viernes, 1 de agosto de 2014

¿Cómo crear? por Lluís Rueda





¿Cómo crear? Por Lluís Rueda.


Para muchas personas es difícil imaginarse una existencia sin capacidad para fabular, evocar aventuras, tramas perversas o identificarse con personajes más o menos seductores. Hay quién cubre esa necesidad a través del consumo de libros, cine, cómic... Pero también existe la figura del soñador que necesita crear las reglas y los universos por los que está dispuesto a transitar: el escritor. Me entenderéis, soy muy selectivo con mis lecturas, si adivino los acontecimientos me aburro soberanamente. Nada peor que lo previsible. Por otro lado, nunca me han saciado entretenimientos como los videojuegos dado que bostezo y bostezo al recorrer un universo previamente cifrado, con reglas preestablecidas; en ese sentido, lejos de disfrutar de un buen filme o un libro muy original, escribir me permite sentir la libertad del niño que juega con escasos elementos (hemos de preservar esa mentalidad) y hacer partícipe a aquel que está dispuesto a compartir ese mundo especial. El escritor es hedonista por definición, pero también un sujeto generoso en tanto desnuda entresijos de su personalidad a alguien desconocido.



Por lo tanto, afrontar el proceso de escritura de una obra es hacer un ensayo en una probeta de algo que podría aspirar a ser una especie de mundo paralelo; eso ya impone respeto, requiere de una liturgia precisa, herramientas más o menos ortodoxas y no pocas pócimas mágicas.



Vaya por adelantado, me considero un autor que someto mi obra a muy pocas reglas, pocas e innegociables, y me muevo con bastante soltura en una suerte de caos íntimo. No soy un obsesivo del método, no planifico más que lo justo y mi hoja de ruta siempre está abierta al hallazgo, a la sorpresa y al giro inesperado. Es decir, soy un escritor que me siento lector mientras trabajo en algo. Resulta un proceso un tanto 'desdoblado', un poco esquizoide, cierto, pero la obsesión de estar a ambos lados de la obra me permite observar el concepto con una distancia, una perspectiva global, que me lleva a descartar hojas de ruta pesadísimas y perfectamente engrasadas; por otro lado, admiro esta capacidad de orden en otros compañeros, eliminan una parte de un sufrimiento y de un desgaste que yo asumo sin rechistar. El bondage creativo me pone, es un hecho.



Escritor intuitivo

En cierta presentación de mi ópera prima, la novela de ciencia ficción y suspense El Columpio Negro, expuse que, como en el caso de un escultor, antes de acometer una obra hay que encontrar la veta de mármol perfecta para trabajarla, es decir, una idea global de lo que se quiere, de lo que conlleva y cierta seguridad /confianza de que la obra llegará a buen puerto. La mayoría de proyectos se han de descartar antes de escribir una primera frase, así es como yo lo veo. Es un trabajo mental que puede durar incluso más que el proceso de escritura y debe estar latente hasta cuando se está escribiendo otra obra o se trabaja en otro proyecto. Es lo que yo denomino el olfato. El detonante puede ser cualquier cosa, una idea huérfana, una conversación con un extraño, un viaje, un sueño, una riña... Cualquier cosa o detalle puede esconder esa veta que estamos buscando. Hay que husmear, husmear y husmear constantemente, las veinticuatro horas del día. El escritor, como el cura o el asesino, siempre está conectado a su condición. La única concesión absoluta que debemos dejar al azar, el único instante en que debemos apelar a la inspiración es precisamente en esta fase previa de previsualización, una vez manchada la página en blanco las musas deben dejar paso al oficio, sea más o menos intuitivo. Sólo en la previsualización de una obra podemos admitir el término inspiración, el resto es trabajo, persistencia, técnica, capacidad, enormes dosis de paciencia y en mi caso, cantidades ingentes de té chai en mi taza fetiche.



