viernes, 4 de noviembre de 2016

Opinión cinematográfica: "Doctor Strange" - crítica de Rubén Giráldez


2016 ha sido un EXCELENTE año para el fan del cine de superhéroes. Empezamos con las desventuras del irreverente Mercenario Bocazas Deadpool. Asistimos al enfrentamiento entre Batman y Superman (con su atropellada construcción de nuevo Universo Cinematográfico). Continuamos con las superdisputas (esta vez mejor trabajadas) en Capitán América: Civil War, presenciamos el Apocalipsis de los X-Men y pasamos el rato con los chicos (no tan malos) de Escuadrón Suicida. Por no olvidar que en la pequeña pantalla también hemos tenido una buena ración de este género gracias al canal CW (Legends of Tomorrow, Flash, Arrow), quienes acaban de integrar a Supergirl a su universo televisivo. Netflix con la segunda temporada de Marvel´s Daredevil y la primera de Luke Cage. Y en ABC la cuarta temporada de Agentes de SHIELD ha arrancado bastante fuerte con la inclusión de Ghost Rider (aunque es el último que carga con el Espíritu de Venganza, Robbie Reyes) y el misticismo que lo rodea. 
JUSTAMENTE es todo este nuevo terreno inexplorado el que viene a afianzar la película de la que hablaré en las próximas líneas: Doctor Strange (Doctor Extraño para los más puretas).
Este personaje nacido en la década de los 60, se ganó el estatus de "Secundario de lujo" a pesar de protagonizar sus propias series regulares. Y es que, era genial poder recurrir a Stephen Strange, Hechicero Supremo, cuando la cosa alcanzaba niveles que hacían que los Vengadores, Los 4 Fantásticos o los X-Men sudasen la gota gorda. O cuando estas amenazas eran de naturaleza mística o infernal. 
No hablamos de un soldado con habilidades super humanas gracias a un suero experimental. Ni de un tipo con una portentosa armadura mecánica. Ni siquiera de un colérico gigante verde surgido de la radiación. Stephen Strange es un mago. Con todo lo que eso conlleva. 

La idea de trasladar a este personaje de las viñetas a la pantalla no es algo nuevo. Sin contar la casposa cinta setentera (en esa "maravillosa" época donde Spiderman se enfrentaba a karatecas, el traje de Tony Stark parecía un consolador escarlata y Lou Ferrigno era el Increíble Hulk) ni la de animación de 2007. Ya en los 90, Wes Craven (Pesadilla en Elm Street, Vuelo Nocturno) se interesó por este personaje tras no dar en el clavo con su adaptación de La Cosa del Pántano. Y unos cuantos años después, casi llegamos a tener a Guillermo del Toro (El Laberinto del Fauno, Pacific Rim) tras las cámaras trabajando con un guión de Neil Gaiman (American Gods, Coraline). Por desgracia (o suerte), del Toro solo ha tocado el género de los superhéroes con Blade II y Hellboy (se desvinculó, sin ser en las labores de producción, del proyecto de adaptar La Liga de la Justicia Oscura), mientras que Gaiman aún no ha visto como la comentada película de The Sandman sale de los despachos. 
El Universo Cinematográfico de Marvel Studios ya lleva un buen recorrido desde que en 2008, Iron Man sorprendiese a propios y extraños al descubrir que se trataba de algo más que una nueva película de superhéroes. Que solo era la punta del iceberg de un plan mayor. Han pasado los años y ya hemos visto a los Vengadores reunirse en dos películas (y pelear en otra). Y personajes bastante infravalorados como Ant Man o completamente desconocidos como Guardianes de la Galaxia ya son los favoritos de muchos. Una película sobre Doctor Strange ya no sería una idea tan descabellada (además de que ya se nos mencionó la existencia del personaje en ese Universo con Algoritmo Zola en Capitán América: Soldado de Invierno). Y aunque es cierto que el riesgo siempre está presente. Si algo está demostrando Marvel Studios es que sabe cómo lograr contentar al público y acercar a sus personajes de los cómics a la gran pantalla. Porque sí, Doctor Strange es una nueva historia de orígenes.
No serán pocos los que sacarán los cuchillos para trinchar esta película cuando noten cierto tufillo a lo ya mostrado en Iron Man (porque sí, guardan bastantes similitudes). Y sí, los esquemas argumentales de esta clase de historias hacen que se resienta bastante el conjunto. Por suerte, Doctor Strange carga a los hombros una estimulante y poderosa imaginería que lo hace apartarse bastante del multimillonario héroe guaperillas. Y, de hecho, de todo lo mostrado hasta ahora en el género. Resultando en uno de esos agradecidos soplos de aire fresco en este enrarecido género. 
Tampoco hay que olvidar que muchos conocen por primera vez a este personaje gracias a esta película. No ocurre como con Hulk quien ya forma parte del imaginario colectivo. Por lo que con El Increíble Hulk (Louis Leterrier) pudieron tomarse la libertad de hacer un breve repaso a la génesis de Bruce Banner en los títulos de crédito. Y queda por saber si en Spiderman: Homecoming tendremos que volver a asistir a la ya consabida picadura radioactiva y los primeros pasos del trepamuros. Toca presentar al Gran Público a este portentoso neurocirujano quien, tras un aparatoso accidente, busca desesperadamente recuperar el control de sus manos. Pero el viaje que emprenderá lo llevará a rincones alejados del tiempo y del espacio donde se forjará como un nuevo defensor de la humanidad.

