miércoles, 25 de enero de 2017

Opinión literaria: "La broma infinita" de David Foster - Reseña de FJ.Arcos Serrano


“Un salto al vacío sin red donde lo que menos importa es su argumento, sólo déjate llevar por unos razonamientos nada trillados repletos de un ALGO diferente y necesario”


La broma infinita es una epopeya cómica de ciencia ficción acerca de una película, Broma Infinita, que hipnotiza a todo el que la ve; el público pierde todo deseo a excepción de ver repetidamente el filme. Es tanto el poder de Broma Infinita que la gente muere feliz una vez vista la película…

El sello Penguin Random House acaba de lanzar una nueva edición de esta novela (un tochal imponente de más de 1.000 páginas donde se incluyen diversas notas explicativas), conmemorando el 20º aniversario de la misma, que cuenta además con nueva portada para la ocasión.
Hablar sobre La broma infinita es una tarea muy complicada (de hecho son muy pocas las personas que han podido finalizar sin problema la novela) debido al gran laberinto de ideas y conceptos que el amigo Foster Wallace salpica durante toda la narración (no es de extrañar que esté considerado como el escritor más influyente de su generación). 
Hay que decirlo desde ya: estamos ante una novela excesiva en casi todos sus elementos internos (partiendo de su misma extensión, pasando por la infinidad de nombre y diferentes puntos de vista, sin olvidar por supuesto el gran catálogo de descripciones, saltos temporales y notas del autor –las cuales por sí solas ya valdrían para otro libro-), pero es eso mismo lo que hace de su lectura una experiencia fuera de lo común. 
Comento esto porque creo que es importante asociar ese exceso narrativo con el Síndrome Obsesivo Compulsivo que tenía el escritor, el cual unido poderosamente a su fuerte depresión, hizo que se suicidara en el año 2008.
Podríamos enclavar la novela en un presente o futuro muy cercano, coordenadas que sirven para que el puzle que se nos presenta tenga sus piezas en el momento justo de la narración, ya que ante todo, David Foster Wallace es un escritor muy inteligente que dilata muchos momentos claves para que lleguen integrados justo donde él quiere que estén, dejando al lector satisfecho porque ha encontrado solución a algunos de los enigmas presentados, o igualmente enojado porque ha tardado demasiado en llegar ese esperado momento de descubrimiento; en definitiva: todo depende del tipo de lector que seas y en el momento en que te pille, por supuesto.   
La broma infinita es una novela canónica e irrepetible que tras finalizarla deja al lector extasiado y bastante tocado psicológicamente, llevándolo a límites insospechados de paciencia, asumiendo de antemano que habrá cosas sueltas que no acabará de comprender del todo pero que no por ello va a dejar de disfrutar de su lectura.

Podría hablar de ella muchísimo más, pero no tendría sentido ni para vosotros ni para mí, sólo puedo decir que para servidor es una novela imprescindible, indicada sobre todo para aquellas personas que quieran leer algo diferente, pero insisto en que no es un libro que se pueda recomendar a cualquiera; ahí lo dejo…