“El escritor, como el cura o el asesino, siempre está conectado a su condición”



Bien, ya tenemos configurado ese universo en la mente... Hemos perfilado algunos personajes, sabemos que queremos explicar, que tono le vamos a dar, que género o géneros vamos a maltratar (sip). La cosa ya tiene color, late y respira, previsualizamos un territorio por el que mover las piezas y tenemos claro, clarísimo, cual va a ser nuestra cuota de protagonismo cifrado tras la escritura y las ganas de pasarlo bien en nuestra doble condición de escritor /lector. Entendemos nuestra cuota de protagonismo como el estilo, nuestra destreza como demiurgos, siempre lo digo... es una esgrima de excepción, nuestro sello.



Formación previa y aplicación (Biografías, tratamiento)

Una vez hemos previsualizado la idea global, intuido el estilo y conformado alguno de sus personajes (siempre en un proceso mental abonado por algunas notas) acometemos la primera fase real de escritura que, ¡vaya fastidio!, todavía no es la primera frase de la novela. El ejercicio es el siguiente: elaborad un resumen lo mejor estructurado que podáis de la obra que habéis ideado, un resumen de no más de dos o tres folios. Repasadlo en varias ocasiones hasta que tenga coherencia. Podéis darlo a leer a alguien de confianza, no hace falta que sea un ávido lector, buscad la opinión de esos folios. Si estáis convencidos preservad ese resumen que en el mundo del guión llamamos tratamiento. Es la médula espinal de vuestra futura novela. Si algo no funciona en la estructura futura ya puede verse / corregirse en el tratamiento en gran medida.



Podéis desarrollar la historia aunque no tengáis del todo claro unas localizaciones adecuadas, pero es conveniente que esa fase ya esté decidida en el primer paso. Las localizaciones siempre están sujetas a cambios y ello no debe afectar al tono general que hemos convenido.



La estructura de una novela, un guión o una obra de teatro no es algo férreo, matemático, pero debemos conocer ciertas reglas. Existen algunos libros fáciles de conseguir en cualquier librería que nos familiarizan con los arquetipos clásicos, el viaje del héroe, los pasos de Vogler, etc... que pueden sernos útiles; aunque mi teoría es que si el escritor es un lector consumado ya lleva esa información incorporada, o debería llevarla. Leer mucho y, en especial, haber leído mucho durante la adolescencia facilita muchas cosas: dota de recursos extras, herramientas varias, capacidad de previsualización de una obra en sus líneas maestras, amén de vocabulario y capacidad de autocrítica.



Listo el tratamiento pasamos a otra de esas reglas que para un servidor son irrenunciables: las biografías de cada uno de los personajes. Sostengo una máxima, una biografía bien desarrollada de un personaje ya de por si es una buena historia, de hecho es una intrahistoria de la futura novela que nos ayudará a avanzar y a enriquecer las tramas de manera sorprendente. Este es un paso importantísimo. Cabe ser generosos a la hora de construir a nuestros personajes, ellos son el alma de la novela y necesitan ser reales dentro y fuera de la trama. No dejéis a los personajes al azar de los acontecimientos, deben tener personalidad para que su encaje en la trama nos resulte convincente, para que evolucionen. Uno de los errores que cometí con 'El Columpio Negro', una primera novela que, por suerte, ha cosechado siempre críticas generosas, es subrayar en la primera parte demasiados aspectos de la personalidad de los protagonistas, eso que debería estar en una hoja aparte, en las biografías. El proceso descriptivo de cada uno de los personajes restó ritmo al inicio y lastró un tanto el arranque de la obra, un comienzo atmosférico, thrillesco, que acaso no necesitaba exponer tantos detalles de los personajes.



Para no cometer de nuevo ese error, recomiendo trabajar bien las biografías y guardarlas en una carpeta aparte. No hay prisa por revelar quién y quiénes son esos fantasmas a los que vamos a insuflar emociones. Uno de los aspectos en los que humildemente creo he mejorado como escritor es precisamente en ese. Mi nueva obra (pendiente de publicación), la primera parte de la trilogía 'La Orden del Trisquel' de título 'Paradoja en Renfield Street', ofrece un encaje más inteligente de sus personajes y una evolución siempre conectada a las veleidades de la trama. Ese es un punto fuerte  en la construcción de la obra que hemos de trabajar con mucha inteligencia; existen paletadas de libros que se nos atragantan por maniqueos, por excesivamente descriptivos y por hilvanar a destiempo una idea de personaje estereotipado. Procuremos que los protagonistas de nuestra novela evolucionen a partir de los acontecimientos, se trasformen y se conformen a partir de los conflictos. Su biografía debe ser nuestro pequeño secreto y debe revelarse con cuentagotas.