La película no pierde el tiempo en dejar boquiabierto al espectador. Doctor Strange abre un nuevo universo de posibilidades al UCM que empezamos a degustar con esos primeros minutos. Donde nos dejan claro que la parte visual es el gran fuerte de esta propuesta. Lo visto en los avances no es más que una mínima fracción de lo que nos ofrece Doctor Strange. Las capas de la realidad se pliegan al antojo de los personajes. Transitan dimensiones inexploradas, conjuran fuerzas desconocidas. Doctor Strange es toda una experiencia visual (seguramente en 3D todo quede más espectacular, aunque en mi caso temo quedar anonadado por los imposibles espectáculos que se están dando ante mí). Sin palabras me quedé con la escena en la que la Anciana hace abrir (de verdad) los ojos a Stephen Strange. Digna de pausarse fotograma a fotograma y preciosa carta de amor a lo que el artista Steve Dikto mostró en las primeras aventuras del personaje: Psicodelia en estado puro. Las películas de Marvel Studios ya son toda una droga para el espectador.
Aún con todo, esta película sigue sintiéndose parte del gran todo que es el UCM sin la necesidad de tener tantas referencias y cameos como tuvo Ant Man. Las series de Netflix ya nos han demostrado que se puede afirmar que personajes como Daredevil, Jessica Jones o Punisher conviven en el mismo mundo que los Vengadores sin necesidad de que estos irrumpan en las calles de Hell´s Kitchen. En Doctor Strange ocurre lo mismo. Ya dejan claro que estos personajes se enfrentan a amenazas desconocidas para los Héroes Más Poderosos de la Tierra.
El uso de la magia está increíblemente representado en Doctor Strange. Hace poco que en Warcraft: El Origen tuvimos un pequeño vistazo a algo más que lanzar bolas de fuego o invocar los típicos escudos mágicos. Las escenas de acción que se gastan en esta película llevan los combates vistos en el UCM a un nuevo nivel que nos hacen preguntarnos cómo harán para superarse en la Infinity War contra Thanos.
Aún con lo mostrado en esta película (contando la orgasmeante mención a una de las mayores entidades cósmicas del universo Marvel), apenas se ha rascado en la superficie (ni siquiera se ha hablado de verdad de los Vishantis). Dejándonos con muchas ganas de continuar con las aventuras de Stephen Strange. 
Hablemos del reparto:
En mi caso estuve bastante tiempo deseando que Johnny Depp (Sleepy Hollow, Alicia en el País de las Maravillas) fuese escogido para dar vida al Hechicero Supremo. Pero tras hacerse oficial la elección de Benedict Cumberbatch (Sherlock, Black Mass) no tuve reparos en admitir que el actor da el pego caracterizado. Y vista la película también rendirme ante la parte actoral. A pesar de forzarle bastantes momentos cómicos y socarrones (que contribuyen a hacer pensar que no es más que un remake de Tony Stark con magia). Benedict logra trasladar las facetas más profundas de este personaje. Su altanería que contrarresta con la fragilidad que muestra a partir del fatal accidente. Tengo que tratar de dejar de dudar en las elecciones de cast de Marvel Studios.

