martes, 1 de diciembre de 2015

Opinión cinematográfica: "Sicario" - Reseña de Rubén Giráldez


En la zona fronteriza sin ley que se extiende entre Estados Unidos y México el narcotráfico campa a sus anchas. Los comandos norteamericanos especializados luchan contra el contrabando de drogas y sus crímenes. Kate (Emily Blunt), una idealista agente del FBI es reclutada por un oficial de una fuerza especial de élite gubernamental para ayudar en la creciente guerra contra el narcotráfico. Su misión es erradicar un cartel de la droga responsable de los asesinatos de varios miembros de su equipo. 

La agente del FBI se enfrentará a un modus operandi que nada tiene que ver con sus hábitos profesionales. Sus nuevos compañeros, Ted (Jon Bernthal), Matt (Josh Brolin) y Alejandro (Benicio del Toro), un enigmático asesor de cuestionable pasado, le irán mostrando cómo hacen para abordar la problemática a la que se enfrentan. El equipo se embarcará en un viaje clandestino en el que cruzarán la frontera con México para lograr atrapar a un importante capo de la droga. Una vez en México, las cosas se complicarán, al darse cuenta de que todo es más peligroso de lo que creían y cuando la mujer se vea obligada a cuestionarse todo en lo que creía con el fin de sobrevivir.


He de reconocer que esta es la película con la que me doy a conocer a Denis Villeneuve. Guionista y director canadiense de títulos como Prisioners o Enemy, y que en esta ocasión se atreve a realizar una película sobre el manido tema del narcotráfico. Y sí, Denis aprueba con nota.

Sicario nos lleva a la frontera entre México y Estados Unidos, el punto caliente donde pasa toda la droga al país de la tarta de manzana. Con la intención de dar un duro golpe que acabe de una vez con todas con un cartel. La agente del FBI Kate Macy, se verá envuelta en una turbia operación donde descubrirá que la frontera solo es otra línea más que cruzar...

Mostrándonos una de las introducciones más brutales que he tenido el placer de ver, Denis atrapa al espectador y no lo suelta hasta el minuto final. Cuando ya hemos sido testigos de este duro puñetazo en el estómago de cruel realidad que trata de retratar en el film.


Sí, el tema del narcotráfico ya ha sido tratado en no pocas películas. Y en lo que muchos habrían caído en el tópico, Villeneuve logra salir airoso. Aunque no se pueda evitar caer en alguna que otra cosa, la película destaca al sentirla muy real. Personalmente no me ha sido difícil creerme que esa es la realidad que se vive en ese lugar. Un buen trabajo el del primerizo guionista Taylor Sheridan, hasta ahora conocido por su aparición como actor en unos cuantos episodios de la serie Sons of Anarchy. Y que hay que agradecer que no de todo masticado al espectador, creando uno de los mejores thrillers de los últimos años.

Denis impresiona con la puesta en escena de Sicario. Una fotografía y escenarios sucios, planos que son dignos de estudio, secuencias de quitar el hipo... Todo aunado a una atrapante BSO que hace aún más inmersiva la experiencia y creando una atmósfera de peligro que el espectador tardará en quitarse de encima.

Emily Blunt pasa de los alienígenas de Al Filo del Mañana a una amenaza más real e inquietante. Su personaje es el más sufrido de la película, logrando tan solo con su rostro demacrado reflejar el horror en el que se ha metido. Sin duda es la protagonista perfecta, pues el público empatiza al instante con ella al encontrarse en la misma situación de desconcierto. Iremos descubriendo las cosas a medida que ella lo haga.


Y aunque Emily y Josh Brolin (Planet Terror, No Es País Para Viejos) hagan un estupendo trabajo, todo el reparto se ve opacado por la imponente presencia de Benicio del Toro (Guardianes de la Galaxia, Un Día Perfecto) que nos deja anonadados con su personaje. Alejandro se nos muestra hasta la última parte como todo un misterio que estamos deseando desvelar.

Todos los demás personajes, aunque sean meros secundarios como el personaje de Jon Bernthal (The Walking Dead, Fury), están muy bien construídos. Pocos trazos y unos diálogos breves pero contundentes, son los igredientes necesarios para hacer traspasar de la pantalla a todo el reparto.

Sicario se muestra como una película imparcial del conflicto. Ni los buenos son tan buenos, ni los malos parecen ser tan malos (muy agradecidas las escenas del personaje de Maximiliano Hernández). El director no cae en patriotismos ni nada parecido (aunque es cierto que se echa en falta más respuesta por parte de los narcotraficantes en las escenas de acción) y trata de hacer tragar al espectador una visión difícil de digerir y que termina por consagrarse con esa última e increíble secuencia.


Quizás lo único negativo que pueda decir sobre la película es a nivel personal y es sobre el cartel al que se enfrentan nuestros protagonistas. Y es que están en un segundo plano que se siente tan ajeno que cuando por fin los vemos, las escenas no quedan todo lo contundentes que deberían. Y entiendo el temor a que, al hacer esto, Sicario cayese aún más en los tópicos del género. Pero es una pena que toda la amenaza quede a un nivel más global e indiferente de la situación.

En definitiva, Sicario es un thriller amargo y que no se corta un pelo para mostrarnos lo brutal de la situación. Además, me ha servido para conocer a un director que promete mucho y confiar en que sabrá lo que hace con la anunciada secuela de Blade Runner. Hay quien afirma que es la mejor película de 2015, eso ya lo dejo a vuestra elección. Pero queda claro que sí que es uno de los mejores largometrajes que ha dado este año.

Lo Mejor: El personaje de Benicio del Toro y la           experiencia inmersiva de esta historia que, de seguro, querremos etiquetar como ficción.

Lo Peor: No puede evitar caer en tópicos y no aprovecha del todo los tiroteos.



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