En clave de guionista (estructura sencilla, diálogos bien trabajados)

Mi formación como escritor es la de guionista, un aspecto que me ha ayudado en varias facetas profesionales: la de analista cinematográfico y la de escritor. El guion es un modelo de escritura concisa, desnuda y que permite que los personajes se trasformen en el eje de la trama sin necesidad de peroratas descriptivas farragosas e interminables. Es por ello que para aspirar a ser buenos escritores también os recomiende leer algunos guiones cinematográficos de interés y, a poder ser, algún guion adaptado de alguna obra conocida que previamente hemos leído. Creedme, es un ejercicio de 'desballestamiento' que nos permite ver de un modo muy singular las tripas de una obra y entender muchos trucos y fórmulas. En la economía está el éxito, no debéis perderlo de vista. Todo análisis alternativo o heterodoxo, como el que nos permite el mundo del guion, puede enriquecer nuestro futuro trabajo.



Otro elemento capital de una buena novela son los diálogos, deben ser parte del avance de la trama, herramienta para reforzar la idiosincrasia de los personajes, nunca deben ser retóricos y artificiales. Permiten ayudar a avanzar una novela tanto o más que una descripción o una acción, pues el  diálogo también es esas ambas cosas: es, si cabe, el atajo más interesante que poseemos para barrer decenas de páginas descriptivas que mal situadas pueden matar de aburrimiento. El diálogo es la voz más directa hacia el lector, su vinculación más inmediata con él, no debemos perderlo nunca de vista. Más que por un buen escritor, me tengo por un buen dialoguista y es algo que sigo cuidando con esmero en tanto trabajo y trabajo constantemente mis puntos débiles en este oficio. ¿De veras quieren saber cuáles son? Aguarden un tanto.



Proceso de documentación (lo más divertido)

Bien, tenemos el tratamiento y las biografías, algunas nociones de guion y ahora pasamos a detallar otra parcela, quizás la más disfrutable. No, no es escribir... En mi caso el festín, el divertimento y la fase que alargaría hasta el infinito es el proceso de documentación. En algunos casos resulta un poco enfermizo, es como el coqueteo en una relación que pospones y pospones porque albergas alguna duda respecto al futuro y sin embargo resulta excitante. Es fácil imaginarse la novela  acabada mirando fotos de sus localizaciones y documentos relacionados, es como preparar un viaje durante meses para luego, quizás, descartarlo, genera una suerte de nihilismo íntimo... En el fondo ya lo has vivido. Si yo desestimase escribir la obra en esta fase, la verdad... sabría mal, pero tendría algo de romántico, je, je, je...



¡Venga! Convenimos proseguir, vamos a por la obra. La documentación nos asegura que no existen errores a la hora de dar credibilidad a nuestro paisaje y a los hechos históricos que lo rodean, incluso una distopía o fantasía debe ser coherente y estar bien trabajada durante el proceso de documentación, de ello depende el acabado estético de nuestra novela. Por ejemplo, El Columpio Negro es una distopía ambientada en la China del futuro, pero ese ejercicio de política ficción me obligó a un proceso de documentación histórico, político, económico, social y territorial más complejo de lo que aparenta a primera vista. Que se den descartes en una novela no nos exime de preservar que esos datos estén en el interlineado, asomen en el contexto y estén presentes. Por otro lado, el proceso de documentación también refuerza el calado estético de una obra, le otorga una personalidad artística. Para la especulación sobre los gadgets del futuro en El Columpio Negro escogí un muestrario de tintes retrofuturistas, hasta en eso se ha de ser coherente: lo estrictamente digital no encajaba en el espíritu de la obra, quería botoneras, lámparas victorianas que paseaban por el techo, pantallas de ordenadores convencionales, tecnología un tanto grasienta y analógica... Leer revistas científicas también fue una de las tareas comunes para dar credibilidad a ciertas especulaciones de cosecha propia.



