“Una space opera poliédrica ganadora de todos los premios de la ciencia ficción moderna”
En un planeta helado y
remoto, una soldado llamada Breq se está acercando al cumplimiento de su
misión. En el pasado, Breq era Justicia de Toren, un crucero de batalla colosal
con una inteligencia artificial que conectaba a miles de soldados que servían
al Radch, el imperio que había conquistado la galaxia. Ahora, un acto de
traición la ha hecho pedazos y solo cuenta con un único y frágil cuerpo humano,
numerosas preguntas sin responder y un ardiente deseo de venganza.
Ya tenemos publicada en España esta novela que ha ganado
todos los premios de la ciencia ficción desde que se publicó en el año 2013: HUGO, NEBULA, ARTHUR C. CLARKE, LOCUS Y
BSFA, lo que convierte a Justicia Auxiliar es uno de los debuts
literarios más multipremiados de los últimos años.
Hay que empezar diciendo que no soy demasiado amigo de tanto
premio, por lo que inicialmente mi interés principal por esta novela se
sustenta plena y llanamente en su argumento y en el buen ojo que suele tener la
editorial Ediciones B dentro de su colección Nova.
Entrando ya de lleno en la novela nos encontramos una space opera en toda regla en la que Ann
Leckie crea un rico y extenso universo de especies o culturas galácticas de
las que poco a poco iremos conociendo más detalles de las mismas gracias a la
narración en primera persona de Breq,
una IA con forma humana y protagonista absoluta de la novela, la cual posee ese
halo de misterio que todo lector pide a un personaje de estas características.
La narración se vertebra en capítulos pares e impares en los
que se nos narra el presente de Breq
y su plan para asesinar a Anaander
Mianaai (divina señor del Radch) intercalados con un flashback de hace
veinte años donde nos enteraremos del porqué de esa búsqueda de vendetta por
parte de nuestra protagonista.
La voz narradora de esta IA es distante e impersonal,
detalle que quizás a algunos lectores le produzca un rechazo inicial, pero
pienso que es un recurso buscado intencionadamente por la escritora para representar
la naturaleza fría de un soldado que busca la venganza por encima de cualquier
otra cosa.
A pesar de contar con ese objetivo que incluso llega a
nublarle el juicio en más de una ocasión, gracias a los capítulos dedicados al
pasado, nos percatamos enseguida que no siempre ha sido así, sino que tiene una
programación basada en las emociones, reflexionando en cada una de sus
acciones, obteniendo así un elemento “exótico” que enriquece su comportamiento.
Hay que señalar igualmente algunas cosas que no me acaban de
convencer: su irregular ritmo en algunos de sus capítulos provoca un
desequilibrio en la forma de mostrar la información que lastra un tanto la
estructura del libro; continuamos con otro aspecto polémico y curioso: el uso
de los géneros gramaticales que se ha sacado de la manga la propia escritora para
referirse a las personas (ya que en el idioma Radch no se distingue entre
sexos) tornándose un tanto confuso para el lector, el cual tendrá que
imaginarse si los habitantes con los que nos vamos encontrando en estas páginas
son de un género u otro.
Desde luego no es una novela que recomendaría al neófito en
ciencia ficción debido a lo enrevesado de su argumento y a la infinidad de
temas y reflexiones filosóficas que se pueden derivar tras su lectura.
En definitiva: esta Justicia
Auxiliar es una compleja y ambiciosa novela sci-fi de intriga y venganza que seguro disfrutarán los aficionados
a este tipo de género; yo, por mi parte, sí os puedo decir que he disfrutado con
su lectura, a pesar de ciertos aspectos negativos que espero Ann Leckie pula para los siguientes
libros de esta trilogía.
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