nivel. 8,84 euros, si si habéis leído bien, 8,84 euros por una antología de 354 páginas y en papel.

Sólo tengo una sola pregunta ¿a qué estáis esperando?


Dimensión B, es una antología de relatos de varios autores españoles y publicada por La Pastilla Roja, que inaugura con este título su nueva colección "Low Cost" La Pastilla Azul y que pretende ser un homenaje a los grandes clásicos del cine de Serie B. Esas películas, en blanco y negro o technicolor, que construyeron los pilares del género fantástico tal y como lo entendemos hoy. Terror y Ciencia Ficción en doble sesión. Monstruos, insectos gigantes, criaturas venidas del espacio profundo, Científicos locos...Bajo presupuesto, disfraces horribles, maquetas y cartón piedra, la esencia misma de esta forma de entender el entretenimiento y que desató la imaginación y la creatividad de muchos de nosotros.  
La antología incluye los siguientes relatos:  
1- AÑO NUEVO TÓXICO Emilio J. Bernal  
2- LA FLOTA FANTASMA Eduardo Casas Herrer  
3- EL ZAFIRO VECTORIAL Pedro Berenguel  
4- ¡CUIDADO CON LOS ROBOTS ALIENÍGENAS DEL FUTURO! Tony Jiménez  
5- EL HORMIGUERO SEXUAL Bob Rock  
6- LA ÚLTIMA CENA DE ACCIÓN DE GRACIAS José Luis Carbón Tirado  
7- MAULLIDOS Antonio González Mesa  
8- CAZADORES DE GIGANTES Ángel Villán  
9- EL ATAQUE DEL ASESINO INVENCIBLE Juan González Mesa  
10- EL WENDIGO DEL PLANETA GLUCK Ana Morán  
11- BAJO LA SUPERFICIE Santiago Sánchez Pérez Korvec  
12- HEREJÍA José Miguel Gómez  
13- LA CRIATURA DEL LAGO INTERESTELAR Lluís Rueda  
14- LA CARA B Alejandro Castroguer
 


miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Cómo crear? por Ignacio Cid Hermoso


Para crear de verdad, es decir, para desangrarte en cada obra y dar no lo mejor, sino todo lo que uno es, solo hacen falta tres cosas: abandonar esa vida que tenías (o tenían) pensada para ti, cerrarte a toda posibilidad de ser feliz como son felices las otras personas, y plegarte a la inefable realidad de ser un ente inconcluso durante el resto de tus días (inconcluso por el problema temporal intrínseco al escritor: la imposibilidad de verter todas las ideas, preocupaciones y obsesiones que tiene en su cabeza, así como la continua generación, exponencial en algunos casos, de nuevas obsesiones e inquietudes a medida que uno se hace más viejo).
            
Quiero decir que crear no es fácil. Tampoco es bonito —bonito como una puesta de sol, entiéndase—, pero sí que es un algo vaciador, una satisfacción de descarga, una especie de comida en mal estado que lo convierte a uno en un fantasma que nunca es capaz de vivir su vida plenamente ni de aterrizar por completo en la realidad de los demás. Por lo tanto, también es algo que de ninguna forma se elige. Quien elige ser escritor es porque no sabe muy bien de qué va esto. Puede que le guste poner etiquetas y escribir, pero eso no es lo mismo. De ninguna manera es lo mismo. Tampoco me refiero a que un escritor o creador tenga que ser un alma atormentada. No, en absoluto: hay quien disfruta con la descripción de vida que he dado antes. Yo mismo lo hago. A veces. Lo que quiero decir —sin que nadie me lo haya preguntado, ahora que lo pienso— es que el escritor de verdad nunca es más escritor que cuando no escribe, y en realidad nunca puede no escribir sea lo que quiera que esté haciendo y donde quiera que lo esté haciendo. A ver si me explico: para el escritor, cruzar una calle es escribir, escuchar es reinventar un diálogo, observar es un ejercicio de reconcentración que le impide mirar para afuera. El escritor lo es siempre, y el creador tiene siempre el mismo dolor en esa parte de la tripa que ya no es tripa pero tampoco pecho. No sé, no soy médico, tampoco poeta: no sé dónde está el alma. No me cabe en la cabeza que uno pueda ser escritor y algo más, porque escritor se es siempre y a cada momento y no deja espacio para nada más. Se puede compartir ese espacio, sí, pero entonces lo que uno haga con esa porción de tiempo que llame “trabajo” o “intimidad” será “plantar patatas y escribir”, “repasar los puntos clave de su reunión y escribir”, “impartir clases de electromagnetismo y escribir”, “fregar la cocina y escribir”, “hacer el amor y escribir”. Se escribe y se hacen otras cosas al mismo tiempo porque no hay alternativa. Si no, nos moriríamos de hambre. Algunos ya lo hacen.