Por otro lado, en Paradoja en Renfield Street utilicé todo mi conocimiento sobre Escocia y los escoceses, que no es poco, y viajé a algunos puntos claves buscando un vínculo emocional y en fin... hasta para tomar medidas de algún puente o mansión. Reconozco que hasta la fecha ha sido el proceso de documentación más generoso y exhaustivo (vestuario, paisajes, vegetación, tramos ferroviarios, personajes históricos un tanto desconocidos, etc...). Esta primera parte de la trilogía La Orden del Trisquel trascurre casi prácticamente en el área de Glasgow y las inmediaciones del río Clyde, pero la complejidad de la obra también nos obliga a desplazarnos al desierto del Takamaklan, Siria y Japón, país que conozco y que será la piedra angular de la segunda parte de la trilogía que ahora estoy escribiendo. Vengo a deciros que aprovechéis vuestros viajes y desplazamientos para enriquecer futuras obras, que os sintáis escritores cuando estéis de vacaciones, llevad siempre encima un libro de notas, un diario de viaje, observad a la gente, son biografías ambulantes.



No hace falta ir siempre tan lejos, desde luego, hay escritores que nunca han viajado fuera de su ciudad y describen África como si hubiesen nacido en medio de un safari. Documentación también es eso, aprovechar lo que nos ofrece el mundo a través de los documentales, los libros, las guías, los ensayos antropológicos, etc... Una barbacoa en la casa de la suegra también nos vale como safari u odisea surrealista, todo puede servir... Una copa de chardonnay mezclada con gaseosa puede leerse como una gran tragedia o un vodevil terrorífico.





Notas. El extraño caso de las cochambrosas libretas amarillas...

Reconozco algunas manías como autor, una de las más singulares es utilizar libretas y cuadernos de notas de color amarillo. No sé exactamente por qué, quizá ese color me transmite vitalidad y clarividencia. Esas libretas me acompañan siempre a todas partes, constantemente las llevo encima, y están repletas de anotaciones. Me permiten escribir fases de diálogos en el metro, esquematizar con dibujillos una acción de la trama desde la terraza de un bar, anotar una mueca interesante en un viandante, apuntar una dirección sugerente o plasmar un aforismo al vuelo. Garabateo en ellas constantemente, sus páginas están llenas de posos, manchas, borrones, escritura compulsiva. Ni que decir tienen que al finalizar la obra acaban hechas un auténtico asco, son a la novela final lo que el funesto retrato oculto al caballero Dorian Grey. 









No tengo muchas más manías o extravagancias, me gusta trabajar con ordenador portátil y preferentemente en un entorno silencioso, una biblioteca o mi casa. Puedo escribir en cualquier parte, en un sofá, en un escritorio convencional, pero nunca en lugares concurridos como cafés, bares, etc... En esas ocasiones tiro de las cochambrosas libretas amarillas y del olfato.



Estructura reglada en sus cien primeras páginas y trabajar aquello en lo que uno flojea

¿Es imprescindible tener el final de una obra antes de comenzar a escribirla? Seguramente no, para muchos escritores es así, aunque luego se desdigan y busquen un cerrojo alternativo. Para mi rotundamente no, sería un suplicio escribir sobre algo que ya sabes cómo va a concluir, al menos hasta que no alcancemos el nudo de la novela recomiendo posponer esa decisión. En cambio, lo que si nos viene muy bien es manejar un título para la obra nada más comencemos a escribirla, un nombre da entidad, dimensión, instaura una marca sobre la que trazar piruetas con confianza.



Debemos aplicar con inteligencia todo lo expuesto anteriormente al menos en las cien primeras páginas del proyecto de una manera obsesiva, el inicio ha de ser la parte más trabajada de la obra, la más disciplinada. Si nos apetece crear pasajes en caída libre, de esos que llamo 'sin chichonera', que nunca sea en el primer tramo de la obra, enmendar errores en ese punto podría ser un suplicio y haría replantearnos todo el concepto. Podéis arriesgar pero mejor no hacerlo en los puntos más delicados de la operación.



