Pronto será de noche es una apuesta arriesgada pero sin lugar a dudas acertada. Cañadas consigue que el lector se crea un personaje más de su perversa obra. Una de las mejores lecturas del 2015.
«Pronto será de noche, pero no habrá diferencia. El cielo
seguirá teniendo ese color incómodo. El fuego que baila en las ventanas sacará
a la ciudad de su ceguera. Será de noche, pero no estará oscuro. Caerán pájaros
muertos del aire. Golpeando el suelo con un sonido de guantes empapados».
Ese de ahí es Samuel. Es policía, o lo era. Ahora está atrapado en un atasco infinito. Como tú y como yo. Miles de coches en medio de una autovía que se dirige hacia el sur; aunque eso poco importa. Lo que importa es que huimos. Somos una multitud desesperada rumbo a ninguna parte mientras el mundo se derrumba a nuestro alrededor.
La negrura se extiende detrás de nosotros, nos persigue. No nos queda más que avanzar. Los metros cuestan horas, el calor sofoca, el aire es de barro. Y justo cuando parece que nada puede empeorar, sucede: en medio de esta nada inmensa, un conductor ha aparecido muerto. Estrangulado. Samuel necesita descubrir quién ha sido, y sobre todo por qué. Por qué aquí, por qué ahora. Mientras la oscuridad avanza y el tiempo se acaba, un simple acto puede bastar para darle sentido a todo. Así que vamos, vuélvete a tu coche.
Acurrúcate en el asiento. Cierra por dentro y, por favor, no te duermas. Por lo que más quieras, no te duermas. Porque cuando caiga la noche, tú podrías ser el siguiente.
Ese de ahí es Samuel. Es policía, o lo era. Ahora está atrapado en un atasco infinito. Como tú y como yo. Miles de coches en medio de una autovía que se dirige hacia el sur; aunque eso poco importa. Lo que importa es que huimos. Somos una multitud desesperada rumbo a ninguna parte mientras el mundo se derrumba a nuestro alrededor.
La negrura se extiende detrás de nosotros, nos persigue. No nos queda más que avanzar. Los metros cuestan horas, el calor sofoca, el aire es de barro. Y justo cuando parece que nada puede empeorar, sucede: en medio de esta nada inmensa, un conductor ha aparecido muerto. Estrangulado. Samuel necesita descubrir quién ha sido, y sobre todo por qué. Por qué aquí, por qué ahora. Mientras la oscuridad avanza y el tiempo se acaba, un simple acto puede bastar para darle sentido a todo. Así que vamos, vuélvete a tu coche.
Acurrúcate en el asiento. Cierra por dentro y, por favor, no te duermas. Por lo que más quieras, no te duermas. Porque cuando caiga la noche, tú podrías ser el siguiente.
No, yo no he leído ninguna de las anteriores obras de
Cañadas ni El Baile de los Secretos ni Los Nombres Muertos, aunque esta última
la tengo en la pila de pendientes. Pero Cañadas es uno de los muchos escritores
españoles que tenía muchas ganas de adentrarme en una de sus obras ya que a raíz
de redes sociales y demás solo escuchas elogios ya sea a su persona o a sus
novelas.
Cuando vi anunciada Pronto será de noche me entró una gran
curiosidad, pero en cuanto leí su sinopsis supe a ciencia a cierta que esta
sería la primera historia que leería de Jesús ( Antonio Torrubia más conocido como El Librero del Mal también tiene
parte de culpa) y que gran acierto.
El apocalipsis está cerca, miles de coches atrapados en un
atasco, escasean los alimentos y el agua, hay poca higiene….y para colmo un
asesino. Ante este panorama te preguntas ¿Voy a disfrutar con esta obra o las
voy a pasar canutas? Pues ambas cosas.
Disfrutas porque Cañadas, gracias a su prosa, te hace partícipe
de la obra pero con ventaja hacia sus otros personajes, ya que tú no puedes
morir, no puedes pasar hambre, ni calor, etc.
Disfrutas porque Cañadas no intenta hacer florituras en su
obra o crear frases complejas para el lector, no amigos. En Pronto será de
noche encontramos frases cortas, concisas y directas. Muchas de ellas muy duras
que llevarán al límite a cada uno de los individuos que protagonizan esta
historia.
Disfrutas porque Cañadas introduce diferentes elementos, a
medida que avanza la novela, que tú no te esperas en ningún momento y que te
hacen abrir la boca y decir entre susurros “que pedazo de cabrón”.
Las pasas canutas porque te metes en la piel de los demás
personaje y sientes esa amargura, drama, desesperación, terror, agonía…¡coño! Se
acerca el fin del mundo no creo que nadie tenga ganas de ponerse a bailar y si
encima tienes a un asesino matando gente por las noches y….tranquilos no hago
SPOILER.
Pronto será de noche es uno de esos ejemplos que se pueden
usar cuando a los que nos gusta leer decimos que casi siempre (si amigos
también hay excepciones) las novelas superan a la película. Esta obra no tiene
película, pero es más que probable que aunque la tuviera nunca sería mejor que
la novela ya que si le sumamos la prosa de Cañadas más nuestra propia
imaginación es muchos más satisfactorio y angustioso que verlo en una pantalla.
Este es el Jesús que yo he conocido. El que te puedes partir
de risa en una de sus presentaciones, verlo discutir con un espontaneo sobre
King, crear una obra que disfrutes y detestes a la vez. Bravo Cañadas, bravo.
No quiero olvidarme de la portada, además es uno de los
momentos de la novela, mejor dicho un momentazo de la novela que me ha parecido
de gran acierto representarlo como portada, bravo también por el ilustrador.
Nada más que decir. Os recomiendo que la compréis ya que las
ediciones de Valdemar son una pasada y la historia que hay detrás de Pronto
será de noche merece que llegue a mucha gente para que algunos la disfruten y
otros(dentro de su disfrute) la detesten
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