Pero estoy seguro de que esa no era la pregunta, simplemente he querido hacer un poquito de trampa con el permiso de Víctor y divagar más de la cuenta. La pregunta era cómo creo yo, cómo trabajo en mis obras, y la verdad es que no tengo nada demasiado interesante que decir al respecto, más allá de que pienso que la forma de crear de cada uno tendría que ser algo secreto que no se debería compartir con los demás por la sencilla razón de que todo lo que se diga no será sino una aproximación bastante burda de la realidad, que no es otra que la imposibilidad de saber cuáles son los mecanismos que se activan en la cabeza o en las mollejas de cada uno cuando se produce el milagro engorroso de la gestación sin parto. No obstante, como Víctor me lo ha pedido tan amablemente, trataré de esbozar como pueda ese proceso que me cablea los circuitos y me envenena la sangre cada vez que me pongo a teclear (que no escribir).
            
Empezaré diciendo que todo suele partir de una idea, de una obsesión, de un miedo, de algún fantasma olvidado, una imagen, una lectura, una arcada sin vómito, una película, una mirada de esa actriz con los labios muy rojos, algo que te rompe por dentro y que ya no te suelta. A partir de ahí, necesitas conformar eso en algo parecido a una historia y decides si quieres que te la publique una editorial (si vas a hacer algo comprensible para el público) o bien prefieres utilizar para asentir con la cabeza delante de la pantalla (escritura onanista que unos no entienden y otros publican en Anagrama, según los amigos y el talento que cada cual tenga, aunque no hablaremos de la proporción que se necesita de cada ingrediente porque eso da para otro debate). Así pues, yo tengo dos formas de crear, según sea lo que quiera escribir en cada momento:

            
La primera, que suelo utilizar en las obras más extensas y que precisan de cierto componente comercial, suele ser la plasmación de una meticulosa planificación argumental y espacio-temporal que llevo a cabo en libretas y en un sistema de recortes de papelitos (sí, amigos, papelitos. De papel) que me da la flexibilidad y la perspectiva que requiero. Se trata de apuntar los movimientos, puntos, acciones y hechos claves de la historia en esos papelitos recortados. Cada conjunto de puntos clave pertenecientes a distintas subtramas irán señalados de una forma concreta que los diferencie entre sí (con algún color, algún dibujito, etc.) y después añadiré escenas de transición que ayudarán a completar un puzle que puedo recomponer y visualizar in situ cambiando de orden esos papelitos, reorganizándolos, moviéndolos, sincronizándolos y relacionándolos hasta que todo cobra un sentido parcial y, solo al final, absoluto. Es un método muy visual y práctico que llevo utilizando con mis tres últimas novelas y me ha funcionado bastante bien. De hecho, cada vez soy capaz de hilar con mayor precisión tramas argumentales más extensas y complejas. Pero la clave de crear no reside en esa planificación escrupulosa, sino en lo que viene después: destruyo esos papelitos, acabo con toda esa información y decido ejecutarla con mi memoria, con toda la improvisación que vaya surgiendo y con lo único inherente y no comercializable que tiene un escritor: su intuición. Esa es la única forma de ser consecuente con la idea que albergo sobre la literatura, y también la única que me permite ser libre y no aburrirme con algo que ya está trenzado en mi cabeza: rara vez acaba como empezó y como alguna vez llegó a estar plasmado en esos papeles.

Cronología argumental de “Gespenst”, mi tercera novela, de próxima aparición dentro de la línea Stoker de Dolmen.

La segunda forma de crear es mucho más sutil porque se basa en la total ausencia de reglas, en la simbiosis con el mundo de los sueños y la alegoría —que es como funciona mi mente el noventa por ciento del tiempo—. Se trata de hacer caso a todas esas ideas inconexas, potentemente surrealistas, que se desembocan en historias que no sabía que llevaba dentro y que dan lugar a asuntos mucho más interesantes y apasionantes de los que pudiera haber planeado. Y esto es así porque en estos casos se da de lado a la imaginación y a todo intento de planificación para dejar que salgan todas las ideas desnudas, arraigadas al alma, que uno lleva en el interior. Así escribí mi primera novela corta y mi libro de relatos, dos obras que considero claves en mi evolución como escritor. Ah, y no hablo de psicoanálisis, eso es para mediocres: esto que sale de este segundo proceso es pura verdad, que es esa que nace de la mentira que uno no se atreve a decirse a la cara.
            
Por supuesto, sea cual sea el método que esté utilizando en cada momento, me resulta imprescindible que sea de noche, que esté solo en mi estudio y que tenga un tipo determinado de música en los cascos (normalmente bandas sonoras o música clásica). De hecho, la escritura la concibo como algo mucho más próximo a la música (a la melodía en sí, ojo, no a la letra de una melodía) que al cine o a la mera narración, aunque eso ya tiene mucho que ver con mi estilo y mis preferencias.
            
Nada más, solo agradecer a Víctor Cifu que haya contado conmigo para esta sección tan interesante y donde han participado escritores tan variopintos (muchos de ellos amigos) con estilos y metodologías tan parecidas y a la vez tan distintas a la mía. Y también pedir perdón por mis divagaciones y por la vehemencia con que a veces —soy consciente— las expreso.
            
Salud para todos.