Sí, os lo debo, aquello en lo que peor me manejo. Puede ser de interés. Bien, en mi caso sufro bastante con la disposición / interactuación de los personajes en plena acción. Muchos lectores me dicen: manejas bien la acción,  pero en el fondo sé que para que esos pasajes queden decentes he sudado lo que no está escrito. En general para esas cuestiones 'mapeo', hago dibujos, creo algo parecido a lo que en cine sería un story board, aunque algo más básico. Tiendo a crear laberintos, estancias y muevo las piezas, pongo flechas aquí y allá. Venga, ya está confesado, mi visión global de una escena coral es un desastre.



Más consejos: especial atención a los puntos de vista. Como escritor me gusta cada vez más ser osado con su manejo, pero eso es una impostura peligrosa. Si no lo veis claro tirad por el camino más simple. Lo que sí que os pido es que seáis íntegros, puede que alguien etiquete vuestra obra como anticlimática por que arriesga en ese manejo e incluso por que participáis como autores omnipresentes, incluso como un personaje más. ¿Os apetece? Pues adelante. Si ciertas reglas no se hicieran añicos todas las novelas serían iguales y la literatura, sea de género o no, estaría agonizando. Por favor, no seáis conservadores. Los críticos también se equivocan (nos equivocamos).



Vamos acabando la receta, una cuestión que no me gustaría dejar en el tintero es más anímica que técnica, me refiero a la ansiedad que provoca el proceso de escritura. Unos escritores lo llevan mejor y otro lo llevan peor (ejem), en mi caso sufro bastante hasta haber escrito la mitad de la obra, después comienzo a dejarme ir y lo cierto es que acabo disfrutando mucho. Creo sinceramente que lo que nos provoca ansiedad es el exceso de disciplina que nos autoimponemos combinado con la incertidumbre. Cierto, hemos de ser constantes en la escritura, pero no importa si un día estamos dispersos y sólo hemos conseguido un parrafillo, puede ser tan válido o tan brillante como veinte páginas... Somos artesanos (y paracientíficos), dediquémosle cariño y comprensión a nuestra criatura y recemos para que no se nos revele. La paciencia es importantísima en todo el proceso.



 Y para finalizar quería hacer una reflexión acerca del proceso de reescritura. No lo dudéis, representa el 50% de una obra y parte imprescindible de su coherencia y éxito. En mi caso lo ideal es acometer la reescritura por fases, durante el proceso e ir limpiando impurezas, volver atrás constantemente. No trabajo en archivos y carpetas separadas, me gusta ver la obra de una pieza. De lo que no se libra nadie es de dos o tres repasos generales cuando hemos llegado al punto y final (si conviene no descartéis la ayuda de un profesional). Aspiramos a un acabado perfecto, la editorial ya aplicará su propio criterio sobre lo que le llega a las manos. Objetivamente, la carta de presentación debe ser inmejorable.



Y poco más, creo que no me he dejado nada importante en el tintero. Espero que algunos de mis trucos puedan serviros para orientaros acerca de lo que debéis o no debéis hacer cuando os sumerjáis en ese proceso íntimo que es la escritura. Esto no es sencillo, y no existen fórmulas mágicas. Ahora tengo que dejaros, vuelvo a mis cochambrosas libretas amarillas. Espero llegar de nuevo a vuestras manos en forma de libro en muy breve espacio de tiempo. ¡Salud y ficción! Ante cualquier duda sobre este artículo estaré encantado de charlar con vosotros aquí abajo o allí donde nos encontremos. 




miércoles, 30 de julio de 2014

Opinión Literaria: Family Nightmares de VV.AA



“Family Nightmare consigue que con cada historia tengas diferentes sentimientos, por esto nos encontramos posiblemente ante la mejor antología de terror de este 2014”


Nos alegra mucho que hayas venido.
Entra, no tengas miedo, estás en tu casa. Ven, voy a presentarte a tu nueva familia. Mira, estos son papá y mamá, y esos tus nuevos hermanos. Tenían muchas ganas de conocerte.
Aquí tienes a la abuela, ella te va a enseñar muchas cosas.
Si, los perros también son parte de la familia. Y los tigres, ellos tambien residen aquí. ¿El androide? Claro, es uno más de nosotros. Somos una familia muy completa, ya lo verás.
Pero no te quedes ahí, tienes que conocerlos a todos.
No te preocupes por esa sombra, vive aquí, con nosotros. 
Ah, veo que acabas de encontrarte con los demonios y con las criaturas viscosas, ven, verás también a los seres oscures de afilados colmillos y a los que llegron del espacio exterior, y a los fantasmas que nunca se marcharon.
Todos ellos quieren contarte su historia y te garantizo que lo vas a pasar de miedo. 

