"El Barrio: un lugar de cuyo nombre no querrás acordarte, y que no lograrás olvidar"
Alma parece ser un verso libre en esa composición desgarrada
y sucia de calles, prostíbulos y
garitos de mala catadura. ¿Quién es Alma? ¿Por qué esa niña
mujer despierta atracción y temor a partes iguales en quien la conoce? ¿Qué
poder late en el interior de esa piel, de esa carne,
capaz de amilanar a los poetas, las prostitutas y los
delincuentes de la peor ralea?
Literatura con mayúsculas de la mano del ganador del premio
NOCTE 2013 al mejor relato por "La mirada del Dodo"
Siempre he creído que hay dos tipos de libros: Los
que buscamos y los que nos encuentran. Normalment
distingo entre unos y otros con facilidad, los primeros vienen recomendados por
amigos o conocidos, o bien los has visto en tal o cual revista, has leído una
buena reseña, etc.
Los segundos son algo más esquivos: no has
escuchado hablar de ellos antes, o quizá sí, pero lo habías olvidado. Y
seguimos respirando los minutos de nuestras vidas sin saber que las historias
que contienen dichos libros, los personajes que pueblan sus páginas, están ahí
esperándonos, a todos y cada uno de los que nos atrevamos a leer acerca de sus
vidas, cuando entramos en una librería.
De ahí mi desconcierto con Alma y el Poeta, pues
os aseguro que ya conocía la colección Rebro y a la joven editorial DTE con
anterioridad y que, tras leer su entrega anterior, (la estupenda y con un
delicioso punto nostálgico ‘’La Sombra
del Cazador’’), aproveché un viaje a Gigamesh para hacerme con un ejemplar de Alma, entre otras lecturas.
Y ahí es donde comenzó todo: Porque sus calles, sus personajes,
son casi modernos arquetipos, nuevas caras para tipos conocidos, de esos que
frecuentan lugares de mala muerte en los que tarde o temprano hemos acabado en
alguna ocasión.
Alma
y el Poeta es una historia humana y sórdida, en mi opinión, resulta tan
incómoda a veces en la mente del lector como bellamente escrita, con un medido
equilibrio entre la cuidada prosa de Tamparillas, algunas veces generosa, otras
tajante y barriobajera y nunca, jamás, fuera de lugar, con frases lapidarias
que no dejan lugar a dudas.
Un contraste que acabó por atraparme entre aquellas calles de
eterna penumbra, en una historia de perdedores y perdidos, con un antagonista
temible, esquivo y peligroso.
La historia me ocultó de pronto entre las sombras del Cigüeñal, intimidado
por la presencia depredadora del Sotanas, por el miedo a la falsa fragilidad de
su chica y la inquietud bien
transmitida por Tamarillas y perfectamente encajonada entre las ilustraciones
‘’rotas’’, sucias, borrosas e inquietantes de Marifé Castejón, que en todo
momento te mantienen en ese ambiente de oscuridad y tensión que rodean,
oprimiéndote, aplastándote a su paso mientras reptan, se esparcen y embadurnan
las calles de El Barrio.
Si, El Barrio con mayúsculas pues es este un lugar extraño y
conocido al mismo tiempo, con parientes en muchas ciudades, y sin duda un
protagonista más en esta novela, a mi parecer, demasiado corta. Quizá deba ser
así. Quizá no sea recomendable jugar más tiempo a ciertos juegos, ni con cierto
tipo de jugadores…
Respecto al trabajo de Dissident Tales en la edición de esta
entrega, y a su innegable calidad poco puedo decir que no se haya dicho hasta
ahora, y ni de lejos soy un experto en esas lides, con lo cual prefiero callar.
Sea como sea, Rebro apunta a ser una buena colección, de esas que se buscarán
con los años. Y como tal, pienso coleccionarla.
Más allá de esto, no pienso contaros nada. No pienso deciros
nada. No voy a juzgar la historia que aquí se cuenta como buena o mala ni a
entrar en un jardín del que todavía conozco demasiado poco. Además prefiero
hacer algo mucho mejor: Recomendárosla. Recomendaros altamente su lectura.
Con esto tenéis mi opinión y mi veredicto. O como diría si me
preguntases en un paseo por El Barrio:
<<Me has jodido, Poeta>>
Acaso un consejo, antes de dejaros marchar, no sin mi
agradecimiento por el tiempo prestado: Guardad un hueco dentro de vosotros para
el Poeta. Guardad un rincón para todo lo bueno y lo malo del Barrio, que no es
poco lo que hay que echarse al coleto.
Que
sea un lugar profundo, oscuro, y amplio para dar cabida a esta historia de Juan
José y Marifé, y a todas las demás que siguen al acecho, esperándonos.
Muchas gracias, Víctor. Aprecio tus palabras, el mimo para con la novela. Me alegro que haya causado esa impresión en ti.
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