“Laberinto es una historia que no da ni un solo momento de respiro al lector. Secretos, misterios, momentos angustiosos, mezclados con buenas dosis de terror y mucha acción. Todo ello transcurre en Laberinto, un lugar que se convierte por méritos propios en protagonista. Una lectura que mantiene en vilo en todo momento”
La vida puede darte la espalda en una fracción de segundo. Ángel, un reputado fotógrafo, sufrió hace unos meses un trágico accidente por culpa de un desamor. Los médicos pudieron salvarle la vida, pero no le salvaron la vista.
Ángel se está quedando ciego. Hoy no es capaz de salir de la depresión, consume los días entre botellas de alcohol y el recuerdo de la mujer por la que lo perdió todo, mientras espera que sus ojos decidan apagarse definitivamente.
Solo una chispa de voluntad, quizá la última, le empujará a volar miles de kilómetros para ir a buscarla.
Y le hará perderse.
Laberinto es el lugar al que uno no quiere llegar, del que no se puede salir. Una aldea olvidada en el tiempo y sometida al yugo de una maldición inquebrantable. Un pueblo sin vida, guardián de terribles secretos y una leyenda negra.
Sus únicos habitantes aúllan, hambrientos y anhelantes, cada noche a la luz de la luna.
No deberías entrar ahí.
Laberinto es la penúltima novela de Miguel Aguerralde, un autor que cuenta en su haber con varias novelas y un buen puñado de relatos repartidos en varias antologías. Para esta novela, ha optado por el género del terror más clásico, y lo ha ambientado en un pueblo que da nombre a este libro, y que como se verá a lo largo de esta reseña, se acaba convirtiendo en una pieza clave de la historia, es más, acaba siendo uno de los protagonistas principales.
La historia comienza con Ángel, un fotógrafo que sufre un accidente y que cuya principal consecuencia será la pérdida paulatina de su vista, y que acabará por desgracia en una ceguera.
Nuestro protagonista hará un viaje para intentar recuperar a su último amor, y que por circunstancias acabará en un misterioso pueblo totalmente abandonado, como todos se imaginarán, ese pueblo se llama Laberinto. Ángel se verá obligado a hacer noche en este misterioso lugar, donde acabará descubriendo un terrible secreto que dio pie al estado en el que se encuentra actualmente Laberinto, es decir, un pueblo fantasma y dejado de la mano de dios. Pero no estará solo, ya que acabará encontrando a Andrea, una joven que ha ido al pueblo en busca de una persona muy especial para ella.
Juntos deberán hacer frente a los distintos acontecimientos y sucesos que se irán encontrando en su estancia en Laberinto, a cada cual más peligroso y horrible, y que pondrán en serio peligro sus vidas. Descubrirán a unos extraños seres, que se acercarán al pueblo todas las noches a la luz de la luna. Todo ello llevará a Ángel y a Andrea a un final de infarto y donde se verá el destino que correrán sus vidas.
Laberinto es un sentido homenaje a esas historias que en los ochenta y principio de los noventa nos hicieron pasar grandes momentos dentro del terror, en forma de novelas y de películas, sin olvidarse de algunos videojuegos. Esta novela es una historia con mucha acción, con diálogos cortos y concisos, y donde todo lo que sucede tiene su razón de ser y su porqué.
Los personajes principales están muy bien desarrollados y con sus personalidades muy bien definidas.
El autor, como viene siendo habitual narra la historia con un estilo muy cinematográfico, donde desde la primera página no paran de suceder cosas, donde la acción se une al misterio y al suspense, que unidos a una historia clásica del terror y a varias revelaciones que se irán produciendo a lo largo de la novela, hacen de Laberinto una lectura muy amena y adictiva, ya que el lector, una vez que comience la lectura, no podrá dejarla hasta acabarla, y dejándole un muy buen sabor de boca.
Los personajes principales, Ángel y Andrea están muy bien caracterizados, el primero, es un ser atormentado y obsesionado con una persona que le dejó una profunda huella en su corazón, y que a raíz del accidente que sufrió, cae en una depresión que intenta olvidar con el alcohol, y que muy a su pesar, se verá envuelto en unos sucesos que harán que su vida de un gran vuelco.
Andrea es una joven enamorada que irá en busca de su pareja que se adentró en Laberinto, para investigar sobre el misterioso pasado y sobre las leyendas que llevan circulando varias décadas sobre este misterioso lugar. Es una chica con valor y que deberá afrontar el que quizás sea su mayor reto: sobrevivir en Laberinto, cosa que no se acabará sabiendo hasta la última página de la novela.
El que quizás es el punto más fuerte de la historia es sin duda alguna, el pueblo que da título a la novela: Laberinto, un lugar con vida propia, plagado de terribles secretos, de una maldición que lleva arrastrando hace ya varias décadas. Y que el autor, en forma de unos muy acertados flashbacks, irá contando parte de la inquietante historia de un lugar, que por méritos propios se acaba convirtiendo en bastantes momentos en auténtico protagonista de una historia que sorprenderá en algunos momentos al lector.
El ritmo de la novela no decae en ningún momento, en gran parte debido a la forma directa y sin florituras del autor, que opta por escribir una historia donde la tensión, la angustia y el terror que sentirán los protagonistas, en determinados momentos, acabará sintiendo también el lector.
Laberinto es una novela sincera y honesta, que aunque no destaque por su originalidad en su planteamiento ni en su desarrollo, logra algo que no parece tan fácil hoy en día: hace disfrutar al lector y logra que pase muy buenos momentos con su lectura, que satisfará sin duda alguna a todos los amantes de las historias más clásicas dentro del terror.
Sin duda alguna, el objetivo del autor, que no es otro que el de entretener a todo aquel que se sumerja en la lectura de Laberinto, lo logra con creces y con una nota bastante alta.
Miguel Aguerralde es un autor que nunca defrauda, a lo menos, a un servidor, que lleva varios años leyéndolo, y que con esta novela, intenta poner su granito de arena dentro del ya abundante panorama del terror.
Sólo resta añadir que recientemente ha publicado una nueva novela que se titula La chica que oía canciones de Kurt Cobain, donde ha cambiado totalmente de género y se atreve con una obra juvenil, con la que está consiguiendo bastantes buenas opiniones, y que para el que suscribe, es una obra que leerá próximamente.
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