Para empezar he de decir que Family Nigthmare me a sorprendido muy gratamente. El nivel de esta antología es tan alto que incluso en varios momento ha conseguido ponerme los pelos de punta. No hay ni un solo relato que se parezca entre si y eso hace que la antología sea mucho más atractiva. En mi opinión personal me encuentro con la mejor antología que he leído este año, por el momento.

Empezamos con el prólogo de Juan de Dios Garduño, toda una declaración de intenciones y con un toque de humor que conseguirá sacarnos una sonrisa a medida que lo leemos. Recordad que es un antología de terror.

El relato que abre esta antología es de Karol Scandiu “Que tu demonio se venga al infierno conmigo”. Un relato duro, muy duro. Escrito con una prosa exquisita que consigue estar enganchado a el permanentemente. Hay un momento en el relato que puedes llegar a intuir como puede ser el final, pero aún y así, te sorprende gratamente. La venganza y el dolor tiene un papel muy importante en este relato. Personalmente cuando terminé de leer esta historia supe que la antología iba a estar a un nivel muy alto.

A continuación no encontramos con “Macanel” de Carlos J.Lluch. Carlos es un escritor que solamente he leído en antologías, pero que visto el nivel y como se supera en cada uno de ellos, ya deseo que Kelonia publique “Ciudad humana” para por fin tenerlo en mis manos y deleitarme con una historia larga de este gran autor. Vamos a lo que vamos. “Macanel” un relato en el que un padre deberá intentar salvar a su hijo de un mal del pasado y que podrá encontrar en uno de los dibujos de su hijo. En este relato también nos muestra lo rápido que podemos olvidar a personas muy importantes de nuestra vida y como una persona puede llegar a cambiar a causa de su soledad. Un relato que te mantiene en constante tensión. Recalcar el magnífico dibujo de Gonzalo, todo un artista en potencia.

Llegamos a “Invasores de las profundidades” de Juan José Díaz Téllez. En esta historia creo que el escritor se ha reído de todos los lectores, y no lo digo a malas sino totalmente como algo bueno. Encontraremos a una familia viajando en el metro de París  que de repente se verán en una lucha para poder salvar sus vidas de las criaturas viscosas que habitan en los túneles. Juan José consigue que nos metamos en la piel de estos personajes. Constantemente estamos recreando imágenes en nuestra mente de momentos de la historia. Y ahora viene cuando digo que se ríe de los lectores en buen sentido, ya que después de lo mal que nos lo hace pasar leyendo como una familia intenta sobrevivir a esas criaturas llegamos al final, pero no uno cualquiera. Hablando de mi experiencia cuando leí la conclusión del relato lo primero que me vino a la mente acompañado de una sonrisa fue “que hijo de ….” Siempre en el buen sentido.

“El recipiente” de Bea Magaña es el siguiente RELATO que nos encontramos. ¿Porque lo pongo con mayúsculas? Simplemente porque lo merece. Con una prosa brillante que te enamora cada línea que vas leyendo y que tu mente va asimilando hasta tal punto que, en mas de una ocasión, vuelves a leer ciertas líneas simplemente por disfrutar. Es un relato en el que el punto fuerte es una carta. Esa carta que el protagonista tiene que leer, creer y así comprender muchas de las cosas que su padre había cometido. Un relato duro y siniestro pero a la vez con una gran belleza literaria.

El quinto relato viene de la mano de Juan Carlos Mato Amaya “El pozo de las almas”. En esta historia ha habido momento en los que, literalmente, se me han puesto los pelos de punta. Una familia feliz que acaban de comprar una casa que en principio parecía un chollo pero que posiblemente no lo sea tanto y sobre todo por culpa del pozo, ese maldito pozo. Un relato muy rápido de leer pero que como ya he dicho, en más de una escena solo de imaginar que te estuviera pasando a ti, se te ponen los pelos de punta. Una muy buena dosis de puro terror es lo que vamos a encontrar en esta historia.