Y Doctor Strange aún ha tenido unas cuantas elecciones de reparto que se cuestionaron durante meses. Como es el caso de Tilda Swinton (La Playa, Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian) dando vida a La Anciana. Quien, en los cómics resulta ser un centenario tibetano. Ken Watanabe (Batman Begins, Godzilla) sonó como posible candidato para hacerse con el papel y también me extrañé con la elección de Tilda. Aprovechando que el nombre de El Anciano no es más que un título transmitido a lo largo de los años. Decidieron reimaginar al personaje dotándole de la androginia que suele bordar Swinton (recordemos su papel como Gabriel en la película Constantine). El resultado ha sido igual de excelente que la elección de Cumberbatch como Strange o mejor. Tilda está impecable en su rol de mentora. El halo de misterio que la rodea nos hace preguntarnos si de verdad hemos llegado a conocerla mínimamente en esta película. En más de una ocasión amenaza con robarle el protagonismo al mismísimo Doctor Strange. Y junto a él protagoniza uno de los momentos más emocionantes vistos en el UCM en forma de simple conversación.
Chiwetel Ejiofor (Marte, 12 Años de Esclavitud) también tuvo a su homónimo de las viñetas en contra. Al igual que con el personaje de Tilda, su Mordo sufre (para bien) otra readaptación que logra dotarle de mayor entidad y relevancia (de cara a futuras apariciones).
Por desgracia tenemos a una tristemente desaprovechada Rachel McAdams (True Detective, Sherlock Holmes) relegada al simple rol de interés amoroso del protagonista. A medio camino entre la Pepper Potts de Gwyneth Paltrow (Iron Man 3, Seven) y la doctora Jane Foster de Natalie Portman (Cisne Negro, Thor). Una lástima teniendo en cuenta que podría haber sido Clea (hechicera y sobrina de Dormammu que llegó a ser esposa de Stephen). Y el Wong de Benedict Wong (Marco Polo, Sunshine), acaba siendo un mero alivio cómico al que se fuerza su camaderia con el Doctor.
Aunque no le dejen vía libre para demostrar el monstruo de la interpretación que es. Mads Mikkelsen (Casino Royale, Star Wars: Rogue One) cumple con creces con su villano Kaecilius (en los cómics apenas pasó de segundón). A falta de alguna escena que dejase mejor representado el dolor y temor por los cuáles está haciendo lo que hace. Y otros impactantes momentos que lo acercasen a lo que podemos ver en la serie Hannibal. Mads logra que su personaje sobresalga de la ponzoña en la que muchos antagonistas de las producciones de Marvel Studios no salen. Y eso a pesar de los innecesarios momentos de humor que le introducen con calzador. 

Sí, es cierto que Marvel Studios se caracteriza por ser más "amigable" que su "oscura" competidora. Que no hay película que no tenga unos cuantos chistes y escenas que arranquen la carcajada al espectador. Pero el humor en Doctor Strange está TERRIBLEMENTE utilizado. Sobre todo se nota en un par de escenas donde quisieron quitar hierro al asunto. Pero está claro que esta película no es Ant-Man ni Guardianes de la Galaxia. Doctor Strange exige un tono diferente. Y no será por las salidas dramáticas con las que sale y que son muy de agradecer. 
En la dirección tenemos a Scott Derrickson. Un habitual del género de terror conocido por El Exorcismo de Emily Rose, Sinister y Líbranos del Mal. Esperaba que con esta elección, Marvel Studios le permitiese mostrar algo de los rincones más oscuros de la mitología de Doctor Strange. Por desgracia esto no es así, y Scott se acoge a designios superiores (hasta un querido y reconocible Mal de las viñetas sufre una readaptación que no hace ni la menor justicia de la aterradora presencia que se nos ha prometido), aunque no queda a deber a la hora de dar rienda suelta a su vena fantástica. A pesar de que se le "ataque" con las similitudes con Batman Begins (cabe recordar que este viaje estaba en la génesis del personaje) y Origen (es cierto que este recurso visual le afecta a la hora de querer demostrar originalidad), Scott logra salir del paso. Al igual que en el temido tercer acto. Donde sale con una ocurrencia en la batalla final que, aunque seguro que no acaba siendo del gusto de muchos, la distancia de tantas otras películas del género.
Michael Giacchino compone la Banda Sonora Original de esta película en la que esperaba más riesgo. Más partituras experimentales que ayudasen a que la experiencia de esta película fuese más extrasensorial. Aún con todo, acaba siendo de las mejores BSO de Marvel Studios.
Tras hacernos temer que su cameo en X-Men: Apocalipsis sería el último. Stan Lee vuelve a dejarse caer por el metraje para sacarnos una sonrisa. Y no os perdáis las dos escenas post-créditos que, aunque a mi parecer deberían de estar al revés, son de las mejores realizadas en mucho tiempo por Marvel Studios.
Doctor Strange resulta ser, de verdad, un soplo de aire fresco a este género. Aún siendo una película de orígenes que peca de esos recursos argumentales tantas veces vistos. Toda la nueva mitología y personajes que nos descubren (justificados con unos apabullantes efectos digitales) e integran a este Universo Cinematográfico, resultan ser de lo más estimulantes y apetecibles de seguir la pista.

Lo Mejor: Los efectos visuales. Benedict y Tilda. 
Lo Peor: El mal uso del humor. Personajes y director desaprovechados. La fórmula de "Historia de Origen" acaba pasándole factura.



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