Continuamos con “Cosecha corrupta” de Angel Villan. Nos encontramos con el relato más largo de la antología. Una historia en la que encontraremos terror, acción, crueldad, asco y sobretodo mucha calidad. Des de el momento que vas conociendo a los personajes que protagonizan esta historia, empatizas con ellos ya sea para bien o para mal. No quiero desvelar nada de la trama de este relato porque quiero que lo descubráis por vosotros mismos. Personalmente me gustaría saber que existe o existirá una precuela o porque no, el inicio de una buena novela.

“Un destello brillante” de Athman M. Charles. No voy a opinar sobre este relato porque como bien dijo simplemente esta de relleno…. Es broma Athman, respira jaja.
Después del relato más largo nos encontramos con el más corto de la antología. Una historia directa al grano. Una madre que intenta salvar a sus hijos de un monstruo, pero que sorprendentemente y con un final inesperado ese ser era alguien que ella nunca imaginaría. Después de leer este relato puedo afirmar que Athman no está aquí por relleno, sino porque sabes relatar muy bien un historia y no dar ni un segundo de respiro en las 12 páginas de este genial relato. La familia no se elige.

Irene Commendador nos vuelve a sorprender con “La vida de Hans Peabody”. Como una apariencia así, puede llegar a tener una mente tan retorcida para escribir este relato. He de reconocer que hay momentos que he sentido total repulsión por más de un personaje sobre todo por las acciones que cometían entre si. En esta historia encontraremos a un asesino que pretende realizar unos de sus brillantes trabajos, matar. Pero la familia que escoge para dicho fin no es una familia normal. Hans Peabody es el que narra la historia y la verdad, no se como es capaz de hacerlo. Cuando leáis el final lo entenderéis. Bravo Irene, te superas.

Y  llegamos al relato del coordinador y artífice de esta antología, Antonio Sanchez Vázquez (más conocido como Catástrofes
) y su relato  “El tigre me quería a mi”. ¿Qué pasaría si, vas al circo con tu familia y una vez allí, el domador de leones, tigres, etc. se le va totalmente la cabeza? Esto no es un spoiler ya que lo dice en prácticamente las primera palabra del relato, pero cuando el narrador dice “Querido psicólogo, no entiendo esta obsesión suya por que escriba una carta en la que hable sobre la muerte de mis padres” sabes que la cosa no va a ir bien. El protagonista nos relata todo lo que sucedió en ese maldito circo y como le ha afectado psicológicamente. Los detalles con los que “Catástrofes” nos deleita, consigue hacernos creer que también hemos estado en ese circo y hemos sido espectadores de semejante locura. Brillante.

“El secreto de Liz Cromwell” de J.A J. Pérez es otro de los relatos que me han puesto los pelos de punta, es más, escribiendo la opinión y acordándome de ciertos momentos me ha vuelto a pasar, lo juro. El secreto de Liz Cromwell nos explica el porqué esta mujer está en un psiquiátrico sin mediar palabra. Nos cuenta lo que pasó hace 2 años en su casa y todo lo que esta mujer tuvo que ver gracias a una irresponsabilidad de su hijo junto con sus amigos. Os aseguro que cuando leáis esta historia se os quitarán las ganas de hacer una Ouija. Por lo que escuche en la presentación en Gigamesh J.A J.Pérez publicará un proyecto en solitario. No nos dio mas pistas, pero os aseguro que yo no le voy a perder la pista.

Cristina Caviedes Esteban nos deleita con su relato “Vive”. Una historia de brujas en la que necesitarán un conjuro para poder resucitar a seres queridos. Pero por ello deberán tomar la decisión de quitar otras vidas para poder recuperar las que ellas desean y aman. Una vez mas nos encontramos con un relato corto pero intenso y sobretodo que agradará mucho más a los amantes de las brujas. Yo no soy un gran amante del personaje, pero he de reconocer que gracias a este relato a conseguido que me interese más.

“La novia” de Julieta P. Carrizo una historia en la que el prólogo te da una idea de lo que puede suceder en ella. Yo sinceramente me hubiera gustado que no leer ese prólogo, ya que el título para nada nos da a entender lo que vamos a encontrarnos, y así sorprenderme más con el relato.  Tenía claro cuál iba a ser el argumento de esta historia, lo que no sabía era como sea iba desarrollar y en eso es en lo que Julieta sorprende al lector gratamente y nos deja mas que satisfechos a la hora de finalizar su lectura. He disfrutado con este relato pero como ya digo sin prólogo aún me hubiera sorprendido mucho más.

El siguiente relato es “Todo incluido” de Alfonso Zamora Llorente. Este es un relato que me ha dejado doble sabor de boca y me explico. Todo el relato en si me ha encantado. Una familia que llega a México por vacaciones concretamente a un hotel. Des de un principio Alfonso nos muestra como algo raro pasa en ese hotel, ya que el chofer que tenía que llevarles allí se niega a llevarles hacía allí. Finalmente consiguen llegar gracias a un taxista. Una vez allí se dan cuenta de que no hay tanta gente como debería haber y sobre todo por el precio, pero además el dueño de dicho hotel les dicta unas normas a seguir, mejor dicho una fundamental norma a seguir, estar en el hotel antes de las 3 de la mañana ya que sino el hotel cerrará y no podrán entrar. ¿Qué es lo que hay en esa zona para que el hotel quede totalmente clausurado? Leedlo y descubrirlo. Ahora viene la parte que me ha dejado un mal sabor de boca y es el final. Creo que el relato es muy bueno, pero esperaba una final con más acción, mas apoteósico ya que durante toda la lectura estas deseando llegar a su fin para saber qué narices pasa con ese maldito hotel. Quitando ese final el cual me hubiera gustado de otra manera, he disfrutado y ha conseguido que este expectante durante las 18 páginas.

Cristina Gonzalez Béjar se presenta en esta antología con “Carmesí”. Cristina nos sorprende con un relato en el que nos cuenta la terrible vida de una niña. Des de un principio nos da a entender que esa niña tiene predilección por la sangre algo que será muy importante a la hora del desenlace de dicha historia. Un relato que no pierde el ritmo en ningún momento, que cuando lo termines de leer te dejará noqueado por la historia tan cruda que cuenta, pero con un final que incluso consigue sacarte una sonrisa, por lo menos por mi parte.” La infancia termina cuando sabes que vas a morir”, y nuestra protagonista muere más d una vez.

Y llegamos al último relato de la antología. De la mano de J.A.Campos (Toluuuu) podemos disfrutar “Regreso al hogar”. Una historia de ciencia ficción que sucede casi mil años después de la época que nos encontramos. Un relato contado a través del Androide de la familia que nos explicará todas las peripecias que ha tenido que pasar para llegar a estar a salvo. Dicen que la humanidad se extinguió en la Tierra. Aunque no es un dato seguro, por precaución no dejan que ninguna nave vaya al  planeta azul, pero esta familia deberá hacerlo. Allí se encontrarán con varios problemas y deberán actuar rápido y con total cuidado si quieren sobrevivir. Una historia que te deja con ganas de más. Quiero una precuela o una segunda parte, pero por pedir que no quede y me encantaría una novela ambientada en este relato que se ha sacado de la manga Tolu. Es el último relato de la antología y a mi es el que más me a gustado. Tolu muestra un manejo total y absoluto de los elementos de esta historia, y en ningún momento parece nada ficticio, sino que en el año 2900 perfectamente podría suceder lo que nos explica. Felicidades Tolu, te has coronado con este relato. Espero que te animes y nos cuentes algo mas ya que nos dejas un final…..sublime.

Y para finalizar mi humilde opinión sobre este magnífico libro no quiero olvidarme, una vez más, del gran artista Daniel Expósito. Una vez más crea una portada que a todos nos deja con la boca abierta. Por si no fuera poco esta vez crea una historia que incluso nos reta a descubrir, si queréis saber más pasar por el Facebook de la novela, allí tendréis la respuesta. Enhorabuena Dani, lo digo siempre pero no me canso, eres el mejor.

Gracias a todos los escritores que habéis creado estas historias ya que me habéis hecho disfrutar de principio a fin con cada uno de vuestros relatos.